Desciende la edad de inicio del consumo de alcohol y está cerca de los 13 años

Se observa en Mendoza pero se trata de una tendencia a nivel nacional y global. Muchas veces esto implica que consuman cada vez más. Formas, causas y consecuencias.

Desciende la edad de inicio del consumo de alcohol y está cerca de los 13 años
Desciende la edad de inicio del consumo de alcohol y está cerca de los 13 años

La edad de inicio del consumo de alcohol en los adolescentes viene con una tendencia en descenso los últimos años. Así, si los últimos datos estadísticos oficiales de 2017 hablaban de los 15 años, en la práctica ahora se aprecia que es en torno a los 13.

Lejos de las advertencias de los riesgos que puede implicar tal práctica y mucho más lejos de la prohibición de venta de este tipo de productos a menores, lo que observan los especialistas es que cuando llegan a la mayoría de edad y tienen algún tipo de problemática de consumo, es porque ya habían empezado hace muchos años y fue in crescendo.

Pero el problema no necesariamente es que se genere una adicción: es que entre adolescentes la mayoría hace un consumo episódico, es decir en determinadas ocasiones, generalmente el fin de semana, en un corto tiempo pero en cantidad.

Marta Hintuchi, Directora del Plan Provincial de Adicciones, explicó que lo último publicado por el Sedronar con datos de Mendoza es de 2017, cuando justamente la edad era 15 años y que se trabaja en generar las nuevas estadísticas. En ese marco, aceptó que en la provincia se aprecia que el inicio se da cada vez a edades más tempranas. De hecho, si se compara con otras generaciones, es notorio: va bajando paulatinamente y los mayores de 55 lo hacían a los 20 años.

“Ha descendido en las personas más jóvenes, es decir una de las preocupaciones principales en relación a los consumos problemáticos es el descenso en la edad de inicio en el consumo de alcohol”, apuntó.

Destacó que es una tendencia que no solo se da en Mendoza, sino también en el país y a nivel global.

Efectivamente, una publicación del Ministerio de Salud de la Nación lo afirma: “En jóvenes, la edad de inicio de consumo es a los 13 años y la tendencia es que cada vez sea a menor edad”. Agrega que en adolescentes de 13 a 15 años, el consumo en mujeres aumentó superando al de los varones. Además, en adolescentes, la cantidad de alcohol que se consume aumenta con la edad.

Cuestión cultural

Tengo amigas que ya tomaban cuando iban a fiestas en séptimo grado”, contó Ana, que ahora tiene 15.

Es lo que también aprecia la licenciada en Psicología, Luciana Impagliazzo, del Programa de Abordajes de Consumos Problemáticos de Osep (Proaco). Desde su experiencia, hay quienes relatan haberse iniciado en el consumo a los 12 o 13 años aunque lleguen varios años después a pedir ayuda.

Nos llegan con edad y consumo avanzados y cuando se pregunta cuando comenzaron es a esa edad, es porque no se problematiza tanto el consumo socialmente y no se prioriza pedir tratamiento”, refirió. Dijo que llegan con un problema de consumo en torno a los 20 a 25 años.

Luego remarcó: “Es una de las problemáticas que tenemos de manera cotidiana y en aumento, incluso se han brindado servicios que antes no se brindaban”.

Consumo de alcohol en menores de edad
Consumo de alcohol en menores de edad

La profesional afirmó que hay más chicos que llegan a la dependencia y mucho nivel de abuso del consumo, que ocurre cuando hay imposibilidad de detenerse y dijo que eso se ve mucho en los adolescentes.

Aunque no necesariamente son más en forma numérica hay un incremento en el consumo por parte de mujeres y otras identidades de género.

En el hospital Notti, que brinda atención pediátrica hasta los 15 años, dijeron que muy eventualmente llegan chicos que han consumido alcohol. Se trata de casos en los que la ingesta tuvo consecuencias más graves, que pueden estar asociados también a accidentes o peleas pero no es algo frecuente que lleguen esos casos.

