Se perdieron más de 2.400 vacantes en jardines maternales

La falta de lugar se debe al cierre de sesenta establecimientos. Los padres no encuentran dónde dejar a sus hijos mientras están trabajando.

Imagen ilustrativa / Gentileza
Imagen ilustrativa / Gentileza

Uno de los sectores que más se ha visto afectado por el aislamiento social es el de los jardines maternales, que debieron suspender sus servicios por tiempo indeterminado. Debido a la falta de actividad, ya han cerrado 60 establecimientos en la provincia. Esto implica que se han perdido unas 2.400 vacantes de un servicio que resulta fundamental para familias que tienen hijos pequeños.

Esta situación significará un verdadero trastorno a futuro, cuando las actividades vuelvan a la normalidad, dado que la demanda crecerá y la oferta seguirá siendo limitada. Será algo similar a lo que ocurre hoy, con los padres que debieron reincorporarse al trabajo y no encuentran en quién delegar el cuidado de sus hijos.

Los abuelos, la opción tradicional, no es la recomendable en el contexto de pandemia. Contratar una niñera tampoco es una opción accesible para todos. “Si tengo que pagar la niñera para que cuide a los chicos todas las horas que voy a trabajar, trabajaría gratis”, apuntó Paola, mamá de dos niños.

Complicaciones

Los jardines maternales son organizaciones privadas que reciben niños menores de tres años y no son parte de la oferta educativa obligatoria. Brindan un servicio esencial para muchas familias, además de favorecer el desarrollo de los niños, pero la oferta estatal no cubre este servicio. La DGE tiene 324 SEOS (Servicio Educativo de Origen Social) dirigidos población vulnerable, administrados por ONG y municipios. A ellos acuden unos 15 mil chicos.

La Agrupación de Jardines Maternales de Mendoza, a la que pertenecen 200 instituciones, viene reclamando por esta situación. La mayoría de los que han cerrado son del Gran Mendoza, pero también ha sucedido en zonas más alejadas como Malargüe y Tunuyán. La problemática es diferente pero no menos preocupante a futuro. En la zona urbana hay más lugares pero también más demanda, en tanto, en zonas alejadas, la oferta es menor y el cierre de un jardín, que seguramente absorbía más alumnos es un pérdida más grave.

“Obviamente tendrá impacto”, dijo Florencia Pedroza, propietaria del jardín META Educando Libertad y miembro de la organización. “De hecho, estamos viendo colegios privados que están ofreciendo salas maternales a partir de 2021”, agregó.

Comentó que los padres les han manifestado su preocupación: “Desde hace meses tienen que deambular con los niños, el gobierno pretende que no salgan de casa pero los padres en algún lado los tienen que dejar, entonces a veces se quedan en la casa de los abuelos o van a diversos lugares al tener que pensar todas las semanas con quién los dejan”.

Explicó que reabrir los establecimientos no es algo fácil ya que debe invertirse para adaptar edificios y se pierden las habilitaciones correspondientes.

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