Aseguran que el virus de la segunda ola es más violento y contagioso

Los especialistas que trabajan en la lucha contra el Sars-Cov2 confirman que es mayor la virulencia y creen que puede estar asociada a las nuevas variantes. Han mejorado los tratamientos.

Imagen ilustrativa / Foto: Orlando Pelichotti
Imagen ilustrativa / Foto: Orlando Pelichotti

A medida que avanza la segunda ola de coronavirus en Mendoza, se van detectando ciertas diferencias y particularidades en comparación con la primera ola, que tuvo su pico máximo en octubre de 2020.

Una de ellas tiene que ver con una mayor virulencia del Sars-Cov2, tanto en personas mayores de 60 años como en menores, algo que el año pasado no era tan común.

El jefe del servicio de Neumonología de Fuesmen, Pablo Scherbovsky, aseguró que en esta oportunidad han observado que “es más violento el virus”, lo que se manifiesta en “muchísima afectación pulmonar y mucha contagiosidad”.

Esta realidad es confirmada por referentes médicos tanto del sector público como del privado, ya sea en camas comunes Covid como en terapia.

“Nuestra observación, que es empírica, es que hay una mayor contagiosidad, pero no lo podemos comprobar, porque no tenemos los datos de Epidemiología de la provincia”, precisó Carlos Zanessi, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Central.

Asimismo, el neumonólogo, que es además el director médico de la Fundación Scherbovsky, señaló que hay “muchas neumonías severas, más que el año pasado, y están afectando a un grupo etario más bajo”.

Según aseguró, no saben si se debe a que “los afecta más, si es que son los que menos se están cuidando o si influye que sea el grupo que ha quedado excluido de la vacunación y por eso hay tantos casos”.

La realidad es que la media, tanto en terapia como en sala común, ronda hoy los 55 años, dependiendo de la clínica o el hospital. Esto se debe a que hay efectores que trabajan con PAMI y en ellos el promedio lógicamente es más elevado.

El grupo etario, que en esta oportunidad está presentando más casos severos que antes, es el que va desde los 25 hasta los 40 años. “Estamos viendo que ahora están más asustados. Es un cachetazo lo que están recibiendo, porque antes pensaban que no les afectaba tanto”, reflexionó el neumonólogo de Fuesmen.

El virus de la segunda ola es más violento y contagioso.
El virus de la segunda ola es más violento y contagioso.

Pese a la gran cantidad de hisopados, algunos especialistas señalan que las cifras que se informan son parciales, porque ante la saturación del sistema sanitario y el aumento de testeos, se ha retrasado la carga de datos. A partir de esta realidad que se observa, son muchos los que creen que puede ser consecuencia de la presencia local de algunas de las variantes que se han identificado como más contagiosas: la de Manaos, la de Río de Janeiro y la británica.

Incluso, esta semana la ministra de Salud, Ana María Nadal, confirmó que se identificó la de Manaos en dos profesionales de la salud que habían recibido el esquema completo de vacunación, aunque no brindó detalles sobre cuándo estuvieron enfermos.

Si bien negó que haya evidencia de circulación en Mendoza, los especialistas sospechan que es eso precisamente lo que ocurre. “Puedo presumirlo, pero no lo sé. El virus tiene características diferentes al año pasado, pero no tenemos certeza si es o no por la presencia de una variante, porque no lo confirman las autoridades”, destacó Scherbovsky.

Tanto en esta oportunidad como en 2020, se observa que el grueso de los casos, al menos en la primera parte de la ola, afecta a personas que tienen un mayor nivel adquisitivo.

En 2020 fueron los que volvían de Europa o de distintos destinos turísticos del exterior los primeros en desarrollar la enfermedad. Según el director médico de la Fundación Scherbovsky, ahora “ha agarrado a las clases sociales medias y medias altas, y creo que por ahora no ha llegado a las clases sociales bajas”.

Acompañamientos terapéuticos

En cuanto a los tratamientos, los mismos dependen, principalmente, de cómo desarrolla el cuadro cada paciente. Pero a veces varía según el efector, siempre dentro de lo que está comprobado y autorizado.

“La posibilidad de usar asistencias respiratorias y corticoides cuando el paciente satura mal (el nivel de oxígeno disminuye de cierto porcentaje) permitió cambiar el pronóstico de muchos pacientes”, indicó Zanessi.

Frente a cuadros que se complican, cuyos síntomas suelen ser severos como tos seca, fiebre alta, potencial falta de aire, además del oxígeno y corticoides por boca, se les suministra anticoagulantes.

“Hemos aprendido que el cuadro es una reacción inflamatoria del cuerpo y pueden presentarse trombos”, recordó el especialista de Fuesmen.

En los pacientes que presentan infecciones mas leves se los acompaña con antitérmicos y un seguimiento del cuadro, pero permanecen aislados y con indicación de reposo.

En muchos casos, la falta de olfato o de gusto suele ser uno de los síntomas característicos, que en algunas ocasiones persisten incluso meses después del alta médico. Esto puede corregirse con una rehabilitación de olfato y gusto.

Por otro lado, Zanessi indicó que en la sala común de Covid en el Central, “desde principio de este año a los pacientes monitoreados les empezamos a colocar una cánula nasal de alto flujo para mejorar la respiración y obviar el pasaje del paciente a terapia”.

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