Hay casi 7 mil estudiantes de nivel inicial y primario que asisten esporádicamente a la escuela

Los alumnos con riesgo de abandono son 1.548 mientras que con asistencia intermitente, 5.473. Desde la DGE sostienen que la situación es similar a la que existía previo a la pandemia.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

En Mendoza hay casi 7.000 estudiantes de nivel inicial y primario que han tenido o tienen un vínculo esporádico con la escuela. Este número, aportado por la Dirección General de Escuelas (DGE), es “similar” al que se manejaba en 2019, por lo cual –señalan desde el Gobierno– la pandemia no parece haber sido un elemento que inclinara la balanza hacia el ausentismo en la actualidad. La clave para ello, reconocen, ha sido el seguimiento que se hizo de los estudiantes durante la “no presencialidad”.

En detalle, desde el gobierno escolar señalan que los estudiantes con riesgo de abandono o vinculación “escasa o nula” son 1.548, mientras que hay 5.473 alumnos con vinculación “intermitente” (es decir, que asisten a la escuela de manera esporádica y la mitad de las veces que deberían ir, pero siguen yendo). Vale decir que por “vinculación nula” se entiende a aquellos estudiantes que van una o dos veces por mes a la escuela.

Recordemos que el pasado 2 de agosto, tras más de un año sin clases presenciales - solo con algunas instancias de acompañamiento a las trayectorias débiles- fue el regreso a las escuelas del nivel inicial y primer ciclo. En tanto que unas tres semanas, el 23 de agosto, más tarde fue el turno del resto de los estudiantes. Finalmente, para la secundaria y el nivel superior el regreso fue el 2 de septiembre.

Número poco significativo

Para Miguel Conocente, titular de la Dirección de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias escolares (DOAITE), el número es “poco significativo” si se tiene en cuenta que entre ambos niveles hay 250.000 estudiantes. “Vinculación nula es cuando los chicos van una o dos veces por mes, y si bien se firma con los padres un acuerdo de que van a regresar, finalmente no vuelven. La mayoría de estos chicos sufren problemas socioeconómicos relacionados con el tipo de vivienda que tienen, la accesibilidad a la escuela, que no pueden comprarse ropa o que se van a vivir a otro lado y ‘desaparecen’”, detalló Conocente, agregando que son las mismas razones que inciden en aquellos estudiantes con presencialidad intermitente.

A su vez, aseguró que en 2019 se manejaban números muy simulares. Ahora, por la pandemia de Covid-19, se han sumado casos en los que hay algún familiar de riesgo en su grupo, y eso hace que los papás tengan miedo de mandar a sus hijos a la escuela, por los contagios. Pero indicó que, de todas formas, muchos de esos alumnos siguen con la vinculación virtual.

Respecto a la incidencia de factores psicológicos en los estudiantes, derivados de la pandemia, aseguró que no se han detectado casos de manera significativa. “Las causas de ausentismo tienen que ver con cuestiones que ya estaban en la “prepandemia”. Muchos chicos dejan de ir a la escuela, sobre todo en la secundaria, por falta de interés, porque se aburren”, explicó. En ese sentido, uno de los factores clave son los contenidos y la formas de transmisión.

El seguimiento, factor clave

Para Conocente, el seguimiento que se hizo de los estudiantes fue el factor clave para evitar el abandono escolar. “Los equipos de Doaite que trabajan en las escuelas están en contacto con los padres. Allí se evalúa la falta de asistencia regular y se firman acuerdos, cuando la situación se complica, con los padres para que el chico vaya a la escuela, al menos, tres veces por semana”, explicó.

Paralelamente, indicó que muchas veces se involucra a los trabajadores sociales y se hacen derivaciones al sistemas de salud porque muchas veces es ese el factor que incide en la inasistencia. “Después tenés los casos donde los estudiantes desaparecen y aparecen inscriptos en otra provincia. Son casos difíciles que movilizan a todo el sistema, a veces hasta debe intervenir el poder judicial”, detalló.

