Inédita cirugía para “salvar” a un bebé en el Notti

Tomás nació en cuarentena y a los dos meses le diagnosticaron craneostenosis. El 1 de octubre le practicaron una exitosa cirugía endoscópica.

El pequeño Tomás, su mamá Agustina y su papá Kevin tuvieron ayer el primer control post-operatorio. Están agradecidos. Foto: Gentileza
El pequeño Tomás, su mamá Agustina y su papá Kevin tuvieron ayer el primer control post-operatorio. Están agradecidos. Foto: Gentileza

La fusión de dos técnicas de alta complejidad -craneostenosis y endoscopía- se llevó a cabo en forma inédita y de manera exitosa en el hospital Humberto Notti a un paciente de tres meses de vida que no requirió terapia intensiva y fue dado de alta a las 24 horas.

El primer héroe de esta historia es Tomás Kuzel, un hermoso bebé de San Rafael que llegó al mundo el 30 de mayo último y que a los dos meses de vida, debido a los resultados de una radiografía, fue derivado al hospital pediátrico en Guaymallén.

El diagnóstico del bebé fue craneoestenosis, que se produce por el cierre de algunas suturas, es decir, de alguna parte de los huesos del cráneo de los niños. Y no sólo provoca una deformidad, sino que también puede generar a futuro un deterioro del nivel intelectual.

El otro gran protagonista de este final feliz fue el equipo de Neurocirugía del Notti. En este caso, su principal referente fue el doctor Emilio Pelleriti, quien estuvo a cargo de la intervención junto a su colega Mariana Cuervo.

El especialista explicó que esta patología sólo se revierte con tratamiento quirúrgico: la endoscópica se indica para bebés menores de cuatro meses y la técnica tradicional –es decir, a cielo abierto- se realiza de allí en adelante. “La cirugía tradicional es un procedimiento bastante cruento, con estadía en terapia de entre dos a cinco días y, además, indefectiblemente con transfusión sanguínea. Es decir, es una cirugía muy compleja de alto riesgo”, explicó Pelleriti.

Agregó que la cirugía practicada en este caso fue motivada frente al contexto de pandemia, ya que requirió mucho menos tiempo de internación y sin la necesidad de ocupar camas de terapia. “Esto otorga muchísimas ventajas: la primera es no utilizar ese servicio y la segunda, reduce la necesidad de las transfusiones sanguíneas a solamente un 5% de los casos. En este caso, el niño ya está en su casa prácticamente asintomático”, advirtió.

En cuanto a la incidencia de esta patología, Pelleriti dijo que es variable, dependiendo de qué tipo de craneoestenosis se trate. Sin embargo, se estima que es uno cada 1.000 o 2.000 nacidos vivos.

Esta técnica se lleva a cabo en pocos lugares de Argentina. Por ejemplo, en el hospital Garrahan, apuntó Pelleriti, para agregar que desarrollarla demoró menos de una hora.

La doctora Mariana Cuervo, también integrante del equipo que participó, sostuvo que al momento de evaluar al paciente la edad es fundamental pues determina si la intervención será endoscópica o a cielo abierto. “Esto significa que es muy importante una derivación temprana; por eso nuestro objetivo es alentar a la comunidad pediátrica a derivar a estos niños con anticipación, dándonos la posibilidad de hacer este tipo innovador de cirugía que tiene muchos beneficios respecto de la habitual”, diferenció.

Agradecidos

Kevin y Agustina, que son papás primerizos y hoy se alojan en cercanías del hospital para los controles, relataron que ayer se efectuó el primer control post-operatorio y que la evolución es fabulosa.

“Así lo demuestra nuestro hijo todo el tiempo desde que salimos del hospital”, dijo su papá, que no se cansa de agradecer a todo el equipo médico por su labor profesional pero también humana.

“En tiempos de pandemia todo se torna difícil, pero fueron destacables las medidas de higiene y seguridad. El proceso de recuperación es rápido y estamos muy contentos”, dijeron los padres de Tomás.

El director del hospital, el doctor Jorge Pérez, destacó este avance en tiempos tan particulares de Covid-19, cuando es necesario tener liberada la mayor cantidad de plazas de terapia intensiva. “Si bien ya se hace en otros lugares, el Notti es el único hospital de la región que lo empezó a desarrollar. Esto implica beneficios, entre ellos, el de reducir riesgos así como también el manejo del dolor y la reducción del costo de los hemoderivados”, subrayó.

Expresó, además, que el cierre prematuro de la calota craneal implica un obstáculo para el normal desarrollo de la masa encefálica y que, por ese motivo, la cirugía es esencial. “La intervención a cielo abierto requiere, como primera medida, cortar cuero cabelludo para acceder a la fisura y eso genera sangrado, transfusiones de glóbulos rojos, plasma, etcétera. La técnica combinada es mucho más simple y beneficiosa”, añadió Pérez.

Finalmente se refirió a la necesidad imperiosa de mantener plazas de terapia liberadas en este momento.

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