Tiene 9 años, montó su propio negocio en Misiones y llegó a recaudar $ 3.000 por día

La nena vendía golosinas en el recreo y creció tanto su emprendimiento que la maestra le confiscó la mercadería. Ahora hay polémica.

Carolina tiene 9 años y se transformó en una empresaria de su colegio.
Carolina tiene 9 años y se transformó en una empresaria de su colegio.

De película. Una nena de nueve años montó su propio negocio y empezó a vender golosina en los recreos en el patio de su escuela de la ciudad Leandro N. Alem, en Misiones. La menor es hija de un empresario y de una contadora y llegó a recaudar hasta 3.000 pesos por día. Sin embargo, ahora hay polémica porque una maestra le confiscó la mercadería.

Todo ocurrió en la Escuela 62 “Comandante Luis Piedrabuena”, donde la directora convocó a los padres de la nena para comunicarles que Carolina (9) no podía seguir proveyendo de golosinas a sus compañeros.

La pequeña emprendedora, sin embargo, vio la veta de empezar a vender debido a que en la escuela no hay kiosco.

“Primero empecé a llevar algunas galletitas, alfajores y caramelos que me pedían mis amigos, pero después ya empecé a armar una lista con los pedidos y los entregaba en los recreos”, contó la nena en dialogo con Clarín.

Fredy Haydaz, el papá de la menor, estaba al tanto de la iniciativa y era el proveedor de la mercadería de su hija. “Ella siempre nos ve trabajando. Yo tengo una distribuidora y trabajo con camiones. Ella viene todos los sábados a la empresa y durante una hora le enseño lo que sé sobre comercio y transporte. A ella le gusta mucho comerciar, ganarse su dinero”, agregó el hombre.

“Acá no hay un chico que trabaja por necesidad, sino una nena que tuvo una iniciativa. Para ella era como un juego y no creo que fuera algo que se hubiera podido sostener en el tiempo. Creo que su iniciativa incluso fue beneficiosa para algunas de sus compañeritas, porque con el paso de los días dos de ellas empezaron a ayudarla: una tomaba los pedidos para el día siguiente y otra colaboraba en el reparto de las bolsitas”, detalló Fredy.

Luego, consultado sobre el decomiso de las mercaderías, la nena contó: “Empecé a tener bastantes pedidos. Las cosas ya no entraban en mi mochila, así que las cargué en un bolsito. En el horario de entrada tuve que ir al baño y dejé mi bolso. Ahí la maestra vio que tenía las golosinas y me las sacó. Me dijo que me las iba a devolver a la salida, pero no fue así”, remarcó.

“Ese día volvió llorando, indignada por lo que había pasado”, recordó su papá con cierta indignación. Por su parte, la pequeña Carolina todavía sigue enojada. “Ese día exploté, le quería pegar a la maestra cuando vi que se reía por la situación”, contó la nena.

Los papás de Carolina pasaron por la Escuela y la directora les reconoció que nunca tuvieron que enfrentar una situación así y que agregarían un artículo al reglamento escolar donde se especificara que los alumnos no podían vender golosinas. “Es decir que Carolina no hizo algo que estuviera prohibido”, sostuvo Fredy. Sin embargo, le prohibieron comercializar mercadería.

El enojo de la estudiante de quinto grado llegó a tal punto de que le dijo a su papá que montaría su “kiosco” sobre un mantel, en la vereda de la escuela: “Le pedí que no lo haga para evitar nuevos conflictos, pero la vi muy decidida”.

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