Para terminar, indicó que a esta altura de año pueden asegurar que la vuelta a clases en nivel inicial está al mismo nivel que en 2019 y que no hubo un efecto de ausentismo derivado de la pandemia. “No ha sido estadísticamente significativo. Para esto fue clave el acompañamiento desde el 20 de noviembre pasado, con los estudiantes de trayectorias débiles. Con esos chicos que ya tenían problema de ausentismo fue con quienes más se trabajó, porque eran los que tenían dificultad real para conectarse. Y luego, fueron los primeros que empezaron en febrero. Eso tuvo su impacto”, evaluó.

Resultados, recién en 2022

Sin ahondar en los registros propios de la DGE, Alejandro Castro Santander considera que las cifras reales a nivel general de lo que fue el impacto de la pandemia se podrá ver recién en 2022 y que por ahora lo que hay son especulaciones generales.

“Después están las cifras parciales que cada una de las jurisdicciones va dando. Y en ese sentido, los que más abandonaron fueron los estudiantes de nivel incial y del secundario. Pero en el caso de las primarias todavía tendríamos que ver las cifras. Lo que me confunde es que se meta en la misma bolsa los alumnos con trayectorias débiles de los que tienen trayectorias nulas. Hay que definir bien las categorías”, dijo el pedagogo.

Así agregó que hay alumnos que están bien, luego aparecen los de trayectorias débiles o en proceso y los que tienen trayectorias nulas que son los que no han estado y cuando se abrió la escuela tampoco estuvieron. “Hay que definir bien las categorías, una cosa es una trayectoria débil, que no le iba bien, la presencialidad era discontinua y el desconectado en 2020 que luego no reapareció”, detalló.

De todas formas, reconoció que para la primaria se puede ser más optimista y que la sangría estuvo en el nivel inicial y en el nivel secundario, donde el abandono es crónico. “También es que ver dónde cambia la cifra de abandono. Porque en los barrios populares 1 de cada 4 chicos abandonó la primaria –esto en Buenos Aires- y estuvo muy flojo nivel inicial porque aún no se toma como obligatorio o importante. Todavía se lo ve como guardería. Lo que me preocupa es la mirada mágica del ministro de Educación (Jaime Perczyk) que plantea que vamos a ir a buscar uno a uno”.

Todos los mendocinos pueden acceder a los contenidos sobre educación sexual integral

Con el fin de garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes, el gobierno escolar puso a disposición todos los contenidos y actividades de ESI que se pueden desarrollar en las escuelas para trabajarlos junto a los alumnos y familias.

La Dirección General de Escuelas compartió con toda la comunidad los contenidos del programa nacional de Educación Sexual Integral (ESI) para que cada ciudadano pueda acceder a leer y analizar los contenidos que por ley se deben trabajar dentro del aula en todos los niveles y modalidades del sistema educativo.

Considerando que por diferentes medios se están desvirtuando los contenidos con los cuales los docentes deben trabajar junto a sus alumnos, la DGE invitó a todas las familias mendocinas a acceder a este portal educativo www.mendoza.edu.ar o dirigirse al siguiente link: https://www.mendoza.edu.ar/esi-home/

Los materiales están divididos por niveles para trabajarlos acordes a cada edad y planteos que puedan surgir y también trabajarlos de manera transversal con otras materias. En el portal educativo se puede encontrar material para compartir en cada casa de las familias que lo soliciten. Además están publicadas diferentes actividades para que cada docente trabaje la temática con sus alumnos dentro de las aulas.

Cabe destacar que en la provincia de Mendoza los docentes reciben capacitaciones para trabajar la educación sexual integral y, de esta manera, garantizar los derechos, el respeto por la diversidad, hábitos de cuidado y mejorar la convivencia escolar. La educación sexual integral que se imparte en los establecimientos escolares, tanto de gestión estatal como privada, tiene en cuenta un concepto de sexualidad donde se consideran aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos.

La escuela es un buen espacio para promover actitudes responsables ante la sexualidad, prevenir los problemas relacionados con la salud y promover la igualdad de género entre otros temas que puedan mejorar la calidad educativa de nuestros niños, niñas y jóvenes.

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