Crónicas de Di Benedetto: El festival de Cannes de 1960

El 29 de mayo de 1960, se publicó el artículo del entonces jefe de espectáculos sobre lo que vivió durante la muestra de cine internacional

Escena del film La Dolce Vita, de Federico Fellini
Escena del film La Dolce Vita, de Federico Fellini

Avanza el Festival y aunque la profusión de estrenos ha tapado algunas buenas impresiones del comienzo, “La balada del soldado” se mantiene como un delicado recuerdo y, si otro film surge, aquél siempre está en pie y reclama comparación.

Escena del film La Dolce Vita, de Federico Fellini
Escena del film La Dolce Vita, de Federico Fellini

A las 8 películas iniciales se han sumado 16 y ahora el primer plano es compartido por “La fuente”, “La dulce vida” y “La balada del soldado”, obras, las tres, de superdotados para el cine.

Una balada del siglo XIV

Con “La fuente” Ingmar Bergman alcanza la grandeza trágica. Cuenta una balada del siglo XIV, de fondo religioso; pone menos talento deslumbrador que en otros films, pero más distribuido y armonioso; hace un realismo descubierto, tan descubierto que sugirió, en la conferencia de prensa, esta pregunta: “¿Ingmar Bergman cree que su película será autorizada en todos los países o, al menos, que se dará íntegra?”. Bergman no estaba -no vino a Cannes. Respondía Max von Sydow, el excelente actor de “La Fuente” y “El rostro”. Naturalmente, von Sydow contestó su propio “no sé” y la interrogación quedó pendiente. (La prohibición, riesgo que el cine padece más que otras artes.)

Si una cámara pudiera registrar lo que ve el periodista de una gran ciudad de Europa... Puede sí, conducida por Federico Fellini, y eso ha sucedido, para hacer “La dulce vida”. Pero el título es una mala pista, como lo sería pensar en el Federico Fellini de la ternura y la compasión, porque “La dulce vida” es un fresco enorme e implacable de una sociedad bajo el signo quemante de la corrupción

Las películas chocantes

Películas chocantes, asimismo, entre las nuevas 16: “Si el viento te da miedo”, belga, porque aborda, como en “Coincidencia africana”, un amor prohibido por la sangre: “La aventura”, porque irrita con su languidez y sus silencios, tan propios de Michelángelo Antonioni, mientras los valores estéticos e intelectuales sostienen una presencia que es más bien de fantasmas: “Hijos y amantes”, para algunas personas, como era previsible, ya que esta gris película inglesa viene de la novela de D. H. Lawrance.

Silbidos, risas injuriosas, bostezos deliberados para “La aventura”. A las 2 de la mañana aparece una declaración: “Conscientes de la importancia excepcional del film de Michelángelo Antonioni y sublevados por las manifestaciones de hostilidad que él suscitó, los profesionales y críticos cuyos nombres siguen tienen a bien expresar toda su admiración al autor de “La aventura”. Unas 30 firmas, entre ellas las de Roberto Rosselini y Georges Sadoul. Al otro día sale un artículo de Lo Duca; dice que el público estuvo “un grado más abajo que el de una plaza de toros”.

¿Y cuáles son las peores de las 16? No hay acuerdo, en el ambiente, sobre las mejores; tampoco para las que se hallan en el otro extremo de la escala. Pero se puede ensayar una lista, que comience con “Sujata”, de la India, y siga con “La primera lección”, de Bulgaria. “Sujata” anda bien de propósitos -contra las diferencias de castas en la India-; no obstante, pronto hace pensar que son pretextos, nada más, para contrabandear el melodrama.

Antonio Di Benedetto junto al escritor Georges Simenon,  en el festival de Cannes
Antonio Di Benedetto junto al escritor Georges Simenon, en el festival de Cannes

“Mélo record” (léase: melodrama récord) es la mención que conferido un diario que ha conferido un diario francés, pero no a “Sujata”, sino al film norteamericano de Vincente Minelli que en inglés se titula “Home from the hill”, en francés “Celui par qui le scandale arrive” y en castellano vaya a saber cómo se llamará.

Una porción notable, de ingenio y simpatía: la primera del film polaco “De la suerte a revender”. Es un pastiche de cine mudo con aplicación de sonido, obra de Andrzej Munk.

29 en programa y aparte...

Ocho películas más 16 son 24 sobre 29 del programa. Veinticuatro presentadas hasta el momento de escribir esta nota: Quedan a ver, por lo tanto, cinco.

Veintinueve de largo metraje en concurso, porque “Ben Hur” vino como invitada para inaugurar, nada más. (Explican que ya tiene muchos Oscars...)

Además hay, en certamen, 31 films de corto metraje, de los cuales sólo uno, el de la India, ha sido silbado aunque otros también lo merecían.

Se busca una rosa azul

Pero no todo es ver películas y hablar seriamente de cine. El Festival se halla rodeado de otras actividades, que tienen en él su razón de ser: fiestas, corridas de todos, exposiciones de pintura y de flores, elección de belleza femenina, paseos a los montes y, en otro plano, pero por la misma causa, en la explanada del Suquet la “misa del cine”, presidida por monseñor Jean Bernard, titular de la Oficina Católica del Cine.

En el Casino Municipal de Cannes, “Floralies”: un vasto salón donde las flores han sido dispuestas con arte, asociadas a joyas auténticas y aves en jaulas o en libertad. Flamencos, colibríes, orgullosos papagayos, claveles y rosas de Antibes, perlas y esmeraldas sobre coral. Algunos pajaritos de Oriente están libres, en sectores intensamente iluminados. No escapan porque hasta la plena luz exterior se deja una zona completamente oscura, que ellos no aciertan a pasar.

“Jornada de la rosa”, organizada por el Comité Regional de Turismo. Nos llevan a Cap d’Antibes, Roseraie de Meillan, donde se crean las rosas rosas nuevas por medio de la fecundación artificial. Están a la búsqueda de la rosa azul (por eliminación del rojo). ..

En la Rosearie de Miellan nos informan tanto de esta materia viviente capaz de evolucionar, llamada rosa, que me nace esta pregunta en procura de la respuesta que contradiga el proverbio:

-¿Es que hay rosas sin espinas?

-No. Casi se podría decir porque algunas tienen espinas muy pequeñas y débiles: pero… no, no hay.

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