La conducta de los mendocinos fue lo que obligó al Gobierno a declarar la alerta sanitaria

La evaluación del Ejecutivo provincial que la falta de cuidado en las reuniones sociales tuvo que ver con la explosión de casos.

Declaran emergencia sanitaria / Ignacio Blanco
Declaran emergencia sanitaria / Ignacio Blanco

Tras la declaración del alerta sanitario en Mendoza el pasado lunes, el objetivo primordial de las autoridades es limitar la circulación de personas. Esto, justamente, porque el aspecto que llevó a tomar esta decisión -que implica dar “marcha atrás” en el escenario local de control de la pandemia- es que en el Gobierno provincial creen que el sostenido aumento de casos de las últimas tres semanas y media está asociado a las conductas de las personas.

Para decirlo de otro modo, consideran que el incumplimento de las disposiciones de prevención de contagios y la relajación de los cuidados favorecieron la circulación del virus Sars CoV-2 en Mendoza.

Las reuniones fuera del marco de lo aceptado fueron una de las claves: se detectaron varias a horas no permitidas, con asistentes que no son familiares y que muchas veces superaban las 10 personas (el máximo permitido).

Que la gente no está usando el barbijo o lo usa mal, que los medios de transporte llevan mucha gente y que las calles están llenas de transeúntes, son parte de las otras observaciones que también empujaron a tomar esta medida.

“Con el alerta estamos diciendo a los mendocinos que se cuiden. Se lo estamos diciendo desde siempre, pero la población no lo está haciendo, y esta es una advertencia antes de pasar a una situación más dura”, destacó la infectóloga Andrea Falaschi, del equipo de asesores del Ministerio de Salud local.

Circulación comunitaria, aún sin confirmar

La falta de respeto de las pautas de prevención, la relajación de los cuidados y las dificultades del Estado para controlar lo que sucede en entornos privados como reuniones llevaron a las nuevas restricciones. Pero además la sospecha de que podría haber circulación comunitaria, aunque se está realizando una investigación para corroborarlo que aún no ha dado respuestas certeras.

“Hay una estrategia que consiste en administrar los casos, y cuando uno vea que se empiezan a ocupar camas de terapia y eso puede generarnos problemas habrá que tomar otras medidas y quizás volver hacia atrás en las fases”, dijo la infectóloga.

Y agregó: “La gente no entiende verdaderamente cómo se transmite la infección e interpreta que la nueva normalidad es una situación en que el virus no existe. Pero la nueva normalidad es seguir teniendo en cuenta que tenemos que cuidarnos de ese virus, y para eso están las medidas”.

Escenario

La pandemia -que en otros lugares del mundo había causado estragos- estaba pasando por Mendoza bastante serena, hasta el 12 de mayo. Desde entonces, tras el caso 98, no hubo un sólo día sin positivos y comenzaron a surgir diferentes focos de contagio, lo que llaman conglomerados. Estas redes de transmisión del virus engrosaron la cantidad de infectados en la provincia. Pero, además, fueron cada vez más los pacientes a los que no se les encontró nexo epidemiológico y fue entonces que el Ejecutivo local anunció un alerta sanitaria para todo el territorio por tiempo indefinido.

Se dio así marcha atrás con ciertas laxitudes y se impusieron mayores restricciones a partir del decreto 847, que fue publicado ayer en el Boletín Oficial.

Tras la etapa de aislamiento más estricto, el 20 de mayo el gobierno anunció que comenzarán a relajarse un poco las restricciones. Así fue que habilitó las reuniones familiares (pero no, las de amigos), para 10 personas y con cumplimiento de las medidas preventivas, como distancia social de un metro y medio y uso de barbijo, entre otras. Se habilitaron para viernes, sábados y feriados. Luego se abrieron los restaurantes, bares, gimnasios y los centros comerciales.

Pero desde ayer no está permitido circular entre las 23.30 y las 5.30, salvo excepciones. En ese lapso no habrá transporte público mientras que las reuniones familiares serán sólo los domingos de 11 a 19.

Una reconocida epidemióloga local explicó que se trata de una medida “más política que técnica”. Se da en el contexto de la emergencia sanitaria que ya había decretado el gobierno nacional. Esta última es un marco normativo para disponer más rápidamente de los recursos. En tanto, según explicó la profesional (que resguardó su nombre), un alerta está más bien atado a la situación coyuntural, un escenario determinado que requiere medidas inmediatas de intervención. “Estamos ante un nuevo brote, porque nuestra evolución ha sido por brotes, entonces quizás el alerta puede durar mientras dure el brote”, explicó.

Pero por otra parte hay quienes cuestionan las decisiones. “No se puede salir de noche pero ves que el centro está lleno de gente; se prohíben las reuniones familiares pero hay familias que viven hacinadas; se suspenden reuniones familiares pero no el turismo interno, que incluso en algunos casos implica irse con familiares y grupos de amigos”, comentó un especialista.

Limitar la circulación

Para el Gobierno, el elemento fundamental es reducir la circulación de personas, y a eso apuntan las medidas. Por ello, en el marco del alerta sanitario se apunta a tener más efectivos policiales en la calle que hagan cumplir las restricciones.

“Se va a tener más control respecto de las normas y, si no se cumplen, se va a sancionar . Además, si siguen aumentando los casos se tomarán otras medidas para disminuir la circulación”, apuntó Falaschi. La multa por incumplimento es de $5.000.

Dijo que uno de los problemas son los “oligosintomáticos”, personas que tienen síntomas leves: ”No se perciben como enfermos. Pero se sabe que 48 horas previas a tener síntomas y con esos síntomas leves se puede contagiar, por eso se deben respetar las medidas obligatorias”.

La infectóloga recordó que hay que transitar siempre cuidándose del virus con las medidas establecidas como distancia social, lavado de manos, uso adecuado de los tapaboas y, sobre todo, no salir a la calle si se está enfermo.

No pudieron determinar si hay circulación comunitaria

Aunque siempre estuvo presente el fantasma de la circulación comunitaria, la semana pasada sonó fuerte el rumor de que la había, incluso con solicitud de más información por parte de la oposición.

El Gobierno informó que se había abocado a una investigación profunda del escenario para determinarlo con sustento científico. Esperaban tener resultados para el lunes o ayer, pero no ocurrió: informaron que no han podido concluir nada.

La infectóloga Andrea Falaschi explicó que la investigación continúa: “Veinte casos o más sin nexo no es la gran preocupación, porque si se investiga profundamente se encuentran los nexos”, señaló.

Dijo que por ahora se ven muchos contagios atados a un “caso cero” y que se trata de contagios por conglomerado. Antes la mayoría eran contagios por contacto estrecho, luego se pasó a esta instancia, que es intermedia, antes de llegar a la circulación comunitaria. Destacó que se ha fortalecido la vigilancia como parte de la investigación.

Una epidemióloga consultada explicó que cambió el escenario. Mencionó brotes como el de Tunuyán (sin nexo y con investigación cerrada), la familia del barrio Espejo de Las Heras y uno reciente en Guaymallén. Destacó que en general quedaban limitados y controlados tras actuar en terreno.

“Pero desde junio lo que se ve es que arrancó como brote, con tres focos distintos (que son el caso 98, la señora de Luzuriaga y el empleado del del jumbo), se empezó a desmadrar y desde ese momento a la fecha los casos son sostenidos todos los días. Y cada vez hay más, con el agravante del brote en el hospital Perrupato (San Martín)”, detalló.

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