La baja de contagios alienta la ilusión del turismo en invierno

En el Gobierno provincial esperan que la Nación habilite el tránsito por el país para vacacionar en julio. Para hoteles y restaurantes es clave la llegada de visitantes de otras provincias. Dudas e incertidumbre.

El año pasado, las nevadas en alta montaña movilizaron a los mendocinos, pero no hubo turistas nacionales. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
El año pasado, las nevadas en alta montaña movilizaron a los mendocinos, pero no hubo turistas nacionales. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Tras un invierno durísimo para el turismo y la gastronomía el año pasado, para las próximas semanas hay bastante más optimismo por diversos factores. Por un lado, la apertura de casi todas las actividades económicas en la provincia y, además, la gran cantidad de vacunas que se están colocando en la población para combatir al coronavirus.

En el Gobierno siguen muy de cerca lo que sucede pero hay algunos datos que alientan la idea de una temporada invernal, como la caída en la incidencia de casos en relación a la población, hoy menor que en la mayoría de las provincias según los datos que maneja el Gobierno local.

En ese “equilibrio” entre salud y economía al que se ha aferrado el gobernador Suárez, el sector turísticogastronómico se viene recuperando de a poco luego de un fatídico 2020 y la apuesta fuerte es para este receso invernal que se avecina.

A un año justo de haber reabierto el turismo interno, luego de tres meses sin actividad, hay expectativas de cara a una nueva temporada, aunque la presencia de nieve todavía es una incógnita. No obstante, y a la espera de una definición por parte de Nación, en Mendoza quieren tener todo listo para recibir turistas.

Mendocinas y mendocinos le inyectaron dinero a un frío 2020 porque las restricciones no permitían la llegada de foráneos. Para este año aún no hay certezas desde la Casa Rosada: el jueves se reunió el Consejo Federal del Turismo con el titular de la cartera nacional, Matías Lammens, y no hubo definiciones. Muchos sostuvieron que dos temporadas de invierno sin apertura sentencian el destino de empresas y, por supuesto, empleos.

Por las dudas, y prendiendo velas para que la Nación no sólo establezca el calendario vacacional y permita la circulación por las rutas con fines turísticos, en Mendoza esperan bodegas, alta montaña, turismo urbano y rural por nombrar algunos productos característicos provinciales.

El último pico fue en Semana Santa, a fines de marzo e inicios de abril, con una ocupación hotelera casi al límite en la provincia, con turistas que paseaban y gastaban. Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), 4,2 millones de turistas circularon por todo el país dejando ingresos directos por $11.400 millones. Claro, después de ese gran fin de semana turístico explotó la “segunda ola” de la pandemia.

La gestión de Suárez defiende a capa y espada el aperturismo y la baja de contagios que se vienen registrando en junio (luego de un mayo muy complicado) da respiro.

Además, desde el Consejo Federal de Salud (Cofesa) aportaron datos alentadores, como es contar con 356 nuevos casos por cada 100 mil habitantes acumulado en los últimos 14 días. El promedio nacional son 724 y ubica a Mendoza entre las tres provincias con incidencia más baja al 10 de junio.

“Insistimos en que tiene que haber temporada de invierno. Este es el camino: cumplir los protocolos, vacunar al sector y seguimos trabajando en eso. Estamos convencidos de que la mejor forma de ayudar al sector es permitiéndole que trabaje”, indicó Marian Juri, ministra de Turismo y Cultura a Los Andes. El caso mendocino fue motivo de convocatoria por parte del Banco Mundial en el marco de “Covid-19 – Estrategias de recuperación en ciudades turísticas)”.

Para la funcionaria, es fundamental que el destino “sea seguro”, no sólo en términos sanitarios sino también en los requisitos que deberán cumplir los turistas. Por ese motivo, no se solicita PCR negativo a quienes ingresen, pero sí respetarán las terminaciones por DNI para realizar compras y reservas para locales gastronómicos y excursiones.

Si bien está claro que el golpe del 2020 se siente aún porque “sin turistas extranjeros durante 15 meses está todo muy restringido” apunta Juri, teniendo en cuenta que son los que más gastan, también resalta que “la situación de Mendoza es privilegiada por la cantidad de establecimientos abiertos, si se compara con otros destinos nacionales”. Y enumera que se puede ir a cenar con un horario extendido hasta las 23.30, hacer excursiones o disfrutar de alguna actividad cultural, entre otras.

Poca nieve y mucha incertidumbre

El invierno pasado, los centros de esquí no abrieron en Mendoza, pero sí se pudo disfrutar de la abundante nieve como una salida a la montaña. Este año no hay hasta ahora nieve acumulada y esto complica los planes incluso para el turismo interno.

El complejo Las Leñas decidirá en los próximos días cómo encarará la temporada. En el caso de Penitentes, la licitación para la apertura del complejo se abrió pero la falta de definiciones complican la inversión. En los próximos días se resolverá.

En Mendoza saben que sin turistas nacionales, los ingresos para este año serán similares a los del inverno pasado y hará cuesta arriba la situación de unos 3.000 prestadores que a su vez generan puestos de empleo.

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