Mujer mecánica: la mendocina que encontró su pasión entre motores y ruedas

Desde hace tiempo, Florencia Rojas trabaja junto a su marido en un taller mecánico y día a día crece su amor por los autos derribando todos los estereotipos.

El mundo de Florencia Rojas esta marcado por tuercas, llaves, palancas y motores. Desde hace tiempo, la joven trabaja par a par junto a su marido en un taller mecánico ubicado en Guaymallén.

Florencia no sabía que en un simple pedido de ayuda de su esposo iba a encontrar su verdadera pasión: arreglar autos. “Un día me pidió que lo ayudara a sacar una palanca de cambios. Cuando le dije que había terminado, me miró y me dijo ¡tan rápido!”, cuenta la joven sobre el primer contacto que tuvo con lo que hoy en día es su pasión.

“Muchos clientes al principio se sorprendieron, pero luego se fueron acostumbrando, incluso en la casa de repuestos me preguntaban si yo solo iba a comprar o trabajaba en eso”, relató la joven acerca de como se fue involucrando en este maravilloso mundo.

Cuando su marido no puede trabajar, Florencia agarra las herramientas y se encarga de todo el taller. “Lo más difícil es tratar con la gente, hay mucha exigencia y al no entender del tema las personas no comprenden lo que una le dice”. Sin embargo, su marido y compañero de trabajo recalca efusivamente: “La quieren en todos lados”.

“Me gusta mucho arreglar autos, es mi pasión. Ver que algo está roto, arreglarlo y lograr que funcione para mi es el mejor regalo” comenta Florencia muy orgullosa porque sabe que pertenece a una generación de mujeres trabajadoras que se apropiaron de los espacios que culturalmente parecían reservados para los hombres.

Las mujeres mecánicas existen y cada vez son más

La figura femenina va tomando terreno y ganando presencia en cada vez más ámbitos y el de la mecánica no es menos, hasta el punto de que ya hay países que ofrecen formación selecta para las mujeres que quieran trabajar en un taller mecánico.

Cursos en los que las mujeres aprenden a cambiar neumáticos, a solucionar cualquier problema en la transmisión del motor, los sistemas de combustible y librando cualquier “desventaja” con respecto al sexo masculino. Sin olvidar que las pequeñas y delgadas manos de una mujer pueden acceder a esas partes más recónditas donde las vastas manos de un hombre a veces no pueden.

Sin embargo, y por desgracia, lo que sucede en el campo de la mecánica no es un hecho aislado y se podría extrapolar a otros tantos oficios y profesiones en los que la figura del hombre sigue siendo mayoritaria y sigue marcando el perfil del trabajador.

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