El desgarrador testimonio de un médico mendocino de 34 años con Covid: “Esto no es joda, es serio”

El profesional fue internado en terapia intensiva tras agudizarse su cuadro. Al mejorar decidió concientizar a través de una conmovedora carta en las redes.

Imagen ilustrativa
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Mientras la provincia espera el anuncio de nuevas medidas para frenar el crecimiento del Covid-19, el alarmante crecimiento de casos mantiene en vilo a las autoridades locales quienes piden insistentemente a la población que mantenga las medidas sanitarias para evitar una situación caótica.

Aun así hay personas que descreen de los riesgos y la gravedad que imprime la pandemia a la vida cotidiana local. Sin embargo el reciente posteo que hizo un médico mendocino que cursó la enfermedad pone de manifiesto que no se trata de una ‘gripecita’, ni mucho menos.

Se trata del doctor Facundo Prieto, un joven y reconocido urólogo que atiende en varias instituciones del Gran Mendoza que contrajo el coronavirus y cuyo cuadro implicó preocupación. El profesional de la salud publicó en Facebook una sentida y preocupante carta a través de la que busca generar conciencia en la ciudadanía para que se cuiden y no resten importancia a la enfermedad.

Tras salir de terapia intensiva, y alojado ahora en una sala común, Prieto compartió la gravedad que conlleva contraer el Covid-19: “Voy a contarles mi historia con el deseo de poder transmitir en estos días tan difíciles una mayor toma de conciencia”, comenzó el médico.

“Tengo 34 años, soy médico urólogo y era uno de los que decía..... ‘Naaaaa, esto del Covid es una estupidez, una simple gripe’. Les cuento que no es así, un día empecé con dolores musculares y fiebre. Por ser personal de salud me testearon (PCR HISOPADO) el cual a las 48hs me dio + (positivo) para Covid 19”, explicó.

“Ya llevaba 72hs con fiebre y dolores musculares sin parar. Al agudizarse la falta de aire decidieron internarme en el Hospital Español solo para un mejor control. Quizás en 2 ó 3 días me daban el alta. Lamentablemente no fue así, mis síntomas empeoraron y los análisis de sangre y tomografía de tórax también. Decidieron llevarme a la unidad de terapia intensiva”, relató y luego resaltó alarmado lo que vio: “Terapia cuenta con 8 camas, ¿saben cuántas estaban ocupadas por pacientes con COVID? ¡¡Siete!!”

Luego detalló lo que es atravesar la internación en terapia intensiva: “Conectado a un monitor, con O2 (oxígeno) permanente, ruidos, alarmas, personal las 24hs trabajando, a mí me costaba cada vez más, respirar por mis propios medios. ¿Y saben otra cosa? Yo era el menos grave de los siete”.

“Gracias al arduo trabajo de todo el equipo hospitalario que no descansó, ni descansa un segundo (literalmente) solo estuve en terapia 48hs. Ahora acá estoy, en una sala común al lado de mi esposa y no existen palabras para describir lo que fue volver a verla”.

Luego reconoció a todos y cada uno de quienes día a día dan lo mejor de sí para sobrellevar la pandemia: “No tengo palabras para explicar lo que el personal de salud (enfermeros, limpieza, médicos, nutricionistas, oficeras, administrativos, directivos, mantenimiento, cocina, camilleros, técnicos, seguridad, laboratorio, y me deben faltar miles más) hicieron por mí y harían por cualquiera de ustedes”.

Sobre el final lanzó la advertencia más inquietante: “Y lo último y más importante, esto no es joda, es serio todo lo que está pasando. Se están colapsando las terapias intensivas, tomemos conciencia y respetemos lo que nos dicen que hagamos. Ya va a volver todo a la normalidad”.

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