Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas

Entre el mediodía del sábado y última hora del domingo, más de 300 personas quedaron varadas en medio de un temporal de viento y nieve. Con un trabajo coordinado fueron trasladados hasta Uspallata. Aún quedan camioneros en la ruta.

Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.
Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.

Entre el sábado por la tarde y última hora del domingo, más de 300 personas quedaron varadas en el corredor internacional que vincula a Argentina y Chile vía terrestre y por la Alta Montaña mendocina. La gran mayoría de ellas ya han sido evacuadas y rescatadas, aunque todavía quedan algunos camioneros a la espera de que se habilite el tránsito para poder seguir su marcha junto a sus vehículos (son aquellos que prefirieron no abandonar sus transportes y la carga). Y aunque lo peor ya pasó –como suele decirse-, la forma en que las distintas fuerzas de seguridad con incidencia en la zona y los comerciantes de las villas cordilleranas trabajaron codo a codo y de forma integrada para asistir a los varados es digna de ser reconstruida; y destacada. Porque muchas de esas son postales que no llegan a verse ni en las mejores películas o series de acción.

“Ya es la tercera vez que me pasa vivir una situación así, por lo que tenemos cierto conocimiento y organización para ayudar a gente que queda varada en casos como estos. Las dos veces anteriores en que me pasó fue con aludes que caen sobre la ruta, pero esta es la primera vez en que tenemos que vivir un temporal tan fuerte”, reconstruye con humildad y perfil bajo Juan Manuel Roco, encargado del restaurante Portal de Las Cuevas, ubicado precisamente en este paraje.

Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.
Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.

Y es que Juan Manuel y sus 7 compañeros de trabajo en este comercio se convirtieron en algunos de los tantos “héroes anónimos” que dejaron todo –y más también- para ayudar a transportistas y turistas. Y que caminaron hasta dos kilómetros en medio de la nieve y el viento blanco para asistir a esas personas de más de 80 años y también a los niños de apenas meses que habían quedado atrapados en el interior de sus camiones y de los vehículos particulares y ómnibus que habían quedado atrapados en la ruta y en medio del hostil temporal de invierno en la siempre sorprendente Cordillera de los Andes.

“El sábado por la tarde se activó el protocolo y desde Comité de Emergencia se hizo el pedido de transporte y de personal que contribuya con la evacuación de personas varadas en Las Cuervas, más específicamente en la Curva de Soberanía. En total se dispuso de 15 personas y una patrulla de rescate con conocimiento en terrenos nevados, así como también con enfermeros. Entre la tarde del sábado y la noche del domingo se evacuaron a más de 200 personas, la mayoría de ellas de vehículos particulares –primero- y, en última instancia, a transportistas”, destaca a su turno el mayor Juan Cruz Ceresoli, jefe de la Compañía de Cazadores de Montaña 8, de Puente del Inca. Esta repartición trabajó junto al RIM 16 participaron en representación del Ejército.

Si bien el temporal ya había llegado a su fin, hasta el mediodía de hoy seguían los trabajos de limpieza en la ruta, por lo que quedaban entre 100 y 150 camioneros con sus vehículos a la espera de que se rehabilite el tránsito. “La cola de camiones sigue intensamente, hay cerca de 3 kilómetros. Ahora, con la autorización del dueño del restaurante, les hemos hecho de comer a unos 20 camioneros sin cobrarles nada. Y si en el transcurso de la tarde el panorama no cambia y vemos que van a tener que quedarse otra noche acá, también tenemos todo listo para darles la cena y hasta darles un lugar en donde puedan dormir”, agregó Manuel Roco, del restaurante Portal de Las Cuevas, pasado el mediodía del lunes.

Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.
Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.

Sorprendidos y varados

Quienes saben del tiempo y las condiciones meteorológicas en la Cordillera de los Andes coinciden en que el principal error fue haber habilitado el tránsito por el Paso Cristo Redentor y por el Corredor Internacional el sábado por la mañana, aunque solo entre las 9 y las 13. “El problema fue que cerraron el tránsito a las 13, pero no se preocuparon de si había quedado gente o no arriba, y a esa gente la sorprendió el temporal”, destacan algunos de los voluntarios que trabajaron en la asistencia y rescate de los varados.

Con el inicio del temporal (que estaba pronosticado), pasado el mediodía del mismo sábado se congeló la calzada y un camión quedó cruzado en toda la ruta a la altura de la Curva de Soberanía, obstruyendo el paso de cualquier otro vehículo. Ese fue el inicio de la situación que terminaría por tornare en conflictiva y desesperante.

Hay unas 400 personas varadas en Alta Montaña por la nieve y el viento blanco. Gentileza.
Hay unas 400 personas varadas en Alta Montaña por la nieve y el viento blanco. Gentileza.

