Bogotá: un paseo de 36 horas para conocer la ciudad

La capital florece con nuevas ideas creativas para asombrarse: desde librerías feministas y salones de belleza hasta bares de tango gay.

Bogotá: un paseo de 36 horas para conocer la ciudad
Bogotá: un paseo de 36 horas para conocer la ciudad

Bogotá se pone cada vez mejor. La ciudad está llena de energía y alternativas, y ofrece un entorno fértil para la creatividad que hace que sus aspectos negativos -la contaminación y el congestionamiento vehicular- no se noten tanto. Actualmente, Bogotá florece con nuevas ideas, desde colectivos que albergan de todo -desde librerías feministas y salones de belleza-, hasta bares peculiares abiertos todo el día que organizan eventos de tango gay o exquisitos restaurantes en vecindarios poco sofisticados pero agradables. Los deslumbrantes talentos de los bogotanos -desde las maravillas culinarias hasta los zapatos elegantes y la innovación artística visual- son más evidentes que nunca.


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Entre los talleres mecánicos y las tiendas de autopartes del vecindario de San Felipe se encuentran decenas de las galerías de arte más nuevas de la ciudad. Pasa una tarde recorriendo las callecitas, explorando las obras de artistas colombianos y latinoamericanos nuevos y establecidos. Vale la pena visitar Instituto de Visión, una galería dirigida por un equipo de mujeres -no hay letrero afuera, tan sólo hay un tradicional emoticono de signos de puntuación en la puerta-, por su dedicación a los artistas emergentes. En una visita reciente, SGR Galería exponía una colección de pinturas de paisajes inspirados en caricaturas de la artista colombiana Paula Senior, y FLORA ars + natura tenía obras del artista venezolano Ricardo Obregón. Entre una galería y otra, haz una parada para recargarte de cafeína o beber un refresco de jengibre y chiles en Azahar Coffee Company, una nueva sucursal de una de las empresas de café artesanal de la ciudad.

Locos por los cocteles

Los mixólogos de San Francisco, Nueva York y otros lugares están diseñando menúes en toda la ciudad, complementando las habilidades de los cantineros locales que se inspiran en la sorprendente variedad de ingredientes colombianos. La encantadora Huerta Bar Coctelería Artesanal, en el lujoso barrio de Quinta Camacho, tiene varios menúes: uno de temporada, otro de bebidas más frutales y un último que se enfoca en bebidas alcohólicas. Los cantineros entusiastas presumen las virtudes del pepino morado, el elixir de hongos shiitake y un vermut impregnado de eucalipto; intenta pedirles lo que te gusta y dales rienda suelta. Si los cócteles no son lo tuyo, El Mono Bandido, a la vuelta de la esquina, es lo mejor en cuanto a la tendencia de la cerveza artesanal.


Gastronomía. Bares y restó para todos los gustos
Gastronomía. Bares y restó para todos los gustos

Como todos los mejores restaurantes de vecindario, El Chato tiene un servicio alegre y platillos para compartir, además de estar lleno todas las noches con grupos de amigos que se reúnen entre libreros y mesas para alegres celebraciones. Reserva con anticipación para cenar en este acogedor lugar, donde se aprovecha bien el currículo impecable del chef Álvaro Clavijo (ha trabajado en Noma y Per Se) en el menú sorprendentemente accesible de platillos que hace poco incluían champiñones a la parrilla y calamares asados en un caldo de ortiga, costillas de cordero espolvoreadas con queso feta y semillas de girasol, y helado sabor maíz. La cena para dos cuesta alrededor de 200.000 pesos colombianos, unos 63 dólares.

Por el mercado

Es posible pasar horas recorriendo los pasillos de Paloquemao: este enorme mercado está lleno de puestos saturados de frutas coloridas y extraordinariamente diversas, así como decenas de variedades de papas. Puedes desayunar por menos del equivalente a 5 dólares si comes arepas recién salidas de la sartén y rellenas de queso, junto con jugos de mango, fresa, lulo y muchas otras frutas de las que quizá jamás has oído ni visto antes. Mientras comes bocadillos y pruebas las nuevas frutas, abastécete de canastas tejidas, jaulas de aves y botellas de pociones que sirven para muchas cosas, como atraer dinero, ahuyentar espíritus, tener buena suerte y resucitar a los muertos.


Mercado. Frutos de la selva, la sierra y la costa.  | NYT
Mercado. Frutos de la selva, la sierra y la costa. | NYT

Echa un vistazo a algunos de los diseñadores más interesantes de Bogotá en Casa Précis, donde encontrarás zapatos de Gal vs Buck, una línea unisex de calzado de cuero con flequillos. También puedes elegir elegantes sombreros de paja, joyería y trajes de baño con patrones brillantes de la marca colombiana Baobab. Trama Casa de Creadores es una antigua casona donde hay un negocio distinto en cada habitación. Hay un estilista y un estudio de tatuajes en caso de que quieras una nueva apariencia, pero, para algo menos permanente, elige los fabulosos pantalones de cintura alta y las faldas hechas en Colombia a partir de telas africanas con patrones coloridos, diseñadas por Lía Samantha.

En el piso de arriba, en Alma de Coco, los humectantes corporales, las mascarillas y los cosméticos están hechos con cacao y aceite de coco de la costa colombiana del Pacífico.

El Telar de las Palabras, una librería en la que sólo se venden libros escritos por mujeres, está en la planta baja.

