Sin empleo por secuelas del Covid y con un hijo discapacitado: la desesperación de una familia de La Paz

Debido a las secuelas del Covid, el jefe de familia, que debe ayudarse con oxígeno para respirar fue despedido de su trabajo. El menor de sus hijos sufre hidrocefalia y necesita tratamiento.

Jonathan, Pamela y sus hijos.
Jonathan, Pamela y sus hijos.

Jonathan y Pamela Oyola, que viven en La Paz y tienen tres hijos, están atravesando, probablemente, la situación más dramática de su vida. Al difícil día a día que representa tener un hijo con discapacidad, se le suma ahora el desempleo.

Debido a un problema pulmonar, luego de padecer Covid-19, Jonathan debe respirar con ayuda de oxígeno desde marzo de 2021. Tras una licencia por enfermedad, días atrás le llegó el telegrama de despido.

“Estamos desesperados porque alquilamos y, sin trabajo, se nos hace muy difícil el día a día, más allá de lo que significa el tratamiento que debe llevar nuestro hijo menor”, dijo Pamela a Los Andes.

Mamá de Alma (12); Dana (9) y Maicol (7), este último nació con hidrocefalia y mielomeningocele, es decir, sufre una acumulación de líquido en el cerebro, por lo que debe llevar un catéter en su cabeza. El niño nunca pudo caminar y se desplaza en silla de ruedas. Tiempo atrás, gracias a la ONG Corazones Paceños, dirigida por Noelia Rolón, pudo adquirir una silla moderna, adaptada a sus necesidades.

“No podemos con todo y estamos pasando el momento más duro de nuestra vida. La casa que alquilamos debemos entregarla en enero porque se termina nuestro contrato. Nosotros somos oriundos de Las Catitas, pero no queremos regresar, amamos la localidad de La Paz, donde llegamos hace seis años por el trabajo de mi esposo, que era chofer de micros”, puntualizó.

Antes de la pandemia por el Covid 19, la vida de esta familia, más allá de la situación de Maicol, era relativamente normal. Con su esposo trabajando, Pamela criaba a sus hijos, siempre dedicándose especialmente al menor, que concurre a la escuela Primera Junta. “Apenas llegamos a este maravilloso lugar, todos nos adaptamos perfectamente”, relató la mamá.

La historia dio un vuelco muy drástico cuando Jonathan, que jamás probó un cigarrillo, se contagió de Covid trabajando y luego las secuelas de la enfermedad resultaron mucho más graves de lo imaginado.

“Desde hace dos años debe respirar con ayuda de oxígeno. Estaba con parte de enfermo cuando recibimos el telegrama de despido y fue un golpe terrible. Más allá de que fue indemnizado, ese dinero se agota enseguida, somos una familia numerosa y nuestro hijo necesita tratamiento y pronto debe ser operado”, indicó. “Además –dijo—tampoco tenemos más mutual”.

Pamela y su familia viven en una casa mitad de ladrillo y mitad de adobe que deben entregar en unos meses para ser refaccionada. Actualmente están pagando 28 mil pesos de alquiler. El municipio, por su parte, colabora con alimentos.

“Mi temor es quedarnos sin lugar donde vivir más aún en esta situación en la que nos encontramos. Estamos desesperados, es muy duro no tener trabajo y vivir esta incertidumbre. En La Paz no hay viviendas disponibles para alquilar. Hay un barrio pero todas las casitas están adjudicadas y es comprensible”, indicó la mujer.

La familia aspira a poder permanecer en La Paz, un lugar tranquilo donde sus hijos están adaptados, la gente es amable y Maicol disfruta de la escuela, de sus compañeros y las maestras. “Jamás le han hecho burla ni lo han dejado de lado por su condición. Al contrario, estamos eternamente agradecidos y no queremos irnos de acá”, indicó.

Dijo que sus hijas, seguramente, podrán salir adelante. “Pero Maicol tiene una discapacidad y necesita mucha atención médica. Todavía no se sabe si algún día podrá caminar, es algo incierto, y como toda madre me preocupa mucho su futuro, qué será de él si algún día faltamos”, reflexionó. El niño es atendido en el Hospital Notti, donde próximamente deberá ser operado. “Más allá de la cirugía, que afortunadamente será en un hospital público, necesita medicamentos y pañales. Todo esto se agravó con el desempleo de mi esposo, que continúa con internación domiciliaria”, relató.

Ayuda

Pamela Padilla dejó su contacto para que aquellos que puedan dar una mano se contacten al teléfono 2634 79-8307.

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