“La gente que había llegado con reserva a comer en el lugar, cuando vio que empezaba el temporal, intentó comer rápido para poder volver antes de que todo se pusiera más difícil. Incluso, uno de los micros alcanzó a salir, pero tras completar apenas 300 metros, quedó encerrado en lo que se conoce como ‘falso túnel’ de Las Cuevas. Había gente grande y chica, de todas las edades. Al principio creímos que iban a poder seguir, pero en ese momento me llamaron dos guías de turismo más de otras empresas que me dijeron que habían quedado en la ruta y que estaba imposible para bajar”, continúa con su relato Manuel Roco, quien además destaca que en todo momento el dueño de El Portal de Las Cuevas, restaurante donde trabaja (José Mario “Lito” Calabrese) le dio vía libre para que dispusiera de las instalaciones, víveres y recursos del lugar para abastecer sin costo alguno a las personas varadas.

Cerca de las 13 se interrumpió el tránsito a esa altura del corredor internacional y en ese momento comenzó el padecimiento para los más de 300 vehículos que quedaron atrapados en la ruta y en medio del temporal. La asistencia de las fuerzas de seguridad y de los comerciantes de la zona se extendió hasta la madruga del domingo, y también durante toda esa jornada dominical.

“La gente no salió de los micros ni de sus autos. Nosotros empezamos a armar las mochilas con termos de agua caliente, café, té y leche caliente para los niños y salimos caminando entre la nieve y el viento hasta donde estaban todos, habremos llegado a eso de las 21 a entregar todo. También repartimos el poco pan que nos quedaba e hicimos masa para hacer unas tortas fritas y repartir entre la gente. Recién a las 4 del domingo, cuando ya habíamos repartido todo, caminamos casi 1 kilómetro más para abajo, entre mucha nieve y empapados, para volver al departamento”, destacó Manuel, quien cumplirá 39 años el domingo próximo.

El amanecer del domingo no difirió demasiado de lo que había sido toda la siesta y tarde del sábado, por lo que Manuel Roco y sus compañeros sabía que les esperaba otra jornada de estar al servicio de quienes lo necesitaran. Una vez más, el dueño del restaurante le había dado luz verde al encargado para que se le diera de comer de forma gratuita a las personas que habían quedado varadas. Y así se disponían a hacerlo pasado el mediodía cuando llegó la noticia más esperada: el temporal comenzaba a ceder, las máquinas de Vialidad avanzaban en el despeje de la nieve en la ruta y –de a poco- los vehículos podían comenzar a bajar y sus ocupantes a escapar de la zona más crítica. “En el restaurante había unas 80 personas que estaban listas para comer algo, pero cuando les avisaron que podían empezar a bajar, se fueron rápidamente. Tenían hambre, pero tenían más desesperación y ansiedad por poder irse”, rememora el encargado del restaurante, quien agrega que había gente de todas las edades entre quienes asistieron e, incluso, una familia con dos niños que no habían comido nada en todo el día.

Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.
Varados en Alta Montaña y aislados por 36 horas: así fue el reparto de comida y los traslados por postas. Foto: Gentileza Manuel Roco.

Traslados por postas y el rescate de los vehículos

El jefe de la Compañía de Cazadores de Montaña 8 de Puente del Inca, Juan Cruz Ceresoli destacó que los primeros en ser evacuados fueron los turistas y viajantes particulares, mientras que luego se continuó con los camioneros (incluso, muchos optaron por quedarse en el lugar con sus vehículos y cargas).

“Toda la evacuación se hizo con tormenta, mientras nevaba y había viento blanco. Comenzó el sábado por la tarde y a la gente se la trasladó en una primera evacuación hacia la Compañía de Cazadores de Montaña 8, en Puente del Inca. Allí estaba la posta, donde se les daba a las personas asistencia sanitaria primaria y se descartaba que hubiese otros problemas más graves. En el lugar se les daba algo caliente y mantas para abrigarse, o se les servía algo de comer si era necesario. Una vez que esa gente recuperaba la capacidad, se la trasladaba en camiones -con cadenas- hasta Punta de Vacas, y desde allí Gendarmería los llevaba hasta Polvaredas. En Polvaredas había colectivos de servicio del grupo Andesmar que llevaba a la gente hasta Uspallata y allí, en el centro cultural de Uspallata estaba el punto final de la evacuación”, reconstruye Ceresoli, quien agrega que entre los asistidos había desde gente mayor de 80 años hasta niños de apenas unos pocos meses.

Pasado el mediodía del domingo dejó de nevar en la zona y allí se agilizó un poco la evacuación. Sin embargo, muchos vehículos particulares quedaron en la ruta, por lo que serán sus propietarios quienes durante los próximos días deberán coordinar la manera de ir a buscarlos (ya que fueron rescatados en camiones del Ejército, de Gendarmería y en micros). La recuperación de los rodados quedará en manos de cada conductor y podrán concretarla ni bien se regularice toda la situación. “Ya no queda ningún particular, solo quedan los camioneros que quisieron quedarse en sus vehículos aguardando que se normalice todo”, resumió Ceresoli.

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