“¡Libre soy!” Así vive Chupino, el león mendocino que fue trasladado a un santuario de Estados Unidos en 2018

En septiembre de 2018, el león Chupino y la leona Salteña viajaron a Minnesota para dejar de lado una rutina de más de 20 años viviendo en una fosa de cemento del Zoo de Mendoza y donde intercalaban un día echados al sol con otro encerrados en cuevas enjauladas. Los cambios en Chupino son evidentes y van desde la melena (abundante y brillosa) hasta en la musculatura y la actitud.

En septiembre de 2018, el león Chupino abandonó su recinto de tierra y piedra ubicado en el ex Zoo de Mendoza para comenzar una nueva vida en el WildCat Sanctuary de Minnesota (Estados Unidos), Los cambios en su vida fueron notables, desde lo físico (musculatura y melena) hasta su actitud. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.
En septiembre de 2018, el león Chupino abandonó su recinto de tierra y piedra ubicado en el ex Zoo de Mendoza para comenzar una nueva vida en el WildCat Sanctuary de Minnesota (Estados Unidos), Los cambios en su vida fueron notables, desde lo físico (musculatura y melena) hasta su actitud. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.

En septiembre de 2018, Chupino y Salteña (dos leones que habitaban en el por entonces Zoológico de Mendoza) fueron trasladados al Santuario de Felinos Salvajes (WildCat Sanctuary) ubicado en Minnesota, Estados Unidos. El macho (Chupino) y la hembra (Salteña) llevaban más de 20 años viviendo en cautiverio, en el Zoo mendocino. De hecho, Chupino había nacido en su monótono recinto ubicado en el predio sito al costado del Cerro de la Gloria, mientras que Salteña había sido rescatada de un circo en la provincia de Salta (por ello su nombre).

Con otra actitud, una mejor musculatura y con la melena más abundante y brillosa: así se lo ve a Chupino actualmente y a casi 3 años de haber sido trasladado a un santuario en Minnesota. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.
Con otra actitud, una mejor musculatura y con la melena más abundante y brillosa: así se lo ve a Chupino actualmente y a casi 3 años de haber sido trasladado a un santuario en Minnesota. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.

Tras un cuidadoso y amplio operativo en el contexto de reconversión del viejo Zoológico a Ecoparque, los dos felinos instalados en Mendoza fueron trasladados al santuario que consta de 161.874 metros cuadrados y en el que conviven más de 110 felinos salvajes.

Este domingo, Chupino -con su imponente estampa y presencia- fue el “modelo” elegido por la fan page de Facebook del santuario estadounidense para mostrarse en las redes, repasar su historia y, de paso, desearle a los seguidores que hayan pasado un buen fin de semana. “¡Oh, Chupino, eres todo un caballero! Mírate, con tus grandes patas cruzadas. Chupino ha recorrido un largo camino en su vida, ¡literalmente! Este apuesto hombre vino a nosotros desde Argentina. Para obtener más información sobre su historia, haz clic aquí: https://www.wildcatsanctuary.org/resident/chupino/ ¡Esperamos que hayan tenido un buen fin de semana! ¡Cuídate esta noche y nos vemos mañana!”, compartieron en el perfil de Facebook del WildCat Sanctuary.

“El cambio que hicieron fue increíble y la adaptación a la buena vida fue inmediata. En ese mismo sector del santuario hay un león que era de Olavarría -Leo Melena- y su hermana, Mansa. Están los 3 juntos, más otros 3 que llegaron del Ecoparque de Buenos Aires”, destacó la representante del Santuario en Argentina, Geraldine Vidal, quien además es parte de la ONG Enfoque Animal.

“En lo que más ha cambiado Chupino en comparación a cuando se fue de Mendoza es en la actitud. Ahora está más contento, disfruta del día a día. Eso era algo que antes no ocurría ya que día por medio tenía que estar encerrado en la jaula. También le cambia mucho el pelaje, le crece más y es más brilloso, le cambia la musculatura (ya no están todo el día echados) y se da todo un cambio de salud, circulación, huesos, un cambio global que se ve reflejado. También hay más recursos para una dieta balanceada y la medicina”, destacó la referente argentina, quien se encarga de coordinar y gestionar la derivación de grandes felinos a Estados Unidos.

Su historia

En la misma página del santuario, los responsables del espacio resumen la historia de vida y supervivencia del león macho, que fue trasladado de Mendoza a Minnesota en septiembre de 2018. “No estamos seguros de la edad exacta de Chupino, ya que no hubo registros del período de tiempo que estuvo en el zoológico de Argentina. Sin embargo, los cuidadores del zoológico nos informaron que creían que tenía más de 20 años”, repasan desde la web del santuario (en inglés).

Los días del león Chupino en el ex Zoo de Mendoza transcurrían entre la fosa de cemento y piedras donde pasaba echado al sol algunos días y una cueva interna enjaulada aislado de otros ejemplares. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.
Los días del león Chupino en el ex Zoo de Mendoza transcurrían entre la fosa de cemento y piedras donde pasaba echado al sol algunos días y una cueva interna enjaulada aislado de otros ejemplares. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.

“Pasamos mucho tiempo preparándolo para que él y otros seis leones hicieran el largo viaje de 6.000 millas (NdA: casi 10.000 kilómetros) a Minnesota desde Argentina. Él y la leona Salteña fueron los dos últimos leones del Zoológico de Mendoza en Argentina. Tenían que compartir un mismo espacio al aire libre, al costado de la montaña, turnándose para salir desde el interior de una cueva oscura y enjaulada hacia el exterior. Otros trece leones ya habían muerto allí. El zoológico no castraba a sus animales, por lo que los números rápidamente se salieron de control. Los animales escapaban y deambulaban por los terrenos”, agregan en la página al sintetizar su historia.