La Candelaria, con sus pequeños callejones, edificios históricos y una abundancia de arte urbano, desde hace mucho ha sido uno de los pocos vecindarios en la ciudad sin un entorno de alta cocina. Eso cambió con la llegada de Prudencia, un espacio con techo alto de cristal y un menú bien pensado que cambia todos los días y podría incluir costillitas de res, ensalada de fresas y remolacha o bizcocho de tofu e hinojo. Las sidras locales o la soda casera de uva son un final adecuado para un almuerzo placentero antes de volver a explorar los murales políticos del vecindario y los imponentes edificios de gobierno que datan de hace un par de siglos. El almuerzo para dos cuesta alrededor de 100.000 pesos colombianos, unos 31 dólares.

Café y cementerios

El Cementerio Central de Bogotá, el lugar de descanso de políticos y escultores, es un lugar destartalado, romántico y aún majestuoso para visitar. Sus mausoleos, algunos menos conservados que otros, contienen los restos de una decena de presidentes, familias ilustres y artistas colombianos.

En la Calle 24, pasando el arte urbano, se encuentra Café de la Fonda, un silencioso lugar en este vecindario donde puedes beber una excelente taza de café colombiano. Ya que estás ahí, llévate varias bolsas a casa (cada una cuesta 12.000 pesos colombianos, un poco menos de 4 dólares).

Bogotá es el hogar de algunos colectivos ingeniosos: complejos que albergan tiendas, bares, cafeterías y a veces espacios de espectáculos bajo un solo techo, los cuales son sitios perfectos para hacer una parada a la mitad del día. Si quieres un lugar artístico y abierto a la comunidad LGBT, ve a A Seis Manos, donde hay tienditas donde se vende ropa de época, cerámica y modernos prendedores esmaltados; también hay un bar con una decoración llamativa que está abierto todo el día y sirve cócteles y café con precios razonables. Revisa el calendario para ver todas las actividades disponibles, que van desde tango gay hasta noches de trivia.

Si quieres una alternativa más refinada, prueba Casa Arsenal, donde se relaja la gente adinerada del país en un patio lleno de mesas y sillas, rodeado de versiones miniatura de cervecerías artesanales, cafeterías, pastelerías y restaurantes elegantes, así como una librería y un espacio de trabajo cooperativo.


Zapaterías. El famoso calzado colombiano. | NYT
Zapaterías. El famoso calzado colombiano. | NYT

Cena con villanos

Aparta varias horas para cenar en uno de los restaurantes más divertidos y creativos de Bogotá. Villanos en Bermudas es la creación de un chef mexicano y uno argentino, que han convertido esta casa elegante en Chapinero en un destino gastronómico serio.

Comienza con un cóctel, después prosigue con el menú de degustación de diez tiempos, que podría incluir platillos sencillos como pan casero con mantequilla fermentada de ajo negro o creaciones más complejas como mousse de garbanzo con helado de maracuyá.

El menú cambia cada dos semanas. La cena para dos cuesta alrededor de 300.000 pesos colombianos, un poco menos de 100 dólares.

Los domingos por la mañana, gran parte de Carrera 7, una de las arterias principales de la ciudad, está cerrada al paso vehicular, y los lugareños salen a las calles para andar en bicicleta, trotar y pasear a sus perros. Úneteles para ir a correr, dar un paseo o hacer una parada para desayunar con jugo fresco y ensalada de frutas en uno de los muchos puestos que se encuentran a lo largo del camino.

Las clases de ejercicios gratuitas, parte de una iniciativa de salud en toda la ciudad, se organizan en muchos de los parques durante toda la mañana, así que proponte visitar uno (el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera generalmente es un lugar divertido, un favorito de los veinteañeros que visten como si acabaran de salir de una discoteca).

Una tarde dorada

El domingo, cuando gran parte de la ciudad está cerrada, es un día excelente para explorar museos. El Museo del Oro de Bogotá (entrada gratuita los domingos, 4.000 pesos otros días) tiene una colección inmensa y reconocida de máscaras elaboradas y brillantes, estatuas y joyería que datan de la época prehispánica. Después de que hayas disfrutado de todas estas cosas resplandecientes, ve hacia el sur a Carrera 7 para presenciar varias cuadras llenas de actividades como juegos, espectáculos callejeros, música en vivo, puestos de comida y más. Es un lugar popular de reunión para quienes quieren divertirse sin gastar mucho.

Si subir un kilómetro cuesta arriba por el cerro de Monserrate no es lo tuyo, opta por una alternativa más relajada recorriendo los senderos y jardines del que alguna vez fue el hogar del libertador Simón Bolívar. Las habitaciones amuebladas de manera sencilla de la Quinta de Bolívar (entrada gratuita los domingos, 3.000 pesos los demás días) están rodeadas de caminos adoquinados que forman una curva a través de una enorme variedad de plantas y estatuas.

Bolívar no vivió aquí durante gran parte de los diez años que fue dueño de la casa, pero puedes ver por qué regresaba aquí entre una campaña de independencia y otra: los jardines frondosos están sorprendentemente aislados del ruido urbano y ofrecen el aire más fresco y menos contaminado de la ciudad.

Dónde hospedarse

Si vas a rentar un departamento en Airbnb, hay muy buenas opciones en Chapinero, un vecindario central con acceso fácil al norte y el sur de la ciudad. Espera pagar entre 40 a 90 dólares por un lugar de una sola habitación. El edificio distintivo que alberga al Four Seasons Casa Medina (habitaciones dobles desde 359 dólares) está a tan sólo unos pasos del mejor vecindario para visitar restaurantes, la Zona Gourmet. Las habitaciones del hotel diseñadas individualmente ofrecen chimeneas y techos iluminados. Casa Leleyte (habitaciones dobles desde cien dólares, desayuno incluido) se inauguró en 2017 con tan sólo cuatro habitaciones, un bar digno de publicar en Instagram con muebles modernos de mediados de siglo, y una colorida colección de arte, todo dentro de una ubicación central y espectacular.

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