El asunto es por qué sucede esto. El consumo es multicausal, afirman todos. Impagliazzo mencionó entre los factores de mayor peso la presión social, situaciones específicas de cada persona, fácil acceso, que sea barato y legal (aunque no lo sea para los menores).

Ya es sabido que la pandemia afectó la salud mental y los adolescentes han estado entre los más afectados. “Hay muchos conflictos a nivel personal, mucha crisis en los adolescentes, lo que tiene que quedar claro que en los adolescentes es siempre problemático, aunque sea poco, porque es un cerebro que está en desarrollo y puede afectar”, subrayó.

En gran medida influye algo propio de la adolescencia que tiene que ver con no poder evaluar riesgos o la tendencia a tener conductas de riesgo porque “nunca les va a pasar nada”. También la presión de los pares y el pertenecer a un grupo.

Hay una cuestión que señalan varios especialistas: el consumo problemático no necesariamente es de alcohol. Es que hay una conducta instalada en una sociedad de consumo que propende a este con sustancias o cualquier otro objeto, como puede ser la tecnología. Y de hecho también hay aumento de otros abusos. Sucede que en el caso de las sustancias, han quedado muy asociadas a la diversión, y no sólo entre los más jóvenes. Asimismo otro factor que incide es que ha dejado de problematizarse, para muchos, se ha casi naturalizado que se haga este tipo de consumo.

Ante esta situación, Impagliazzo dijo que no hay una señal de alarma en los mayores a cargo cuando la cosa se sale de las manos, entonces no se suele pedir ayuda hasta que ya es un problema instalado.

“Hay otras funciones del consumo de alcohol - dijo Hintuchi- lo vimos durante la pandemia, cuando era una salida para situaciones de ansiedad, soledad o angustia, entonces comenzaron a acceder personas que antes no lo hacían”.

Cambio de estrategia

Dada la realidad y aunque exista una prohibición, las estrategias de prevención empiezan a apuntar en otro sentido. Darles a los jóvenes recursos para que tengan una conducta responsable, de cuidado y aportarles contención.

Es que esta situación puede tener consecuencias en el corto y largo plazo.

Advierten que en gran medida los riesgos se asocian al contexto del consumo. Por ello Hintuchi señaló el hecho de que en adolescentes es más masivo, asociado a la diversión y, sobre todo, nocturno.

“Por ahí no se tienen en cuenta las condiciones en que se da, quizás no han comido antes, no toman agua, no se hidratan durante el consumo y lo hacen en exceso que en cualquier circunstancia es un riesgo para la salud”, explicó.

Entre las consecuencias hay que señalar el riesgo de relaciones sexuales no consentidas o desprotegidas, posibilidad de discusiones y peleas, caídas y mayor conflicividad familiar. Aunque el alcohol incrementa el riesgo de siniestros viales, no contarían con licencia a esta edad.

En una publicación de Sedronar dirigida a los adolescentes, se explica que el cuerpo está en crecimiento y es más vulnerable a sus efectos.

Además, el alcohol puede afectar el rendimiento académico porque altera la capacidad de atención y concentración. Puede afectar el estado anímico, generar agresividad, pérdida de memoria, melancolía.

“Si practicas deportes el consumo baja tu capacidad física y aumenta el riesgo de lesiones” y agrega que aumenta el riesgo de dependencia en la edad adulta”, apunta.

Hay que tener en cuenta que también disminuyen los reflejos.

Un consumo frecuente y excesivo tiene otras consecuencias más de largo plazo como la posibilidad de generar alguna enfermedad, ya que se transforma en azúcar en el hígado.

Por ello, se advierte que hay que seguir trabajando en prevención, se implementan estrategias de acompañamiento incluso en los lugares donde hay fiestas para darles información y contención a la salida y recuerdan que hay instancias para solicitar asesoramiento.

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