Incluso, mientras convivieron en el antiguo Zoo de Mendoza, Chupino y Salteña nunca llegaron a compartir momentos al aire libre, ya que sus salidas “al sol” (lo más parecido a la libertad que tenían) no coincidían.

La leona Salteña también vivió más de 20 años en el Zoo de Mendoza, intercalando entre días al aire libre (en la fosa) y otros en la jaula. Mientras convivieron en Mendoza, Salteña no coincidía en tiempo y espacio con Chupino. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.
La leona Salteña también vivió más de 20 años en el Zoo de Mendoza, intercalando entre días al aire libre (en la fosa) y otros en la jaula. Mientras convivieron en Mendoza, Salteña no coincidía en tiempo y espacio con Chupino. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.

En el resumen escrito, desde el santuario destacan que un grupo de personas abocadas al bienestar y los derechos de los animales contactó a los responsables del WildCat Sanctuary para comenzar a gestionar un posible traslado del león y la leona. “Los zoológicos en Argentina estaban cambiando su enfoque, convirtiéndose en ecoparques que exhiben solo especies nativas. Estábamos felices de poder ofrecerles un hogar aquí en el santuario”, sintetizan.

En el mismo artículo, destacan el rasgo particular del león y su apariencia, y que le da su nombre: no tiene cola. “‘Chupino’ significa que no tiene cola o que es más corta de lo normal. Nunca sabremos si nació así o si le amputaron la cola por alguna razón”, resaltan.

El león Chupino, cuando todavía vivía en el Zoo de Mendoza.
El león Chupino, cuando todavía vivía en el Zoo de Mendoza.

Su vida actual

Desde el santuario resaltaron que actualmente Chupino “es un león muy confiado” y agregan que ni bien llegó a su nueva área “comenzó a marcar todo el territorio y a frotarse en los pinos”.

“Le encantan las pelotas de juguete para jugar y está encantado con su área de pesebre (recipiente donde comen los animales) al aire libre. Se sienta en lo alto, usándolo como percha y observando al trío de tigres al otro lado del camino, o imponiéndose ante su compañero león macho Leo, que también está cerca”, sintetizan sobre su día a día actual.

Chupino en el pesebre ubicado en su sector del Santuario de Felinos Salvajes (Minnesota, Estados Unidos), donde pasa gran parte de sus días. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.
Chupino en el pesebre ubicado en su sector del Santuario de Felinos Salvajes (Minnesota, Estados Unidos), donde pasa gran parte de sus días. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.

“En los años de mayor auge del Zoológico de Mendoza, llegaron a haber 40 leones en el recinto. Pero era una situación verdaderamente caótica, dada la precariedad de ese recinto. Y es que no todos los individuos entre sí son sociables, entonces tenía que rotarse la salida de las jaulas y estaban muy pocas horas al sol. La mayoría del tiempo estaban encerrados. Ahora, en el santuario, los leones que nacieron y crecieron en cautiverio tienen una gran extensión de espacio al aire libre para disfrutar”, destacó el consejero del Ecoparque Mendoza por parte de la Fundación Franz Weber, Leandro Fruitos.

El santuario

The WildCat Sanctuary no alberga únicamente a leones, sino que allí habitan también otros felinos salvajes como tigres, chitas, pumas, leopardos y linces (entre otros). Además de contar con espacios al aire libre y rodeados de naturaleza, cada uno de ellos cuenta con sus propios predios para evitar conflictos en la coexistencia.

Salteña en su sector del WildCat Sanctuary. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.
Salteña en su sector del WildCat Sanctuary. Foto: Geraldine Vidal / ONG Enfoque Animal.

Estimulación para su mente, un programa nutritivo especial y atención médica constante son algunos de los servicios con que cuenta este amplio santuario ubicado al norte de Estados Unidos. “Todo el personal veterinario del santuario conoce las dietas, los comportamientos, las historias clínicas y forma de vida de cada felino. Además, el lugar cuenta con un hospital veterinario de alta complejidad para realizar cirugías y diversos exámenes médicos, como así también rayos X digitales, máquinas de terapia con láser y medicamentos de emergencias entre otras cosas”, sintetizan desde el santuario, que no está abierto al público con fines recreativos ni reproduce o comercializa a ninguna de las especies.

Actualmente hay 113 ejemplares cohabitando el lugar, en un espacio de intimidad, tranquilidad y totalmente alejado de jaulas o recintos de cemento y hormigón donde muchos de ellos (como Chupino o Salteña) se criaron.

“Están sectorizados dentro del santuario, ya que no podés poner animales de distintas especies juntos. Incluso, dentro de los mismos leones puede pasar que formen manadas, pero otras veces no. Se está atento a todo esto, primero poniéndolos separados por un alambrado y viendo la convivencia. Si no hay problemas, se los pone en un mismo sector”, destacó Geraldine Vidal, representante de WildCat Sanctuary en Argentina.

“Al tratarse de un santuario especializado en animales de zoológico tiene muchas ventajas. Los hábitats están adaptados a cada especie. Hay que entender que un león criado en cautiverio no puede ser liberado en su hábitat natural, ya que no sabe cazar o no podría competir con otro ejemplar”, destacó la referente. Incluso, dentro del santuario cada sector cuenta con distintas herramientas y hasta un refugio interno climatizado y una clínica exclusiva por si surge alguna emergencia.

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