Detectaron casos de bullying en una escuela de Guaymallén y decidieron combatirlos a través del arte

“Buen trato” se denomina el proyecto que abordó la escuela Tierra de Huarpes, de Buena Nueva, frente a algunos casos de discriminación y acoso escolar. Pintaron murales y dialogaron en las aulas durante varios meses.

Chicos de la escuela Tierras Huarpes de Guaymallén pintan un mural en su escuela para concientizar contra el acoso escolar.
Chicos de la escuela Tierras Huarpes de Guaymallén pintan un mural en su escuela para concientizar contra el acoso escolar.

El incremento de casos de acoso escolar que comenzó a percibirse hacia mitad de año en los 7° “A” y “B” de la Escuela 1-667 Tierra de Huarpes, situada en una zona vulnerable de Buena Nueva, Guaymallén, llevó a los docentes de todas las áreas de esa institución a realizar un interesante proyecto que involucró diversas acciones y concluyó en las últimas horas con murales de concientización en el patio.

Las distintas actividades se vieron plasmadas en un proyecto que involucró a todo un equipo de maestros y a los propios estudiantes. Más allá de los alumnos de séptimo, se hizo partícipe a toda la matrícula.

Lo cierto es que, en forma semanal, cada curso debía exponer frases relacionadas con la convivencia, el respeto hacia el otro, las causas y consecuencias del acoso escolar y el impacto que una frase ofensiva o discriminatoria puede causar en el otro.

Así, surgieron escritos muy significativos, todos relacionadas con la toma de conciencia, la reflexión, el hecho de dejar huellas, la prevención y el impacto físico, emocional y verbal que situaciones de acoso pueden generar, entre otros factores.

La conclusión fue que el mayor aliado del bullying es el silencio, por lo que nadie, en especial los espectadores, deben quedarse callado. Este tema fue, precisamente, abordado en profundidad en las distintas aulas.

Fue entonces cuando tomó intervención la profesora de Artes Visuales, Viviana Allende, con muchos años de trayectoria en esa comunidad. “Decidimos pintar murales para que queden plasmadas esas pinturas no solo este año, sino los venideros. Queremos que observen su propio trabajo alusivo al tema”, indicó la profesora, para agregar que el resultado fue “maravilloso”.

Los chicos de la escuela Tierras Huarpes de Guaymallén, en plena tarea de pintura de un mural contra el acoso escolar.
Los chicos de la escuela Tierras Huarpes de Guaymallén, en plena tarea de pintura de un mural contra el acoso escolar.

La docente Valeria Juri –quien cobró notoriedad en el mes de junio último cuando salió a la luz el caso de Ciro, un niño a quien la docente donó zapatillas y él, a su vez, se las cedió a su mamá– se puso en contacto con una pinturería que acercó el material sin costo para concretar el proyecto.

“No es la primera vez que la pinturería Merino nos da una mano. Esta es una escuela de bajos recursos, pero con mucha capacidad de trabajo en equipo y gran solidaridad”, indicó Juri, para agregar que los casos de bullying comenzaron a percibirse sobre la segunda mitad del año y todos decidieron poner manos a la obra.

“Fue un trabajo transversal al que denominamos ´Buen trato’ que reunió a todo el plantel. Cada docente trabajaba en su curso y salieron grandes resultados. El hecho de plasmarlo en murales fue una gran idea de Viviana Allende, porque sirve para recordarlo siempre, ya que todos los días y en todos los recreos los dibujos están allí”, remarcó.

Las tareas de diseño y pintura demandaron, aproximadamente, dos semanas y finalizó en las últimas horas. “Nos encantó ver a los chicos motivados al punto de correr al recreo para ver qué detalles faltaban. Creo que cuando un proyecto cierra de esta manera se transforma en algo gratificante para nosotros”, subrayó Allende.

Añadió que la falta de recursos en la comunidad nunca resulta un obstáculo y que las donaciones que suelen llegar son muy frecuentes. “Hace muchos años que trabajo en esta escuela y es un lindo desafío. Con este proyecto no colaboramos solo con la escuela, sino con la sociedad, es decir, con chicos, padres, vecinos, docentes. En especial, quisimos dejar un mensaje a los adolescentes, quienes muchas veces representan la franja que más sufre el efecto del bullying”, advirtió.

Concluyó: “Quisiéramos que estos murales duren para siempre y que los alumnos que ingresen el próximo año también puedan tomar conciencia”.

La misma docente también decidió destinar un paredón para abordar otra temática actual a través del arte: el mundial de fútbol. Por eso, a pocos metros de las pinturas y las frases que rezan: “Basta de bullying”, se lo puede observar a Lionel Messi con la camiseta celeste y blanca a punto de patear la pelota.

Una iniciativa que debe perdurar en el tiempo

Enterado de estas acciones en la escuela Tierra de Huarpes, el pedagogo Alejandro Castro Santander, quien integra la Alianza Anti Bullying Argentina, sostuvo que “es excelente la iniciativa de actuar inmediatamente, de reaccionar a tiempo”.

Con una larga trayectoria en el abordaje del clima escolar, que lo ha llevado, incluso, a ser uno de los referentes y disertante privilegiado de múltiples ponencias a nivel regional, Castro Santander instó a esta escuela y a todas en general a actuar de manera preventiva sin esperar que aparezcan casos difíciles de abordar.

“Es una problemática que abordarla lleva décadas porque no sólo involucra estrictamente a establecimientos educativos sino a todo un sistema que debe darse cuenta de la importancia de los mecanismos de prevención”, insistió.

Recordó el especialista que frente a hechos de bullying o acoso escolar, uno de los principales aliados es el silencio. “Siempre hay que denunciar, pero los chicos suelen callarse y manejarlo dentro de su ámbito”, diferenció.

En ese sentido, desde su misión para toda Latinoamérica y el Caribe hizo especial hincapié en insistir con los responsables de las políticas públicas a que favorezcan la creación de programas integrales de convivencia. “Es una oportunidad, así como la de armar los proyectos educativos o curriculares, incorporar la sana convivencia”, puntualizó.

En ese punto, expresó que si bien esta escuela ideó una importante estrategia a través de escritos y murales donde se intenta ser empático, dijo, “hay que armar programas duraderos, bien organizados y programados”.

“Es importante tomar las riendas frente a cada caso y que sirva como puntapié para continuar. Todos en una escuela deben estar comprometidos, desde profesores de todas las áreas hasta maestranza y celadores. Es un fenómeno muy complejo que debe reconocerse y por lo tanto organizarse para todos los futuros ciclos lectivos”, sugirió finalmente.

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