“Tuve Covid-19 y tengo inmunidad por cuatro meses”: ¿verdadero o falso?

Aunque se trata de una idea ya instalada popularmente, no hay evidencia científica que garantice la inmunidad total de quienes ya tuvieron coronavirus. Eso es algo que sólo aportará la vacuna, por lo que recomiendan cuidarse como si nunca hubiesen transitado la enfermedad.

Guardia Covid del Hospital Central, donde están los pacientes graves que requieren respiradores mecánicos. Las unidades críticas trabajan a cama llena, pero están dando respuesta a la demanda. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Guardia Covid del Hospital Central, donde están los pacientes graves que requieren respiradores mecánicos. Las unidades críticas trabajan a cama llena, pero están dando respuesta a la demanda. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

Al estar transcurriendo en tiempo real, la pandemia de coronavirus va dejando incontables aprendizajes en la comunidad científica en el día a día. El estudio, la evaluación, la aplicación y la corrección (de ser necesaria) está al orden del día; por lo que hay varios enunciados que constantemente están en revisión, y es algo fundamental a tener en cuenta. Mucho más cuando estos enunciados se convierten en leyes populares, de esas que se toman como verdades universales a raíz de que se repiten hasta el hartazgo, aunque sin la validación científica correspondiente.

Una de ellas es la idea, casi afirmación, de que aquellas personas que ya hayan transitado el Covid-19 en su organismo tienen garantizada una inmunidad durante los próximos cuatro meses. No obstante, se trata de una idea errónea y no hay ninguna garantía de que esto sea indefectiblemente así.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

No hay todavía una evidencia clara del tipo y del tiempo de inmunidad que puede haber, hoy es algo que está en plena investigación y es algo que el tiempo nos va a confirmar o no. Hoy sabemos que la inmunidad no es igual para todos, pero nos da cierto criterio de auspicio en el caso de cuando estén las vacunas. Se ha visto que con el sistema de vacunación se dispara mejor la respuesta humoral o celular. Es la vacunación la que nos puede dejar una inmunidad de un año o más, pero es algo que se sabrá una vez que esté la vacuna y se observe la evolución”, destacó el director del Observatorio de Salud Pública de la UNCuyo, Sergio Saracco.

Además, el también director de Toxicología y ex ministro de Salud de la Provincia indicó que hasta tanto se tenga una vacuna, es fundamental regirse bajo el principio de precaución. “Por más que la persona haya tenido coronavirus, tiene que seguir cuidándose como si no lo hubiera tenido. Puede ser que tenga menor riesgo de contagio que aquellos que nunca lo tuvieron. Pero no tenemos certezas para decir categóricamente que ‘no hay peligro’, como por ejemplo pasa con el Sarampión o la Hepatitis A. Este es el conocimiento que hay, no nos olvidemos que llevamos 10 meses desde que se lo identificó al virus”, detalló Saracco.

Pocos reinfectados, pero de distinto tipo

De los cerca de 30 millones de infectados que hay el mundo, lo cierto es que hay pocos casos -al menos publicados- de reinfectados. Y de ellos, la gran mayoría ha sido leve. No obstante, también hay casos de pacientes que transitaron una reinfección más grave que lo que fue el cuadro inicial.

“Hay publicaciones de Estados Unidos, con 3.000 pacientes infectados y quienes, al haber estado infectados, el virus le ha disparado el sistema inmunológico a la persona. Sin embargo, siempre va a variar de acuerdo a las características de cada individuo; puede ser mayor o menor la respuesta, y es algo que no podemos saber hasta que se lo estudia. De eso puede depender el tipo de inmunidad que quede”, destacó Saracco.

Justamente en el trabajo norteamericano se evidencia que había pacientes que generaron una inmunidad leve o mínima; mientras que en otros era macada. “A partir del día 30, la inmunoglobina tiende a descender. Podría durar 3 o 4 meses la inmunidad, pero depende del tipo de infección que tuvo la persona (si tuvo más síntomas, probablemente haya más capacidad). Pero también se disparan otros mecanismos de inmunidad, como es la celular y que está formada por los linfocitos, en las células blancas de la sangre. Hay distintos linfocitos, los que son de tipo T se activan de forma inmediata al ser agredidos por una infección. Y son los que van a dar respuesta en el futuro ante un enemigo ya conocido”, se explayó el especialista.

Vacuna, la clave

Saracco destacó que una vez que se tenga la vacuna, esto asegurará la inmunidad. Esta inmunidad, en tanto, podrá ser sostenida en el tiempo y será la propia observación científica la que determine su duración. “Cuando pase un año desde que se vacunó a los primeros, habrá que ver como están los anticuerpos. Eso se tendrá que ir siguiendo todos los años. Con la Fiebre amarilla, por ejemplo, en un principio había que aplicarse una dosis cada 10 años, y luego se determinó que alcanzaba con una única vacunación. Todo se va siguiendo con la curva de aprendizaje”, sintetizó.

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