Así fue el impresionante rescate del los chicos atrapados en una cueva en Tailandia

Los niños rescatados de una cueva inundada en Tailandia se encuentran "bien de salud", aseguran las autoridades, pero permanecerán hospitalizados en cuarentena, con gafas de sol para proteger la vista y bajo seguimiento psicológico.

Este martes fueron sacados de la gruta los cuatro chicos restantes y su entrenador de fútbol, pero aún se desconoce su estado.

Dos de los rescatados toman antibióticos porque presentan síntomas de neumonía después de días en la humedad de la gruta. Pero incluso ellos tienen un "estado normal", informó el hospital de Chiang Rai, en el norte de Tailandia. Las personas que pasan mucho tiempo bajo tierra suelen sufrir problemas pulmonares.

El destino de los 12 chicos y el entrenador de fútbol atrapados en una cueva de Tailandia ha tenido en vilo al mundo entero durante semanas. A continuación, el rescate de Tailandia en cifras:

- 4 kilómetros es la distancia que separaba a los chicos y a su entrenador de la entrada de la cueva, según las autoridades. Según los rescatistas del British Cave Rescue Council, presente en el terreno, a dos kilómetros del lugar en el que se encontraban ya se veía la luz exterior.

- 9 días permanecieron aislados, en medio de la oscuridad, hasta que fueron descubiertos por los equipos de rescate.

- 11 años tiene el muchacho más joven atrapado. Según la prensa, se le conoce como "Titan". Fue uno de los últimos en salir hoy, además de otro de sus compañeros y su entrenador.

- 13 eran los chicos que permanecieron atrapados, doce jugadores de entre 11 y 16 años y su entrenador, de 25. El agua los sorprendió cuando se encontraban de excursión en la cueva.

- 15 por ciento es el nivel al que cayó el oxígeno en el aire de la cámara en la que se encontraban los jóvenes. El nivel normal es del 21 por ciento.

- 23 de junio es el día en que el equipo entró en la cueva y quedó aislado. Según la prensa, era el cumpleaños de uno de los jugadores y los chicos llevaban algo de comer para celebrarlo.

- 38 años tenía el ex buzo de la marina que murió durante el operativo de salvamento. Se encargó de llevar botellas de aire a la cueva y en el camino de vuelta perdió el conocimiento por falta de oxígeno.

- 40 centímetros tenían los lugares más angostos por los que tuvieron que pasar los rescatistas con los chicos para salir al exterior.

Buen estado desalud

"Los ocho están bien de salud, sin fiebre", declaró Jesada Chokedamrongsuk, responsable del ministerio de Salud Pública en un primer balance detallado del estado de salud de los adolescentes de entre 12 y 16 años.

Todos fueron sometidos a pruebas radiológicas y sanguíneas. Los análisis de sangre se enviaron a Bangkok y los resultados se conocerán dentro de unos días.

Se los vacunó contra el tétanos y contra la rabia. Aunque el riesgo de que los murciélagos, vectores de la enfermedad, los hayan mordido mientras dormían es muy bajo.

Todos pueden caminar, hablar y comer y alguno hasta consumió chocolate. Por el momento no pueden ingerir comida picante, típica en Tailandia, porque tienen el estómago delicado.

"Todos tienen buena salud mental", asegura el hospital. Varios expertos advirtieron de posibles consecuencias a largo plazo y por eso cuentan con seguimiento psicológico.

Los chicos llevan gafas de sol para que sus ojos, privados de luz durante dos semanas, puedan acostumbrarse progresivamente a la del día. Los problemas oculares son los más comunes, junto con los pulmonares, en los casos de sobrevivientes rescatados después de un largo periodo bajo tierra.

Un oftalmólogo examinó al primer grupo rescatado y descartó complicaciones oculares. Permanecerán hospitalizados una semana para vigilar el eventual desarrollo de infecciones.

Si los análisis no revelan nada peligroso, los padres "estarán autorizados a acercarse a sus camas con ropa de protección, manteniéndose a una distancia de dos metros", precisó el doctor Tosthep Bunthong en rueda de prensa.

Los niños están en cuarentena pero los padres del primer grupo evacuado pudieron verlos a través de un cristal y hablarles a distancia.