Pozos de Carapacho, el paraíso de aguas cristalinas donde Malargüe busca habilitar el buceo profesional

El espejo de agua es parte del sistema de humedales Lagunas de Llancanelo y se encuentra a 70 kilómetros de la ciudad de Malargüe. Al tratarse de un área protegida, ya se iniciaron estudios para evitar su deterioro en el impacto ambiental.

El agua es de surgente. Emana del fondo, que es de arena volcánica, por lo que es cristalina. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
El agua es de surgente. Emana del fondo, que es de arena volcánica, por lo que es cristalina. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Los Pozos de Carapacho son un espejo de agua que pertenece a los humedales Lagunas de Llancanelo, reserva y área protegida provincial. Ubicados a unos 70 kilómetros de la ciudad de Malargüe y sobre la ruta provincial 186, son uno de los principales atractivos naturales del departamento sureño, además de ser uno de los sistemas de humedales más importantes dentro del ecosistema en toda la provincia de Mendoza.

Sin dejar de respetar su status de reserva y área protegida y sin alterar la protección ni impactar negativamente el lugar, los Pozos de Carapacho son, además, el lugar elegido por la Municipalidad de Malargüe para intentar impulsar un inédito espacio para la práctica del buceo profesional y certificado en Mendoza.

En tal sentido, ya han comenzado con los registros y estudios primarios para determinar las características del lugar que, a diferencia de otros espejos, se nutre con agua de surgentes, es decir que emana desde el fondo, por lo que no hay ningún río afluente. Esto incide en que el agua no tenga nada de turbiedad, sino que sea cristalina. Y, desde lo paisajístico, convierte al lugar en un verdadero paraíso.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

“El fin de semana pasado fuimos a hacer un monitoreo que incluyó estudio y fotografías del lugar. La idea es proyectar con la Dirección de Recursos Naturales de la Provincia –ya que es área protegida- un espacio para hacer inmersiones con no más de tres personas y que sean buzos con experiencia certificada y comprobada”, explicó el director de Turismo de la Municipalidad de Malargüe, Marcelo Rivarola.

De prosperar la idea, que debe ser analizada en detalle, estudiada y se debe completar el estudio de impacto ambiental, el objetivo de la comuna es que esta práctica esté habilitada durante los meses que no haya nidificación y no se afecte a la fauna del lugar. Estiman que podría ser en abril o mayo, ya del año próximo.

“No va a ser una actividad abierta al público en general, sino solamente para buzos con mucha experiencia. Sería un safari subacuático de extraordinaria belleza, que no afecte la actividad a la biología y fauna del lugar. Y sería una gran oportunidad de mostrar a Malargüe desde sus atractivos subacuáticos y posicionarlo como un paraíso para este tipo de fotografía”, agregó Rivarola.

Como parte de la escasa incidencia e impacto humanos que se pretende en el lugar, el proyecto en análisis contempla que haya una sola salida a la semana, con no más de tres personas que participen de la expedición.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

“De avanzarse en este proyecto, se sumaría un lugar más en Mendoza para poder hacer buceo, aunque de características únicas y completamente diferentes”, analizó el instructor de buceo PADI y profesor de Química, Karim Zgaib.

“Hoy es muy común practicarlo en Los Reyunos y en Potrerillos. Pero en los Pozos de Carapacho hay una visibilidad increíble. Por ejemplo, en esta época y en Potrerillos tenés una visibilidad de 2 metros por la turbiedad. Pero como en Carapacho hay agua de surgente, tenés hasta 20 metros de visibilidad ya que es súper limpia”, añadió.

Fotogalería:

Un paraíso subacuático

A diferencia de los otros lugares en los que se puede practicar buceo en Mendoza hasta el momento, los Pozos de Carapacho cuentan con la ventaja de que el agua no presenta turbiedad. Por empezar, no es agua de vertiente la que los alimenta, por lo que no hay ningún río o corriente que nutra el espejo y que llegue con sedimentos arrastrados.

Se trata de agua de surgente y el fondo presenta arena volcánica, menos “turbia” que otros espejos.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

“El tramo buceable que estamos proponiendo contempla una pequeña porción de los Pozos de Carapacho, por lo que tampoco se podría acceder a todo el humedal. Consta de 50 metros de extensión y con una profundidad de 4 metros. Lo primero que vamos a hacer son los estudios biológicos para ver si es una actividad sustentable y no impacta el medio ambiente”, resaltó el director de Turismo de Malargüe.

El último domingo de noviembre por la mañana se hizo un primer recorrido y registro por el lugar, y estuvo acompañado por guardaparques que se encargaron de observar y resguardar el sitio, que cuenta con protección provincial. También hubo crianceros de la zona, además de fotógrafos y técnicos.

“Se registró la transparencia del agua y del extraordinario paisaje subacuático que tiene Malargüe. Es algo que ya se había hecho, pero ahora se llevó adelante con la finalidad de analizar el lugar de cara a la habilitación”, agregó Rivarola.

“Luego de esta primera visita, ya estamos hablando de regresar para mapear el lugar y poner las líneas guías para que los buzos tengan un recorrido delimitado. Es una superficie y profundidad no es muy grandes, ideales para hacer buceo largo y relajado”, detalló el instructor Karim Zgaib.

Se continuará ahora con distintos estudios. “Estos tienen que ver con la salinidad del agua, los minerales presentes y evaluar si es posible abrirlo y que se mantenga”, agregó.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

La fauna del lugar

Además de su atractivo paisajístico prácticamente virgen, otro factor clave será no afectar ni alterar la nutrida fauna del lugar. En lo que hace a peces, en los Pozos de Carapacho se ha observado presencia de percas y pejerreyes –y no de forma aislada, sino en cardúmenes de hasta 40 ejemplares-, además de aves como cisnes de cuello negro, coscorobas, taguas y gallaretas.

Percas y pejerreyes habitan en cardúmenes en los Pozos. Se suman aves como cisnes de cuello negro, taguas y gallaretas. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Percas y pejerreyes habitan en cardúmenes en los Pozos. Se suman aves como cisnes de cuello negro, taguas y gallaretas. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“Es importante el detalle de que todas estas aves se quedaron en el lugar cuando hicimos los estudios e ingresamos al agua, por lo que pareciera ser que, si se maneja con cuidado y muy poca gente, no afectaría su actividad de forma directa”, indicó Rivarola.

“La idea es que al lugar tengamos acceso los buzos certificados y con mucho cuidado al hacerlo, ya que se trata de un ecosistema súper frágil”, sintetizó Zgaib.

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