La alocada vida de “Pepe Lucho”: cautivó a Mendoza, filmó una película y lo contrató una multinacional

Cada noche, durante más de un mes, el micro televisivo de la Expoferia de las Américas presentaba a un particular personaje que ofrecía diferentes productos. Pepe Lucho es el hombre que se metió en el corazón de la gente, tiene ciudadanía argentina; y salió hasta en una película.

José Carlos Cano Vasquez, alias "Pepe Lucho" se metió en la vida de los mendocinos por su animación en los spots televisivos y el su stand de la Expoferia de las Américas.
José Carlos Cano Vasquez, alias "Pepe Lucho" se metió en la vida de los mendocinos por su animación en los spots televisivos y el su stand de la Expoferia de las Américas.

“¡Vean la demostración de su amigo Pepe Lucho, el que los quiere mucho! Pon un poquito de queso; estás en el cumpleaños de Pepe Lucho, que está medio debilucho. Hágale este bocadito para que coma mucho…”

La rima, la sonoridad de la voz mientras lo recitaba -casi en forma de verso cantado- y el carisma del emisor de esta y otras tantas frases actuaron como un imán para miles de mendocinos durante más de un mes y hace más de tres años. En 2017, José Carlos Cano Vasquez se metió en el corazón y en los oídos de aquellas personas que visitaron la Expoferia de las Américas en calle San Martín, de Ciudad. O de quienes veían sus micros nocturnos en alguno de los canales de aire de la televisión mendocina.

Pepe Lucho en plena acción en la feria itinerante que en 2017 estuvo más de un mes en calle San Martín.
Pepe Lucho en plena acción en la feria itinerante que en 2017 estuvo más de un mes en calle San Martín.

El hombre que supo ganarse el cariño de los mendocinos y a quien prácticamente nadie conoce por el nombre de José Carlos Cano Vasquez -directamente lo llaman “Pepe Lucho”; y algunos lo completan con “el que los quiere mucho” como si se tratara de su apellido- se encuentra cumpliendo la cuarentena estricta en su Perú natal, en el distrito limeño de Los Olivos. “En Perú está muy complicada la situación; hemos entrado ahora en cuarentena estricta desde hace 60 días. En un momento se dieron ciertas libertades para ir a trabajar y todo el mundo salió. Allí hubo un contagio masivo, y ahora están todos hospitales colapsados. Han aumentado mucho los contagios, y también muertes”, destaca con preocupación y desde el otro lado del teléfono.

Vendedor de lo que le pongan por delante, publicista de oficio y hasta actor -el año pasado se estrenó una película que lo tiene como protagonista-, pero por sobre todas las cosas optimista y dueño de un carácter único; el histriónico Pepe Lucho no ve la hora de regresar a Mendoza para seguir presentando la Expoferia. Aquella donde no sólo hacía las veces de animador -en vivo y en la televisión-, sino donde también tenía un stand para vender el utensilio con que hacía bocaditos, relleno de empanadas y hasta ravioles. Tanto se enamoró de Argentina, que hasta tiene doble ciudadanía.

Una selfie de Pepe Lucho en el kilómetro cero mendocino.
Una selfie de Pepe Lucho en el kilómetro cero mendocino.

“La Expoferia de las Américas en Argentina fue un éxito tremendo. La gente llegaba entusiasmada a visitar y comprar, y yo intentaba empujar con mi carisma. Creo que eso cautivó. Estuve un mes en Mendoza, y junto con Jujuy y Tucumán; fue una de las plazas donde más éxito tuvimos. El cariño de la gente fue enorme”, resalta el hombre que cumplirá 57 años el 27 de setiembre; y quien tiene en claro que la meta es regresar a la provincia, una vez que pase la pandemia. “No creo que sea este año, pero ojalá sea el año próximo. Tengo ganas de volver a encontrarme con el cariño de la gente de Mendoza lo antes posible, porque fue una estancia maravillosa”, resume el hombre; quien se ha convertido en una figura pública en Perú y en otros países de América Latina. Su versatilidad y su verborragia lo llevaron justamente a ser la cara visible de esta feria desde 2001.

Una vida vendiendo

En la feria itinerante que recorrió no sólo Argentina, sino también varios países de América del Sur y hasta de Centroamérica; Pepe Lucho no sólo era el animador contratado, sino que tenía su stand y donde vendía -entre otra cosas- el utensilio de cocina ya descripto. “Como animador me pagaban un sueldo, y además me daban el stand gratis (costaba 300 dólares semanales). Había expositores de todos los países, y cada uno vendía algo distinto. Era uno de los requisitos”, recuerda el hombre, quien destaca que en Mendoza el espacio llegó a haber 30 puestos diferentes.

“Lo que más se vendía era el producto para los bocaditos, el rallador que también picaba y decoraba las verduras, y unas reglas inteligentes, con pantógrafos y espirógrafos. Había además una sartén de roca volcánica, una aspiradora manual, organizadores de ropa y hasta réplica de pinturas. Eran cosas que no se encontraban en librerías u otros comercios”, explica.

Pepe Lucho nació en Iquitos, una ciudad situada en la zona de selva de Perú. Con 7 años, se mudó a Trujillo, donde completó la escuela primaria, secundaria, el instituto -estudió Contabilidad- y la universidad -Ciencias Sociales y antropológicas-. “Mientras estudiaba, en mi adolescencia vendía juegos de ollas. Pero ya de niño me iba a una librería y vendía álbumes de figuritas de ciencias o de futbolistas. Tenía 7 u 8 años, y conseguía las figuritas más difíciles para venderlas. También lustraba zapatos, vendía periódicos. Y hasta me iba a los cines cuando había un estreno y se formaban largas filas. Compraba 5 o 10 entradas y las revendía”, rememora. Y agrega que todas las etapas de su vida fueron “hermosas” y las vivió como corresponde.

