Un centro para Hilario Alcórner

En el Día del Periodista Deportivo charlamos con Carlos Lépez, el querido "Hilario Alcórner" que hoy pasa por una situación poco grata.

Un centro para Hilario Alcórner
Un centro para Hilario Alcórner

Los periodistas deportivos entrados en años llevan una relación peligrosa con el tiempo: mientras más mayores son, más son alcanzados por la nostalgia. Los periodistas deportivos de verdad nunca dejan de ejercer su profesión. Y los periodistas deportivos apasionados no pueden dejar de escribir.

Estas tres características definen a la perfección Carlos Lépez, conocido más que nada por su seudónimo de "Hilario Alcórner". Carlos tiene 84 años y las mismas ganas de seguir escribiendo con las que debutó en 1969 en el diario El Andino. En su casa del barrio Higueritas de Guaymallén, el hombre -que fue durante años bibliotecario de la Facultad de Filosofía- ha sacado casi 10 biblioratos en los que atesora parte de su obra como escritor.

Hoy padece de una maculopatía -enfermedad que afecta la mácula, la parte central de la retina, generando pérdida de la visión central- que prácticamente le impide ver. Para su familia su caso es salvable pero necesitan dinero para someterlo a un tratamiento con el médico Edgardo De Mauri de la cínica del Doctor Nano en Capital Federal.  Así, "Hilario Alcórner" podrá volver a sentarse en su máquina y hacer lo que más sabe, "contar historias", como él mismo dice.

Para aportar con lo que necesita Carlos Lépez para su tratamiento en Capital Federal, su hija Mariana deja un celular dirigido a quienes deseen cooperar: 261-5871436.

Pionero

"Fui el primer periodista que iba a la cancha y no me dirigía al palco de prensa: me quedaba con las hinchadas. Con las barras, que hoy lamentablemente son las barrabravas", cuenta Carlos.

Sobre la mesa descansa su primera nota de 1969 de El Andino: "A otro 'Lobo' con ese hueso". En el escrito se puede ver de movida que "Hilario" le imprimía una vuelta de tuerca a sus textos que, aún si se leyeran hoy, se los podría definir como periodismo de "prosa avanzada".

Su legado periodístico y literario consta de novelas, libros de poemas, de cuentos y una larga lista de ensayos que han sido publicados. "En calidad de inéditos tengo otras dos novelas más y otro libro de cuentos". El hombre también dirigió las revistas deportivas "La Hoja de Hilario" y "Córner Corto". En la contratapa del libro "De lo escrito y lo vivido" -prologado por el doctor en Filosofía Francisco Rego-, se presenta como "bibliotecario, escritor y periodista profesional".


    Foto: Marcelo Rolland/ Los Andes
Foto: Marcelo Rolland/ Los Andes

Su voz frágil se deshace en su relato que a veces se torna rápido por el entusiasmo y a veces se aletarga a causa del cansancio. Ingresó a Los Andes como archivero y quien por entonces era jefe de Deportes de El Andino, José Ricardo Galante, fue uno de los primeros que advirtió la pluma poco frecuente de Lépez. "En el diario El Andino fue que nació Hilario Alcórner, seudónimo que yo inventé. Allí sabían que me gustaba el futbol y Galante me dijo una vez "¿Por qué no probás con hacer algo distinto?'. Así hubo una primera nota después me dijo sigamos: seguimos por 50 años".

Desde adentro

"El escribir sentado en el tablón me sirvió para conocer al hincha por dentro, conocerlo humanamente, yo estaba entre ellos y me trataban como uno más: de hecho todos me conocían. Dejé de escribir un poco porque antes iban a las dos hinchadas a la cancha y ahora no: eso es algo que está matando al fútbol".

Lépez asegura que entre principios de los '70 y mediados de los '80 se sucedieron "los mejores años de Hilario Alcórner. Hice varias revistas, libros, de todo un poco. Trabajé para El Andino, después para el diario Mendoza (luego se llamó Hoy) por último para el diario Jornada "que dirige el gran periodista Roberto Suárez". Recuerda también que trabajó en radio Libertador y en Nacional.

En 1984 hizo una revista por el campeonato de Huracán Las Heras. Se trata de un incunable para cualquier hincha del "Globo" mendocino. "Norberto Parma era el presidente por entonces".


    Foto: Marcelo Rolland/ Los Andes
Foto: Marcelo Rolland/ Los Andes

Durante la entrevista, "Alcórner" se vuelve a zambullir entre su obra esparcida sobre la mesa una y otra vez. Siempre busca algo para mostrar, su memoria se abalanza sobre lo que dura el reportaje y cree siempre que no tendrá tiempo suficiente para contar todo lo que quiere contar.

Su hija Mariana, la ideóloga de que su padre vuelva a ver bien, vuelva a escribir, cuenta: "La municipalidad de Capital ya nos ha asegurado los pasajes a Buenos Aires. Nosotros llegamos a tener un dinero pero otra enfermedad de mi papá hizo que lo gastáramos ahí".

La plata que necesita es para "estudios, láser e inyecciones". Para 2019 se van a cumplir 50 años de su primera nota y tiene en mente hacer una gran revista de conmemoración: “Hay que ver cómo me las ingenio para hacerla, por eso necesito del tratamiento en Buenos Aires”, recuerda.

La última vez que Alcórner fue a una cancha lo hizo para ver Gimnasia-Independiente de Mendoza, pero ya casi no veía. De todos modos sus otros sentidos se potenciaban. "Escuchar los cantos, la música del futbol, la diversión de la gente buena de la familia que va a las canchas y de los aromas que solo se encuentran allí; en una tarde de fútbol", sentencia con el sello de aquellos que no se olvidan de escribir.

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