Antes de que los caños empiecen a ser ensamblados para en el futuro llevar gas de Vaca Muerta al Gran Buenos Aires y otras zonas del país, el responsable del proyecto, el ingeniero Antonio Pronsato, dio un portazo y abandonó la iniciativa.
Pronsato es un ingeniero civil que venía trabajando en la empresa Energía Argentina (ENARSA) y desde principios de año estaba a cargo de la unidad ejecutora del gasoducto Kirchner, la principal obra de infraestructura impulsada por el Gobierno de Alberto Fernández.
Según confirmaron fuentes oficiales a este medio, el ahora ex funcionario presentó este lunes en forma sorpresiva para el Gobierno su renuncia con carácter de indeclinable al cargo que ocupaba en ENARSA.
Pronsato es un ingeniero que ha tenido muy estrecha relación con el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, dado que fue durante ocho años (2007-2015) el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas.
Dos fuentes oficiales reconocieron a este medio que Pronsato había expresado su malestar semanas atrás por “retrasos” que se venían generando en torno a los distintos procesos que se deben desarrollar para que la obra empiece a materializarse.
El Gobierno niega retrasos
Darío Martínez, secretario de Energía y en cuya órbita opera ENARSA, negó que la obra esté demorada. “Se está avanzando a pasos agigantados. Ya se han adjudicado los caños”, dijo en declaraciones a radio El Destape. Y señaló que se están haciendo “obras complementarias”.
“Ya el Banco Central autorizó a la empresa (Techint) a disponer de los dólares. Ya se hicieron los estudios de impacto ambiental tanto en Neuquén, en Río Negro y La Pampa. Ya se hizo el fideicomiso. Y esta semana se van a poner los pliegos de la obra a disposición de las empresas que quieran participar. Estamos muy conformes con la tarea de ENARSA”, dijo Martínez.
El funcionario también ratificó los plazos para el gasoducto afirmando que para el invierno de 2023, el mismo estará inyectando ya 11 millones de metros cúbicos por día adicionales al sistema de gasoductos nacionales y para fines de ese mismo años, 19 millones de metros cúbicos por día.
Qué viene pasando
Este nuevo gasoducto se construirá en dos etapas: la primera conectará Tratayen con Salliqueló (558 kilómetros de caño) y permitirá incrementar la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos por día. Esta fase tendrá un costo aproximado de 1.500 millones de dólares y será financiado con fondos del Tesoro y del Aporte Solidario de las grandes riquezas.
En tanto, la segunda etapa permitirá llegar con gas natural al sur de la provincia de Santa Fe. Esto abrirá la posibilidad a llegar a grandes centros urbanos e industrias del centro y norte del país, como así también la oportunidad de exportar a Brasil y norte de Chile. Al final, el costo total del gasoducto será de entre 3.000 y 3.100 millones de dólares.
El 11 de febrero pasado, el Gobierno publicó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) en el que otorgó a la empresa Integración Energética Argentina SA (IEASA) –que en mayo volvió a llamarse ENARSA- la concesión de transporte sobre el gasoducto.
En el DNU, Fernández y todo su Gabinete de ministros habían delegado en ENARSA las facultades y obligaciones para que licite, contrate, planifique y ejecute la construcción de las obras de infraestructura comprendidas en el Programa Sistema de Gasoductos “Transport.Ar Producción Nacional”.
ENARSA hoy es conducida por Agustín Geréz, un abogado santacruceño y especialista en Derecho del Petróleo y Gas Natural. Al momento de ser nombrado como gerente general de la firma se desempeñaba en la misma empresa como subgerente general.
La concesión otorgada a ENARSA por 35 años fue para transportar gas desde las proximidades de Tratayén en la provincia del Neuquén hasta San Jerónimo, Santa Fe, atravesando las provincias de Río Negro, La Pampa y Salliqueló (Buenos Aires).
El 21 de abril pasado, Fernández viajó hasta el yacimiento Loma Campana de YPF en Vaca Muerta, provincia de Neuquén, para estar en lo que el Gobierno definió como el “comienzo de la construcción del gasoducto”.
El mandatario estuvo allí con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; su par neuquino, Omar Gutiérrez; el presidente de YPF, Pablo González; y de manera virtual, desde Washington, el ministro de Economía, Martin Guzmán.
El 4 de mayo pasado ENARSA adjudicó la licitación de cañerías para el gasoducto que saldrá desde Vaca Muerta y obras complementarias a Siat Tenaris (Techint) por unos 500 millones de dólares.
El 27 de mayo, ENARSA y el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) firmaron el contrato para la conformación del fideicomiso de administración y financiero del Fondo de desarrollo Gasífero Argentino (FONDESGAS), que permitirá administrar los bienes que serán utilizados para la construcción del gasoducto.
Ese documento fue firmado por Geréz, y Raquel Kismer, vicepresidenta del BICE. Además estuvo el subgerente general de la empresa, Gastón Leydet. En tanto, Pronsato no asistió.
El 28 de mayo, el Gobierno hizo un primer desembolso a Techint por 26.800 millones de pesos, que al tipo de cambio oficial equivalen a unos 216 millones de dólares, alrededor de un 40% del total de la licitación de los caños.
Pero, a casi cuatro meses del lanzamiento de la mayor obra de infraestructura que propone el actual Gobierno, aún no se avanzó con la licitación para lo que será la obra civil de construcción del gasoducto.