Reinventado

Aún hoy el carismático vendedor y animador se dedica a la venta callejera -cuando no ha viajado para participar de alguna feria, o cuando no lo contratan para una publicidad-; aunque en los últimos meses debió reinventarse a raíz de la pandemia.

Con su mujer, Rosemery Pérez Pino.
Con su mujer, Rosemery Pérez Pino.

“Me voy al centro de Los Olivos, donde están los bancos, y armo mi mesa. Me paso desde las 9 hasta las 13 vendiendo los 20 productos que llevo. Porque donde hay gente, hay posibilidades de que compren. Para mí no es ninguna vergüenza: salgo y promociono mi producto como en la televisión. A veces vienen los inspectores municipales y nos botan, porque no está permitido. Pero como soy conocido, me dan una chance de una horita para ponerme a vender el producto antes de irme a mi casa”, se sincera el comerciante.

No obstante, la pandemia y el confinamiento llevó a que prácticamente no haya concentración de gente en las zonas céntricas. Y también a que el simpático vendedor deba reinventarse y recalcular el rumbo de su actividad. “Casi que no salgo de mi casa desde el 16 de marzo. Solamente tuve que hacerlo dos veces para cumplir con unos spots publicitarios; y lo hice con todos los protocolos. Pero todos los días, desde casa y de 12 a 13:30 (de 14 a 15:30, hora argentina) hago un vivo por mi página de Facebook. Aprovecho y oferto los productos de la Expoferia; además de hacer publicidades para empresas y productos. Así estamos sobreviviendo hasta que aparezca la vacuna, no hay otra situación”, cuenta.

Nacido en Perú, tiene la ciudadanía argentina también.
Nacido en Perú, tiene la ciudadanía argentina también.

Sus salidas van acompañadas -o “sazonadas”, como dice él- con música criolla de fondo. “Mucha gente escucha música criolla para almorzar, entonces yo la pongo de fondo, acomodo el celular y comienzo a hacer la transmisión. Empecé con 5 o 10 personas que me veían, y ahora los sábados llego a 300 o 400 personas; y tengo un alcance de hasta 50.000 personas”, resalta. Quien se encarga de hacer los despachos de los productos vendidos es su esposa, : Rosemery Pérez Pino.

Publicidades y hasta una película

Tanta exposición llevó a Pepe Lucho a ser la cara visible de dos gaseosas importantes en su país; entre otras importantes publicidades. Pero, además, ofrece sus servicios para aquellos comercios o emprendimientos más pequeños, aquellos que están recién dando sus primeros pasos. Bodegones, pollerías, lavaderos de autos y hasta cevicherías son algunos de los clientes del hombre; a quienes les graba avisos de entre 30 y 45 segundos; todos con su marca personal.

“Les hago descuento, trato de ser empático con los emprendedores en este contexto. Es difícil empezar un comercio durante o después de esta pandemia. Con mi programa trato de levantar el ánimo también, con charlas motivacionales. También aprovecho para para mandar saludos de la gente que pide que le mande a otras personas. Muchos de ellos no se pueden ver hace mucho, a raíz de la pandemia”, cuenta. Y agrega que da recomendaciones de salud y que hasta vendió algunas mascarillas tapabocas al comienzo.

El creciente éxito de José Carlos (aunque nadie lo llama así) también lo llevó a actuar en una película. “¿Mi novia es él?” es el nombre de la producción estrenada en 2019; y que tiene a Pepe Lucho entre sus actores. “Hago el papel de un charlatán que se encarga de buscarle movilidad al protagonista cuando llega a una ciudad de la selva de Perú. Es una comedia, y poder participar me brindó muchas satisfacciones. Si uno tiene talento, hay que aprovecharlo. Todavía estoy en la juventud de la tercera edad, todo es simpático y bonito”, resume entre risas.

Cariño infinito

Pepe Lucho y Rosemery tienen tres hijos: Matias (18), María José (cumple 14 mañana) y Jesús José (8). Salvo la mujer -que sale lo justo y necesario-; todos tratan de permanecer en su casa sin salir.

Pero el cómico animador tiene en claro que regresará a las ferias ni bien pueda; y uno de sus principales objetivos es volver a pisar suelo mendocino. “Fue extraordinario lo que vivimos en Argentina. La gente me veía, me reconocía de la televisión e iba a abrazarme. Me preguntaban si cobraba por sacarme una foto. ¿¡Cómo voy a cobrar por ello!?. Uno tiene que ser humilde, brindar alegría a la gente y sacarla por un momento del estrés; y de forma desinteresada. Cuando yo veía venir a tanta gente mostrando su cariño espontáneo, lo sentía. Y de mi parte retribuía ese cariño. Así fluía todo bien”, resume. Y confiesa que ver a familias enteras visitando la feria y aprovechando el paseo lo llenaban de emoción; y era el mejor regalo que les podía dar el público.

Con los otros feriantes con que estuvo en Mendoza, luego de desplegar su talento en el fútbol.
Con los otros feriantes con que estuvo en Mendoza, luego de desplegar su talento en el fútbol.

“Si tuviese que definir quién es Pepe Lucho, es el pseudónimo de José Carlos Cano Vasquez, y que salió junto con el aparato de bocaditos. Tomé ese nombre para cautivar al público, comencé a jugar con una presentación original, que se diferenciara de otros productos. Quería diferenciarlo por medio de la vocalización, las rimas; algo que sea poco común y llame la atención para ir a la feria”, concluye.

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