Video: el empuje del guerrero Thomas, quien a los 17 años superó el cáncer y usó una beca para criar codornices en la lucha por su sueño

Thomas Belloti fue asistido por una fundación y no dudó en criar aves para ayudar a su familia y concretar su meta: ser veterinario. Pero tiene muchas necesidades económicas y necesita más ayuda.

Thomas vive en una precaria casa de cartón y nylon. No tiene servicios fundamentales ni materiales adecuados para criar las codornices. Pero sigue intentando / José Gutiérrez
Thomas vive en una precaria casa de cartón y nylon. No tiene servicios fundamentales ni materiales adecuados para criar las codornices. Pero sigue intentando / José Gutiérrez

Thomas Belloli mira a su alrededor cada vez más consciente de que, si bien lo abruman sus necesidades materiales, nada lo detiene -ni lo detendrá- en el camino que lo conduce a concretar sus sueños.

Hoy, a los 17 años de edad y luego de haber superado un linfoma de Hodgkin –un cáncer que afecta a una parte del sistema inmunológico- la cuarentena lo sorprendió en su precario rancho ubicado en el kilómetro 25,5, de la ruta 82, en Luján de Cuyo, sin señal de internet y con necesidades extremas.

Allí el adolescente vive con su familia numerosa y allí también transita sus días lejos del colegio Ingeniero Gabriel del Mazo 4020, al que no puede asistir desde los últimos dos años. Primero, su enfermedad y luego la cuarentena lo dejaron prácticamente aislado en medio de un paisaje inhóspito.

En el hospital Central, donde fue sometido al tratamiento de quimioterapia, una médica lo contactó con el Fondo de Becas de Mendoza (Fonbec) y así, gracias a su esfuerzo y dedicación, logró obtener una ayuda mensual que de inmediato transformó en un emprendimiento: la cría de codornices.

El chico superó un cáncer (linfoma de Hodgkin) que lo alejó de la escuela.
El chico superó un cáncer (linfoma de Hodgkin) que lo alejó de la escuela.

“Es que amo a los animales. Empecé con gallinas y luego me volqué a las codornices, aunque de manera precaria. Mi sueño es tener patos y gansos pero es muy costoso. Voy de a poco”, advierte Thomas.

Pocos días atrás logró obtener 120 huevos, aunque no pudo incubarlos por falta de elementos. Y así fue que, a través de la fundación, se contactó con el ingeniero agrónomo Alberto Gastino, un ex becario que le acercó la incubadora que tanto necesitaba.

“Vive en condiciones muy humildes, con los servicios mínimos, sin adecuado servicio de agua ni electricidad pero con la gran convicción de seguir estudiando”, describió el profesional.

Agregó que, en medio de esta prueba piloto que lleva a cabo solo, a Thomas se le escaparon algunas codornices. “El gallinero que tiene es pequeño y precario; necesita tela y estructura, además del alimento, que es costoso. Como estudiante lo veo convencido pero con muchas dificultades de todo tipo y especialmente de conectividad”, enumera Gastino.

Luego de conocer la realidad de Thomas y de haber, incluso, transitado él mismo su carrera con la ayuda de una beca, el ingeniero sintetizó que el estudio “no se negocia”. “Lo único que brinda herramientas para satisfacer esas necesidades es estudiar, pero a veces sin un empuje frente a tantas carencias, no se puede. De otra forma, tal vez Thomas no podría encarar este proyecto”, indicó.

El estudiante, que tiene cuatro hermanos –y uno fallecido- relató algunas de las vicisitudes que padece en la zona donde vive. Aunque parece estar acostumbrado a los escollos. “Muchas veces no tenemos agua y la térmica salta a cada rato porque varias familias están enganchadas de manera clandestina. La casa es de cartón y nylon y a cada rato se llueve”, contó mientras exhibía los cartones prensados y el nylon que cubre las lluvias.

El chico superó un cáncer (linfoma de Hodgkin) que lo alejó de la escuela.
El chico superó un cáncer (linfoma de Hodgkin) que lo alejó de la escuela.

“Me refugio mucho en mis codornices, gallinas, gatos y en mi perro. Estoy decidido a ser veterinario y ya tengo elegido el lugar donde voy a estudiar”, aseguró el entusiasta muchacho. Agregó que su salud mejoró pero que los riesgos de volver a padecer leucemia aún persisten.

“La ´pelota’ en el cuello ya no está, pero sigo con los controles”, graficó, en referencia al tumor que lo afectó en 2019 y que recuerda como la etapa más dura de su vida.

De a poco y con la ayuda de sus compañeros de la secundaria, se pone al día con las materias que adeuda. “Es que acá no hay señal de internet, por eso me resultó difícil llevar al día los dos años en que no pude asistir”, aclaró Thomas.

El joven y su familia padecen necesidades de todo tipo, desde materiales para la construcción (tienen un terreno donde planifican edificar), hasta elementos para armar un gallinero y un lugar adecuado para criar a sus codornices.

“Tengo a las hembras de un lado y a los machos del otro, pero todo a los ´ponchazos’”, describió, para especificar su deseo de conseguir telas y estructuras adecuadas. Es que ya con lo que cuesta el alimento, tiene bastante, señaló. Pero está decidido: ninguna adversidad lo detendrá para conseguir sus metas.

Cómo ayudar

Quienes deseen asistir a Thomas y conocer cómo vive, pueden llamar al 261 -5256400. Necesita materiales para el gallinero y para construir su casa.

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