Han vacunado a 12.000 chicos menos que el año pasado

Entre 5 y 11 años. Preocupación por el riesgo de que resurjan enfermedades. La costumbre de que se haga en la escuela y el temor a acudir a vacunatorios podría saturar la demanda el próximo año.

Campaña. Las vacunaciones de niños se realizan en las escuelas a partir de abril, todos los años y en esta oportunidad no se pudo realizar, debido al aislamiento. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Campaña. Las vacunaciones de niños se realizan en las escuelas a partir de abril, todos los años y en esta oportunidad no se pudo realizar, debido al aislamiento. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

La atención de la salud, más allá de la Covid-19, es uno de los aspectos que se han visto afectados por la pandemia, en particular porque la gente prefiere evitar acudir a los efectores por temor al contagio.

Uno de los segmentos afectados son los niños que han dejado de recibir vacunas obligatorias que les correspondían por calendario y en particular los escolares de 5 y 11 años. La situación preocupa por el riesgo de que resurjan enfermedades. Teniendo en cuenta la cantidad de chicos que se había vacunado en 2019 hasta junio, este año, hasta ese mismo mes, han dejado de recibir sus vacunas unos 12.000 niños de la provincia. Es  hasta cuando tienen datos cerrados en la Dirección de Inmunizaciones. Hasta junio del año pasado ya se había vacunado 40% del total de la cohorte, este año 14%.

Estos alumnos solían recibirlas en las escuelas, sin embargo, la suspensión de clases presenciales impidió concretarlo.

En Mendoza, en esos segmentos hay aproximadamente 54.000 niños, de los cuales alrededor de 15% estiman que podrían recibirlas en el sector privado. Por ende, son 46.000 los que en mayo se calculaba estaban sin vacunación.

“Es una problemática nacional y mundial”, advirtió la directora del área, Iris Aguilar. Explicó que ellos comienzan el año de vacunación en abril, tras el inicio de clases y apuntan a tener cubierto 95% de la totalidad el 31 de diciembre.

Para lograrlo hacen un avance de metas y calculan abarcar 8,4% de la población objetivo como mínimo por mes. Resaltó que por la pandemia este año abril fue nulo y en mayo se vacunó 2,3%. Por eso iniciaron una campaña de promoción para que los padres se acercaran a vacunatorios públicos y con ello lograron un repunte en junio que llegó a 11,7%.

Pero el año anterior había sido de 12,3% en abril, de 14,5% en mayo y de 13,4% en junio. Así habían logrado casi la mitad a mediados de año (18.556 niños) versus menos de una sexta parte este año (6.440).

Preocupación

“Desde que se salió del aislamiento más estricto se empezó a comunicar que no se esperara que volvieran las clases porque no se sabe cuándo será”, mencionó la médica. Por tal motivo “van a quedar chicos sin  vacunar”, anticipó.

Mauricio Recabarren, director del sanatorio Fleming (de atención pediátrica) de Osep dijo que al comienzo se pidió a la gente que se quedara en casa pero no podía preverse que el aislamiento sería tan largo.

Entre sus afiliados tienen 11.000 chicos de esas edades y salieron a captarlos a través de una campaña. Se determinó dar 30 turnos diarios en los dos vacunatorios que tienen. “De ellos, al principio se ocupaban sólo dos o tres y actualmente cubrimos 60% de los turnos”, detalló.

“Los papás están acostumbrados a que se vacunen en los colegios y no lo tienen incorporado”, remarcó.

La médica pediatra Ana Houdek, directora de la región Cuyo de la Sociedad Argentina de Pediatría reconoció esta situación. Dijo que gracias a las campañas habían regresado pero estas últimas semanas volvió a bajar la demanda, como ha ocurrido también con las consultas.

“Hay que insistir en la importancia de que se vaya a completar la vacunación, después no habrá personal que alcance y además les está preocupando protegerse de una enfermedad pero van a aparecer otras inmunoprevenibles”, destacó.

Recabarren sostuvo lo mismo: “Son muchas las enfermedades que pueden prevenirse a estas edades, y el hecho de no llevarlos (a vacunar) hace que queden expuestos al germen y si se exponen pueden desarrollar la enfermedad”.

Sarampión, difteria y rubéola son las que tienen mayor riesgo de resurgir ya que circulan en la región, según advirtió Aguilar.

Los chicos de entre 5 y 6 años deben recibir al ingreso escolar tres vacunas: Salk (para prevenir la poliomielitis), triple viral (para prevenir el sarampión, la rubéola y las paperas) y triple bacteriana celular DPT (para prevenir la difteria, el tétanos y la tos convulsa).

A los 11 años son otras tres: contra el meningococo, refuerzo de la triple bacteriana acelular contra la difteria, tétanos y coqueluche y la vacuna contra el virus del Papiloma Humano.

Aguilar asegura que será muy complejo buscar a todos los que queden sin vacunar pero está convencida de que los van a recuperar. Esto fundamentalmente porque señaló que es necesario lograr una cobertura de 90% para evitar la circulación de los microorganismos de los que protegen.

En los extremos de la pirámide poblacional –grupos que también están incluidos en el calendario oficial– no se ha notado el impacto porque hay más adhesión y seguimiento médico más meticuloso. “Hemos hecho análisis del impacto de la pandemia y lo hemos comparado con el resto del país y del mundo. Vemos un impacto generalizado: en menores de 24 meses, el impacto no ha sido fuerte pero sí en la vacunación escolar”.

Recuperación de la inmunidad

Desde las diferentes áreas consultadas aseguraron que en los vacunatorios toman todas las medidas de resguardo para que padres e hijos puedan acudir con seguridad en el marco de la pandemia.

Tanto desde el ministerio de Salud local como desde la Obra Social de los empleados públicos han lanzado campañas para alentar a los padres a acudir con sus hijos.

“Es importante señalar que pueden recuperar la inmunidad, los esquemas atrasados se completan, no importa el tiempo que haya pasado”, alentó el doctor Mauricio Recabarren de de esta entidad.

Allí están otorgando turnos para que no haya aglomeración de gente. En tanto, el ministerio de Salud lanzó una campaña para que los padres lleven a vacunar a sus hijos al centro de vacunación público más cercano al domicilio, donde hay que recordar que es gratuito.

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