La historia de Kayte, el trapero que dejó la mala vida atrás y llegó a San Juan para triunfar

Llegó de Buenos Aires para cumplirle una promesa a su abuela. Ahora, la rompe con el género urbano.

“Mi vida en San Juan es genial, no me puedo quejar”, expresó Kayte.
“Mi vida en San Juan es genial, no me puedo quejar”, expresó Kayte.

Un joven de 22 años oriundo de Escobar, en la zona norte de Buenos Aires, llegó a San Juan con la ilusión de triunfar en la música a través del trap. Su nombre de pila es Mariano Morales, pero es más conocido como Kayte. Detrás de sus ilusiones, hay una larga historia de frustración y también de superación.

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Kayte habló con Diario Huarpe, donde contó sobre su vida, sus dolores y sus sueños. En su rostro tiene tres lágrimas tatuadas que significan las promesas que le hizo a su abuela antes de que ella falleciera: una por terminar el secundario, otra por mudarse a San Juan y otra por volverse famoso. Las primeras dos las pudo cumplir, mientras que la última es actualmente el motor por el que vive.

Mariano nació en Garín, Escobar, y fue criado por sus abuelos porque no tuvo padres presentes. En su entrevista con el medio sanjuanino, contó que a sus 13 años se le murió su abuela mientras que su abuelo hacía changas para afrontar el día a día. Mientras tanto y con pocas oportunidades a su edad, entró al mundo de la calle donde asegura haber pasado la parte más oscura de su vida, rodeada de conflictos con bandas, balaceras y drogas.

“Que maten a alguien enfrente mío y ver a mujeres entregándose por un faso fueron las peores cosas que viví en la calle”, sostuvo. Además, la muerte lo signó en varias ocasiones, en enfrentamientos en donde él podría haber sido la víctima y también pasó por una depresión que lo llevó a intentar suicidarse a sus 15. Sin embargo, se apoyó en la creencia que tenía desde chico de que “estaba destinado para algo” y construyó sus cimientos con la música y los recuerdos de su abuela. Así, logró alejarse de la calle y retomó el secundario.

Pero la música lo atrajo y comenzó a componer letras sobre sus sentimientos y se abocó al género urbano. Refugiado en el trap y en el estudio, abandonó la “mala vida” y cumplió con la promesa que le había hecho a su abuela que era terminar el secundario. Luego, se vino a vivir a San Juan ya que su abuela le había dicho que era un gran lugar para vivir y por eso decidió mudarse a esta tierra.

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Así, llegó a suelo cuyano y fue bien recibido por la familia de su primo Lucas Méndez, con quien abrió su propia barbería. Además, trabaja en una fábrica y puede dedicarle tiempo a la música, a expresarse a través de sus canciones. En YouTube tiene un total de nueve videoclips y en Instagram tiene ya 10 mil seguidores.