Restaurantes para pocos: el placer de salir a comer y mantener la intimidad

En Mendoza, varios lugares proponen disfrutar de una experiencia cómoda para sentirse como en la casa de un amigo. Son los mismos cocineros quienes atienden y conversan con los comensales.

Restauranes exclusivos que atienden pocas personas y algunos funcionan en casas particulares.
Facundo Piazza juntos a su madre Mabel cocinan para atender a sus comensales en una galería de arte.
Foto: Mariana Villa/ Los Andes
Restauranes exclusivos que atienden pocas personas y algunos funcionan en casas particulares. Facundo Piazza juntos a su madre Mabel cocinan para atender a sus comensales en una galería de arte. Foto: Mariana Villa/ Los Andes

La buena gastronomía conquista a las personas de acá, de allá y de más allá también. Muchas veces, es lo que direcciona nuestras elecciones a la hora de ver qué hacemos o adónde vamos. Podríamos imaginar una escena clásica de dibujos animados en la que los personajes son llevados “de las narices”, a través de los aromas, a un destino asegurado para disfrutar de una comida exquisita.

En el mundo real, lo que nos lleva a descubrir espacios nuevos y propuestas que cada día ganan más adeptos, es el boca a boca; cuando un conocido vive una experiencia fascinante, nos la cuenta y nos genera una intriga inmediata que hace que vayamos personalmente a descubrirla.

Es cierto que los medios, las redes sociales e internet también ayudan a la tentación visual de platos, pero nada más lindo que cuando una persona le confiesa a uno que hay tal lugar donde el corazón se va feliz y la pancita llena.

Y si de tendencias hablamos, nos enfocaremos en una que cada día gusta más a nivel mundial y es porque hace sentir cómodo, como si uno estuviera en su propio hogar, pero con el extra de que un cocinero apasionado de la gastronomía sorprende con el menú.

Nos referimos a restaurantes que tienen como leitmotiv que los comensales disfruten de la visita sin apuros, paso a paso, con una sobremesa tranquila similar a la que se hacen en casa de amigos, por lo cual no existe la rotación de mesas.

Estos negocios son atendidos por las familias propietarias, ellas reciben a intrépidos desconocidos en un ambiente pensado para que la velada sea como “hecha a nuestra medida”. Es que, sí: son exclusivos, íntimos y seguros. Es el propio cocinero quien sale al encuentro con el cliente; él invita a probar sus platos para que la persona viaje a través de los sabores.

Restauranes secretos 
Son restauranes exclusivos que atienden pocas personas y algunos funcionan en casas particulares.
Rogelio Resto funciona en lo que seria el patio de la casa de sus dueños
Foto: Mariana Villa/ Los Andes
Restauranes secretos Son restauranes exclusivos que atienden pocas personas y algunos funcionan en casas particulares. Rogelio Resto funciona en lo que seria el patio de la casa de sus dueños Foto: Mariana Villa/ Los Andes

Intimistas

En Mendoza hay varios de estos emprendimientos. Para conocer cómo funcionan, conocimos por ejemplo a Javier, Mónica y a su hijo Juan, quienes atienden en Rogelio, el restaurante que ofrece comida española a la cabeza y mediterránea como segunda opción, en donde el plato estrella es el pulpo en su versión a la gallega o a la murciana.

Javier es quien se encarga de los fuegos y sigue recetas tradicionales al pie de la letra; con la idea de transportar a través del paladar a Galicia, Valencia o cualquier punto geográfico español. Él veía a su padre cocinar e imitándolo aprendió a hacer la clásica paella: “Yo espero que estén todos los comensales en la mesa para, recién ahí, poner el arroz y cocerlo durante 18 minutos, como me enseñaron”.

Además de las tapas españolas que elaboran y de los postres, el también músico agarra la guitarra cuando apaga las hornallas y les regala a sus clientes un show en vivo para terminar la velada.

En las propuestas exclusivas elaboradas por personas que además tienen otros oficios además del de cocineros, hay mentes creativas que sirven elaboraciones de su autoría, también caseras y hechas en el momento. Es allí que dejan volar su creatividad y maridan ingredientes para lograr una comida o postre delicioso.

En Casa Cairo hay una fusión de recetas ya que Yamila, su propietaria y cocinera, elabora especialidades de la cultura gastronómica árabe –saladas, tanto frías como calientes, y dulces– y se permite innovar en los bocados que acompañan al clásico café a la turca.

“El fuerte de la temporada es la mesa dulce, cada vez estamos jugando con más sabores, por ejemplo, ahora estoy indagando en chocolates para hacer unos bombones de gelatina de rosas”, comparte la bailarina de árabe, quien ofrece porciones mini para que degustar variedad como baklava, maamul de dátiles, trufas de dátiles con chocolate amargo, su versión de lokum gominola o brownie de chocolate con bombón de menta. “Y terminamos con un té digestivo marroquí”, dice entre risas la descendiente árabe.

Restaurantes como los de Yamila o Javier son de la veta intimista, de esos que abren sus puertas a grupos reducidos y con reservas previas para así ofrecerles la mejor de las experiencias. La música y la danza son los extras que ofrecen las opciones mendocinas mencionadas, hacen de la velada una mucho más especial.

Restauranes secretos 
Son restauranes exclusivos que atienden pocas personas y algunos funcionan en casas particulares.
Facundo Piazza juntos a su madre Mabel cocinan para atender a sus comensales en una galeria de arte.
Foto: Mariana Villa/ Los Andes
Restauranes secretos Son restauranes exclusivos que atienden pocas personas y algunos funcionan en casas particulares. Facundo Piazza juntos a su madre Mabel cocinan para atender a sus comensales en una galeria de arte. Foto: Mariana Villa/ Los Andes

A puertas cerradas

En el mundo gastronómico se renuevan con frecuencia los estilos de servicio, aunque aparecen sorpresas culinarias se quedan instaladas. Como es el caso de los restaurantes a puertas cerradas, una movida que “no se ve a simple vista” y que en la provincia existe.

El concepto nació hace más de una década atrás quizá por la imposibilidad edilicia de abrir un local a la calle, aunque más bien surgió gracias a aficionados a la cocina que adoran recibir gente en su propia casa para prepararles opciones riquísimas. O también existen los casos en que los chefs eligen este camino para liberarse creativamente de las directivas de un establecimiento formal.

Esta tendencia de refaccionar hogares a modo de restaurante para recibir a grupos de comensales es como un aire renovador para aquellos consumidores que disfrutan vivir –y buscan a toda costa– experiencias distintas en el mercado.

Un buen ejemplo de esta vertiente y que funciona en Mendoza es un producto bien familiar y en el que el arte está, digamos, omnipresente. Facundo y su mamá Mabel crearon en Corazón Encubierto un rincón especial que no es un simple restorán a puerta cerrada, sino que aspira a ofrecer una experiencia de sabores a raíz de un menú de nueve pasos más café.

La propuesta es cenar rodeado de las obras de arte expuestas en Piazza Galería de Arte, en un ambiente exclusivo. Ellos cocinan recetas de otros países, esas que los enamoraron en sus viajes y recrean en su casa “a prueba y error, como por ejemplo el ceviche mezcla peruano y ecuatoriano”, modificaron proporciones hasta que quedó el ideal.

La velada es acompañada por un paseo entre obras de arte de artistas locales reconocidos y emergentes, con una una copa de vinos jóvenes de bodegas boutique.

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