Mejor bife del mundo: un frigorífico argentino recibió medalla dorada en el World Steak Challenge

El concurso se realizó en Dublín, Irlanda y contó con la presencia de más de 50 chefs.

Mejor bife del mundo: un frigorífico argentino recibió medalla dorada en el World Steak Challenge
Mejor bife del mundo: un frigorífico argentino recibió medalla dorada en el World Steak Challenge

Carlos Gabriel Suárez, tiene 43 años, nació y se crió en Macachín y es ganadero desde siempre. El hombre viajó a Dublín para competir en el World Steak Challenge en la categoría “Grass Fed”, y un ojo de bife criado en su establecimiento ganadero se consagró como el mejor bife de la Argentina.

El concurso se llevó a cabo en Dublín, Irlanda, donde todos los años se elige a los mejores cortes de carne del mundo.

“A principios de octubre pasado vendimos, a través de la Cooperativa Agropecuaria Atreucó del pueblo, una jaula de 34 novillos de 26 meses de edad que tenían un promedio de 600 kilos cada uno. La tropa era un lujo y tuvo un muy buen rendimiento: el 60%”, indicó en una entrevista con diario La Nación.

Según contó Suarez, él no tenía conocimiento que la carne de su hacienda vendida había sido seleccionada y estaba compitiendo en un concurso internacional hasta que el frigorífico Azul Natural Beef-Devesa, quien se encargó de llevar la carne al concurso, le dio la noticia del premio.

En este sentido, Pablo Guimaraenz, gerente de compra de hacienda de la planta frigorífica, señaló cómo fue la travesía para llegar a ese logro, “tan importante tanto para el frigorífico como para el productor”.

“Nosotros faenamos novillos pesados de exportación, donde el 100% es faena kosher que se vende a los Estados Unidos e Israel. Siempre buscamos animales pesados, jóvenes y de buena terminación porque eso es lo que nos demandan nuestros compradores internacionales. Cuando seleccionamos los animales de Suárez para el certamen sabíamos de la calidad de su hacienda porque nos vende siempre”, describió.

Además, contó que cuando los novillos llegaron a la planta, luego de 400 kilómetros de viaje desde el campo, se los dejó descansar 24 horas antes de faenarlos. Después de la faena se dejó la mercadería en cámara otras 24 horas para luego sí darle una maduración de 15 días. Se envasó al vacío los cortes y se envió por avión a Grecia para una segunda selección y puesta a punto.

Allí se ultimaron y se eligieron unos 20 bifes que fueron los que finalmente partieron a Dublín: “Buscamos carne con buen calibre, con un marmoleado alto, de animales jóvenes y pesados”.

Una vez en Dublín, compitieron con más de 100 frigoríficos de 27 países.

El jurado estaba compuesto por 50 chefs, técnicos especialistas y gente de la industria frigorífica eligió el ojo de bife de carne argentina. Primero se analizaron los cortes crudos y luego se los cocinó para la selección final.

“Nada se puede hacer si no se trabaja en conjunto. No es fácil hacer este tipo de novillos. Nosotros trabajamos expresamente integrados con los productores, visitándolos a los campos y ellos nos visitan en la planta. Es una ida y vuelta permanente”, señaló.

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