Mendoza perdió casi 750 empresas y más de 15.000 empleos en 2020

Los rubros más perjudicados fueron comercio, almacenamiento, transporte, turismo y gastronomía. Economistas advierten que nuevas restricciones podrían tener un impacto irreversible.

De acuerdo con los registros oficiales, durante 2020 se cerraron 126 comercios en la provincia / Foto: Claudio Gutiérrez
De acuerdo con los registros oficiales, durante 2020 se cerraron 126 comercios en la provincia / Foto: Claudio Gutiérrez

El Gobierno sigue de cerca el aumento de casos de coronavirus y evalúa nuevas medidas para disminuir el riesgo de contagios, pero no sin tomar en consideración los efectos económicos de cada decisión. El año pasado, la implementación de restricciones le costó a Mendoza la pérdida de 15.300 empleos privados registrados y el cierre de 750 empresas.

En detalle, en el primer mes del 2020 Mendoza contaba con 21.522 unidades productivas, o empresas con personal a cargo. Para diciembre, ese número cayó a 20.767, según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Economistas advirtieron a Los Andes, que nuevas restricciones podrían significar “el golpe de gracia” para el 30% de los comercios o empresas.

El informe de la SRT, que se elaboró en marzo de este año, muestra la cantidad de compañías en el mercado asegurador, es decir, las que tienen trabajadores formales con cobertura. Por lo tanto, la baja en los números implica necesariamente que, o las empresas pasaron a la informalidad, o cerraron definitivamente.

Asimismo, los trabajadores con cobertura, en enero del 2020 eran 414.993, y al cerrar el año, 399.619. En tanto que, en la comparación interanual, para diciembre de 2019 la provincia registraba un total de 21.593 empleadores asegurados y 414.319 trabajadores que desarrollaban sus tareas en unidades productivas; de manera que se contaron 826 empresas menos, y la pérdida de 14.700 empleos.

El costo de un nuevo ASPO

De acuerdo con Daniel Garro, economista titular de Value International Group, el costo de un nuevo “aislamiento social preventivo y obligatorio” (ASPO), como el que se decretó entre el 20 de marzo y el 26 de abril de 2020, o incluso el de aumentar las restricciones que forman parte del actual “distanciamiento social, preventivo y obligatorio” (Dispo), implicaría mayor recesión, y una caída más profunda para una economía que ya está en crisis.

“El costo es difícil de calcular, pero uno puede tener como guía que la economía tuvo una caída similar a la de 2001 y 2002 con la pandemia, porque ya veníamos en recesión. Este año la situación previa es peor, y nuevas restricciones profundizarían la caída”, advirtió el economista.

El especialista en finanzas corporativas explicó que aún con menos restricciones se corre el riesgo de una caída similar a la del 2020. “Los estudios hablan de un 35% de negocios que directamente no abrieron más luego del aislamiento, y de un 25% (fundamentalmente Pymes), que lo hicieron sin fondos que invertir para sostenerse, por lo que no podrían aguantar una vuelta atrás”, agregó.

“El Estado mira para otro lado frente a la evasión, porque no pueden sumar más presión tributaria sobre ciertos sectores, y aun así, la inflación mensual se estima en un 4%. “Hay mucha fricción en los precios, y con un nuevo cierre, mucho más de la mitad de la economía quedaría por el piso”, agregó.

Por otro lado, explicó que la tranquilidad que se observa en el dólar es ficticia, ya que el Gobierno está absorbiendo gran cantidad de dinero que emite para cubrir un déficit fiscal que, solo en Nación, fue de 8,5 puntos promedio el año pasado, y si se agregan las provincias y municipios, se acerca a los 12 puntos.

Por su parte, José Vargas, titular de Evaluecon, señaló que la semana que viene comenzará a verse el impacto de las nuevas restricciones, y coincidió con Garro en que la caída del Producto Bruto (10 puntos), es comparable con las últimas crisis que tuvo la Argentina, con todo lo que implica: “aumento de la subocupación, de los niveles de pobreza, e indigencia”, y también el cierre de locales, que se atenuaron con las ayudas gubernamentales, tanto de la provincia (Mendoza Activa), como las nacionales (ATP).

“Este año se proyecta un crecimiento, un rebote de entre un 5% y un 6% en el Producto Bruto Geográfico, pero la vuelta de las restricciones (por fuera de la salida por DNI o topes horarios), sería un golpe de gracia. Está claro que Mendoza no soportaría un cierre total de la economía. Estimo que habrá restricciones adicionales, pero no como las del año pasado”, agrego Vargas.

Con respecto a la desaparición de empresas, coincidió en que los cierres podrían continuar “si la situación se profundiza más en cuanto a las restricciones”, algo factible en el actual escenario de pandemia.

Los rubros más perjudicados

De acuerdo con las estadísticas de la SRT, el rubro “construcción” tenía 923 empleadores y 18.327 empleados en el sistema de cobertura al iniciar el 2020, y poco menos de tres meses antes de que la pandemia sorprendiera al mundo. Para diciembre, el mismo rubro contaba con 836 empleadores y 13.594 trabajadores.

El “comercio y la reparación de vehículos”, se incluyó en la lista con 5.263 unidades productivas en enero de 2020, y 45.179 asegurados (se trata del rubro más numeroso). Para diciembre, ya eran 5.137 empleadores y 43.575 trabajadores. De la igual manera, el rubro “servicios de alojamiento y servicios de comida” fue responsable en enero de 10.677 empleos registrados (con cobertura de ART), y 948 unidades productivas; y al terminar el año, de 8.743 empleados, y 832 empresas.

Incluso hubo mermas entre los puestos cubiertos por empleados asegurados en el rubro de “administración pública, defensa y seguridad social obligatoria”. De acuerdo a la SRT, ese sector pasó de 154.128 trabajadores en enero a 151.979 a fin de año. En el caso de los empleadores, se pasó de 188 a 183.

Desempleo y empleo en negro

Los números de la Superintendencia no toman en cuenta los empleos que se perdieron en el sector informal, ni las unidades productivas registradas, o comercios que son atendidos por sus propios dueños, y que, por lo tanto, no tienen empleados asegurados.

Aun así, los datos se enmarcan en un panorama poco alentador, después de un año de parates en la actividad económica, y de una crisis sanitaria que afectó al mundo entero, con su impacto en Argentina y Mendoza. De acuerdo con el último Informe de Estadísticas y Censos, solo en el Gran Mendoza el desempleo del último trimestre de 2020 se ubicó en el 10,6%, y el empleo en negro en el 17,4%.

De esta manera, el año de la pandemia cerró con 54 mil mendocinos sin trabajo, a los que se suman otros 89 mil que están subocupados.

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