Mendoza lleva más de tres meses sin lluvia y es una de las zonas más secas de Sudamérica

La provincia está entre las localidades rojas de América del Sur por falta de precipitaciones. Hace 95 días que no llueve en Capital y San Martín, y hace 114 en Uspallata.

Mendoza no registra lluvias desde fines de febrero. Foto: Los Andes
Mendoza no registra lluvias desde fines de febrero. Foto: Los Andes

Aunque no es para nada una novedad, no deja de ser preocupante: Mendoza sigue sin lluvias y ya se encuentra entre las zonas más secas de Sudamérica. En algunas de las zonas más castigadas por la sequía acumulan más de 3 meses sin precipitaciones, como Capital (95 días), San Martín (95 días) y Uspallata (114 días).

El alarmante dato surge a partir de lo que muestra el mapa de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, en el que Mendoza está entre las localidades rojas de América del Sur. La imagen muestra que más de la mitad de la superficie de la provincia, desde el centro hacia el norte, lleva más de 90 días sin precipitaciones de agua.

En ese sentido, el doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos Juan Rivera explicó que “dos tercios, es decir, el 66,46% de la superficie de la provincia de Mendoza se encuentra bajo condiciones de sequía”; y agregó que “en particular la zona Centro - Este, es la que se encuentra mayormente en sequía severa y extrema”.

La última gran tormenta fue en febrero y hubo inundaciones y granizo. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
La última gran tormenta fue en febrero y hubo inundaciones y granizo. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Sin dudas en lo que va del año quedó en evidencia las características de la región, como el gran desierto que es Mendoza. El último registro de lluvias importantes en todo el territorio mendocino data del verano pasado, aunque algunos departamentos tuvieron la suerte de alguna precipitación aislada y otros, como los del Este, todo lo contrario, siendo una de las zonas más castigadas.

En detalle, el investigador de Conicet reveló que si se tienen en cuenta lluvias en donde la acumulación de agua es mayor a 1 milímetro, la zona de Alta Montaña de Uspallata no tiene precipitaciones así hace 114 días, cuando se registraron 3mm el 21 de febrero. Capital y San Martín, por su parte, no ven caer agua hace 95 días, tras la lluvia de 4 y 3 milímetros -respectivamente- que cayó el 12 de marzo. Malargüe y San Rafael, por último, tuvieron algunas gotas el pasado 25 de mayo y alcanzó a acumular 2mm.

Si bien el reservorio de agua para el verano depende casi en su totalidad de las nevadas en Alta Montaña y no de las lluvias, la caída de agua sí funciona como un gran alivio para zonas sectorizadas, sobre todo como riego para los cultivos y para humedecer el ambiente. Pensando en el primer ítem, la provincia sí tuvo buenas noticias este mes, con la primera gran nevada de la temporada y el pronóstico de que seguirían durante todo el invierno.

INTENTOS CIENTÍFICOS

La sequía característica de Mendoza es un mal con el que históricamente conviven los mendocinos, y que ha sembrado el desafío de sortearla una y otra vez. Hace poco, por ejemplo, el intendente de Lavalle, Roberto Righi, promovió un encuentro con referentes a nivel mundial sobre sistemas integrales para el aumento de precipitaciones.

En el mismo sentido, hace algunos años el investigador Dr. Raúl César Pérez llevó adelante junto a su equipo el proyecto “Precipita”, a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (Mincit); lo que fue una iniciativa para incrementar las precipitaciones tras una investigación científica y su implementación empírica que duró más de seis años.

El estudio concluyó que el proceso es muy costoso y difícilmente podría aumentar más de un 10% las precipitaciones, más allá de que “objetivamente los números estadísticos dieron muy bien”. Sin embargo, el doctor en Física especializado en Atmósferas y Nubes explicó a Los Andes que “esos años tuvimos un fenómeno de El Niño muy intenso, entonces llovió mucho”. Por eso, “nos dio como resultado que había incrementado la lluvia, pero no hay que perder de vista que El Niño nos ensució los datos, entonces no sabemos cuántos de esos incrementos fue por nosotros y cuántos por el fenómeno”.

MÁS LLUVIAS A PARTIR DE 2023

Por suerte para Mendoza, esa situación atmosférica que hace años influyó sobre el estudio podría repetirse dentro de poco, según anticipó el Dr. Raúl Pérez en una entrevista a este diario meses atrás: la tendencia indica que se está saliendo de La Niña hacia un fenómeno que se denomina usualmente ‘Niño neutro’, previo a la instalación de El Niño. Debido a esto, el especialista pronosticó que en Mendoza habrá más lluvias a partir de 2023.

El último (en relación a El Niño) resultó muy intenso, llovió 7.005 milímetros por encima de los valores anuales de Mendoza y duró cinco años, incluso algo más, rozando el año 2018″, explicó en aquel momento. Luego se inició la etapa neutra y, actualmente, como se sabe, La Niña provoca un período importante de déficit de lluvias desde el año 2019.

“Transitamos un período de escasas precipitaciones, pero si miramos los valores que publicó el organismo especializado, el NOAA, indican que si bien tenemos una Niña se está debilitando cada vez más y es muy probable que el año que viene ingresemos en período neutro y luego sí hacia un Niño”, concluyó.

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