Magia de radio: claves para reinventarse durante 100 años

Aniversario. Cuatro periodistas mendocinas cuentan cómo es la vida detrás de los micrófonos de un medio de comunicación que se fue adaptando a los cambios y apto para todo tipo de público.

Anita Amores. Asegura que la empatía es la herramienta más importante. / Clari Ceschín. Opina que los jóvenes han vuelto a la radio para informarse también.
Anita Amores. Asegura que la empatía es la herramienta más importante. / Clari Ceschín. Opina que los jóvenes han vuelto a la radio para informarse también.

Hace 100 años una melodía orquestada surcó el cielo de Buenos Aires transformando para siempre la historia de la humanidad. Era de noche, un 27 de agosto de hace 1920, cuando la transmisión de Parsifal, de Richard Wagner, atravesó un parlante y llegó a oídos de los escasos oyentes que recibieron aquella estela musical.

Desde aquellos primeros años del siglo XX hasta hoy son numerosas las transformaciones que le ocurrieron a la radio, este medio de comunicación que sin embargo se ha mantenido fiel a sus bases, a sus conceptos iniciáticos. Partiendo de aquella señal irradiada desde la terraza del teatro Coliseo con un transmisor de 5 watts hasta hoy, pasando por el debut en 1924 de “Radio del Parque” la primera emisora mendocina, son innumerables las historias que quedaron grabadas para siempre.

Adaptada a los tiempos difíciles que corren, con otros desafíos, con competidores como Spotify o los podcast, la radio sobrevive. Es, de los medios considerados “tradicionales”, el que mejor supo capear temporales y quienes la habitan dicen que aun tiene un largo camino por recorrer. Para mostrar esto, Los Andes entrevistó a algunas figuras del medio local, quienes a su vez representan distintos segmentos etarios.

Un cordón plateado

Lila Levinson lleva más de 25 años haciendo radio. Hace el programa que sale todos los domingos desde las 9 de la mañana por Nihuil desde su casa para cuidarse del contagio del coronavirus. Cuenta que la radio para ella es un cordón plateado con los oyentes al que no podría ponerle precio.

Lila Levinson. ”Cambiarle el día” al oyente es uno de sus objetivos principales.
Lila Levinson. ”Cambiarle el día” al oyente es uno de sus objetivos principales.

“Cuando le tomé el gusto a la radio comprendí la magia, la radio es una unión, son los mensajes de los oyentes que solo te conocen la voz, es algo incomparable”, cuenta Lila quien estuvo 17 años en radio Libertador y desde hace 8 trabaja en Nihuil aunque hizo remplazos veraniegos cuando las locutoras del medio donde trabajaba se tomaban vacaciones.

Asegura que la tecnología ha ayudado mucho a la subsistencia de la radio, ya que las voces se escuchan más limpias y no como cuando ella era niña, con aquel “ripio” característico de las emisiones de aquella época. “Cuando arranco los domingos por la mañana trato de enviar un mensaje positivo. Me gusta que la gente escuche con la mente y el espíritu. Por eso después, cuando termina el programa me dicen que les cambié el día”, asegura. Sobre el futuro de la radio, dice que tranquilamente podría subsistir 100 años. “Seguramente vivirá otros 100 años. Todo ha ido mejorando, todo se reproduce de la manera más fantástica y sigue acompañando a quienes van en camión, en ómnibus o en autos. La radio es incomparable”, cierra.

Cintia Vargas, directora de Radio Mitre Mendoza, cuenta que es un momento especial para quienes trabajan en este medio, de adaptación, pero también de contención. “La audiencia en Mitre creció muchísimo en interacción con todo esto. Y fuimos clave con los oyentes que se mantuvieron ávidos de noticias”, detalla.

Para Cintia, quien ha hecho radio durante 16 años, el día a día de la pandemia se vivió desde la radio por etapas. En un principio, describe, los oyentes pedían saber qué pasaba con el Covid, luego cambiaron a una necesidad de despejar la cabeza y ahora hay miedo, cuando se conocen los números que deja la enfermedad por ejemplo, pero también se apunta a la distracción a escuchar música. “Tuvo mucho que ver el timming de comprender lo que el oyente necesitaba”, indica quien detalla que conoció todos los puestos periodísticos hasta llegar a directora.

Cintia asegura que la radio, para ella, es todo. Lo dice con conocimiento de causa ya que también trabajó en televisión y medios gráficos. “Es el que más me gusta. Por su instantaneidad, su espontaneidad o porque se puede salir desde el lugar en que está ocurriendo la noticia – un incendio, por ejemplo- con solo tener el teléfono celular”, advierte al tiempo que recuerda cuando fue movilera acreditada en Casa de Gobierno y sólo podía tener “salidas” desde un teléfono fijo y un grabador a cassette con la entrevista al funcionario. Dice que la radio tiene la capacidad de convertirse permanentemente y es lo que le asegura la supervivencia. “Hoy se ha revalorizado. Estamos en todos lados, en todo el mundo, mantenemos la conexión con mendocinos que nos escuchan de Miami y España y nos cuentan qué pasa desde allá, hemos vuelto a ser el medio de compañía”.

Valor diferencial

Anita Amores y Clari Ceschín son referentes en el público más joven de la radio, aunque ambas aseguran que también hay muchas personas mayores que se suman a sus programas. Son una de las voces más escuchadas de Radio Brava y reconocen el lugar que ocupan en este momento histórico de la radio.

“El valor diferencial de la radio, hoy, es el recurso humano. Es con lo que le podés competir a los podcast o a Youtube. Con los oyentes tenés que crear una relación y después pasan cosas muy fuertes. Te cuentan cosas que no les cuentan a sus amigos”, dice Anita quien hace radio desde 2015 y considera que la empatía es la herramienta más importante para sobrellevar el día a día.

Otra de las voces jóvenes de Brava es Clari, que arrancó detrás de los micrófonos radiales hace tres años. “Tengo el recuerdo de la radio como algo misterioso, y hoy estar de este lado es muy loco. Me divierto mucho y me gusta formar parte de este medio, de ver a la gente enganchada con las consignas que pensás. Y los oyentes son muy ocurrentes, te reís mucho”.

Respecto a los próximos años de la radio, opinó que los jóvenes están volviendo a convertirse en oyentes sobre todo para informarse. “Hay formas novedosas de hacer radio y eso hace que los jóvenes vuelvan. Están más interesados de lo que pasa. Creo que hay mucho camino por delante”, señala.

Anita, para cerrar, contó que las claves para la supervivencia pasan por hacer llegar mensajes que antes no llegaba o por tener siempre algo para contar. “Ya no pasa solamente por tener la voz bonita. Hay que reinventarnos, mostrar que somos personas y que tenemos un público que por algo es fiel. Yo dudo que la radio desaparezca”. 

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA