La secundaria no atrae a los alumnos y en Mendoza buscan reformularla

Se trata de lograr que genere interés y aporte herramientas verdaderamente necesarias para el futuro de los alumnos. Qué desmotiva y qué hace falta.

Alumnos de quinto primera de Artes Visuales de la Escuela Jose Vicente Zapata. 
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Alumnos de quinto primera de Artes Visuales de la Escuela Jose Vicente Zapata. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Entre el ausentismo, el desempeño académico insuficiente, la falta de cumplimiento, y otros indicios, en el nivel secundario reconocen que la escuela no logra atraer a los alumnos como debiera. Lo que detectan es que los estudiantes no le dan el valor que supone la educación, ya que muchos consideran que la actual no les aporta las herramientas que necesitarán en el futuro y hasta les parece aburrida. Asimismo, los relevamientos expresan que el desempeño académico es irregular y dispar y que se arrastran carencias de muchos años que lo afectan. Incluso, esta situación propicia el abandono.

Esto lo advierten expertos locales y a nivel internacional y por eso es que en Mendoza buscan darle un cambio a la secundaria. “Hay una brecha que señalan los especialistas de todo el mundo: que la escuela secundaria no es atractiva para los jóvenes, que no ven los beneficios que puede darles, que no forma para el mundo del trabajo”, advirtió Emilio Moreno, director de Educación Secundaria de la provincia. Y en ese sentido resaltó: “Creo que la secundaria que tenemos hay que modificarla y la venimos modificando”.

Uno de los aspectos que pone en evidencia la falta de un verdadero “gancho” es el ausentismo, sobre lo que vienen haciendo foco las autoridades educativas. “Cuando hay chicos que no asisten a la escuela, necesitás replantear qué les ofrece la escuela para que quieran estar ahí. Estos indicadores nos llevan a cuestionar la escuela que les ofrecemos”, planteó Silvina del Pópolo, directora de Planificación de la Calidad Educativa de la Dirección General de Escuelas (DGE).

Dijo que hay mucho compromiso de profesores directivos, supervisores en encarar esa innovación que la secundaria necesita.

Alumnos “2.0″

Los alumnos plantean que por una cuestión generacional y de formación digital, hablan un lenguaje distinto al de muchos docentes, están habituados a otros ritmos, demandan más formación digital y cuestionan que se les siga dando un cúmulo de información a la que fácilmente acceden en internet.

Yo creo que, si les preguntás, al 80% de los chicos no les gusta la escuela. No quieren ir y dicen que es aburrida, pocas clases logran nuestro interés y que nos quedemos totalmente callados, también influye tener feeling con el profesor, sentirte cómodo, a veces son materias aburridas pero la profesora es piola, charla más y la hace llevadera”, comenzó explicando Paulina, quien este año egresa del secundario. Y destacó: “Hay cosas que me interesan, que la escuela no me da y busco afuera”.

Imagen ilustrativa

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Imagen ilustrativa Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Cree que en el colegio podrían dedicar menos tiempo a la base teórica, que pueden conseguir por otros medios, y dar otros recursos, que además apelen a otras estrategias pedagógicas: “Es mucha teoría y poca charla, poca interacción, nos hacen leer mucho, pero los jóvenes hoy no leen textos tan largos porque falta tiempo y lo que consumen es más breve, a veces son textos larguísimos de lo cual te sirve el 40%, hay otras opciones como cuadros sinópticos o trabajos”, opinó. Además consideró que quizás no le aporta tanto para la facultad, pero dijo que lo sabrá con más certeza cuando esté allí.

“La escuela tiene que dar respuesta a las necesidades de una generación que tiene acceso a aprender por vías ajenas a la escuela como nunca antes sucedió. Tienen acceso a información a través de internet y entonces la escuela debe replantear su lugar frente a ese acceso”, señaló del Pópolo.

Los expertos reconocen un cambio de terreno: “El aprendizaje se ha vuelto ubicuo, aprendo desde el lugar donde esté y no siempre es la escuela, por eso debe transformarse para ser el lugar de aprendizaje que esta generación necesita y con las condiciones que esta generación de estudiantes llegan, que tienen otras habilidades y se ponen en juego estrategias de aprendizaje diferentes”.

Moreno en tanto hizo hincapié en que se trata de un cambio de paradigma: antes se formaba para el conocimiento pero ahora todo va cambiando rápidamente, antes el conocimiento se buscaba más en un libro y ahora en internet.

“Lo que hay que desarrollar es la habilidad de ‘aprender a aprender’ y competencias para desarrollarse en la vida tanto como ciudadano, como trabajador o para seguir estudios superiores”, sostuvo.

Desafíos para una nueva secundaria

Otro desafío de la escuela es contemplar la diversidad y adaptarse a ella, los estudiantes llegan en condiciones dispares dado que tienen acceso por fuera de las aulas al aprendizaje. Diferentes posibilidades de acceso, diversidad de recursos y canales y por supuesto, consumos diferenciados en función de esto y sus intereses hacen que el aula reúna un universo amplio de bases sobre las cuales pararse.

Del Pópolo destacó que existe un desgranamiento en secundaria, que vinculan fuertemente a las deficiencias en alfabetización con las que los chicos llegan al nivel secundario. “Es porque no llegan preparados desde el nivel primario para abordar lo que la secundaria les propone hacer, por otro lado quienes transitan y completan la escuela tienen que tener la capacidad de proyectarse hacia fuera de la escuela”, remarcó. Por ello despliegan dos estrategias fundamentales. Por un lado, mejorar esas capacidades básicas o fundacionales porque consideran que un alumno que no comprende lo que lee va a tener dificultad en todo lo que le propongan. Por otro lado, una metodología del aprendizaje basado en proyectos asociada con pensarse en relación a los problemas de su entorno y poniendo los pies sobre los temas concretos que les toca resolver.

“Ahora estamos trabajando en un área de formación que tiene que ver con el proyecto de vida: que los chicos empiecen a plantearse de qué manera su secundaria se inserta en la vida que van a llevar más adelante, lo que hacen hoy es un paso hacia ella”, mencionó.

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Foto: Mariana Villa / Los Andes
Imagen ilustrativa Foto: Mariana Villa / Los Andes

Por otra parte, se señala que si bien el mercado laboral demanda formación en nuevas tecnologías (TICs), no se logra captar el interés de los alumnos y no eligen en la misma medida estas carreras universitarias. En este punto se mira a la escuela que no los orienta en esa dirección. Incluso hay alumnos que lo demandan, pero un escollo importante es la escasa formación de muchos docentes al respecto. Es uno de los aspectos que señaló el licenciado Carlos Daparo (director de Educación Técnica y Trabajo) y destacó las nuevas propuestas que comenzará a desarrollar su área en este sentido: títulos secundarios con orientación en programación.

“Es cierto que el período de tiempo en que un estudiante debe transitar el nivel es muy largo, de cinco y hasta seis años en el caso de las escuelas técnicas, por lo que no dar un cambio de perspectiva y de rumbo a las metodologías de enseñanza, desarrollando capacidades y saberes, sacando el foco de la enseñanza de contenidos estancos, provoca que esa cantidad de años al momento de egresar, sus aprendizajes sean obsoletos, justamente por la rapidez a la que avanza la tecnología”, describió. “Además –agregó– para poder generar el aprendizaje significativo es fundamental encontrar y mostrar relaciones, beneficios, utilidad para el mundo real; debemos empezar a centrarnos en el interés del estudiante y no del adulto, enseñar para ellos, no desde lo que nosotros como adultos entendemos y pretendemos, poder comenzar a vivir el cambio en el que ya estamos”.

Encuesta para un diagnóstico

Para ello, primero hay que hacer un diagnóstico: saber qué piensan los protagonistas del sistema. Tras esos datos, que serán sustento esencial de futuras medidas, la DGE realizó una encuesta que duró un mes y terminó el pasado 10 de agosto. Ahora se están procesando los datos. El abordaje incluyó 10.358 estudiantes, 7.180 familias y 3.149 docentes.

Moreno dijo que es una encuesta sobre la escuela que tenemos y la escuela que se necesita. En ese sentido enumeró los pilares del cambio que se busca: resolución de problemas, pensamiento crítico, aprender a aprender, trabajo con otros, comunicación, compromiso y responsabilidad, creatividad y uso de TICs.

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