Cristina y su gesto patriótico: en el día de la Bandera, obsequia escarapelas hechas con sus propias manos

El sentimiento de ser argentino, la importancia de vivir bajo el mismo cielo y de compartir la misma bandera es lo que intentó demostrar María Cristina Lattanzio cuando adornó por primera vez de celeste y blanco su tranquera, un día patrio, en su finca 6- C de Rincón del Atuel, Rama Caída, San Rafael.

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Aquel 24 de marzo en que se celebraba el Día de la Memoria la entrada a su casa estaba repleta de hermosas escarapelas confeccionadas por sus propias manos. Y hasta se completaban con frases alusivas.

“Pueden llevarse una y lucirla este día”, decía Cristina.

La propuesta fue tan bien recibida que esta abuela y maestra jubilada oriunda de la provincia de Buenos Aires –pero mendocina por adopción-- comenzó a prolongar esa costumbre.

En esta oportunidad, con motivo del 20 de Junio, confeccionó con dedicación hermosas palomas celestes y blancas con la bandera argentina de fondo.

Y saldrá con sus nietos a entregarlas a vecinos de las fincas aledañas.

“Son fechas especiales que no deben pasar desapercibidas, por eso quisiera instalarlo como una tradición”, contó a Los Andes.

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En 1989, con su marido y sus hijos llegaron desde la provincia de Buenos Aires para instalarse en esta zona de tantas bondades naturales.

“Fue como una premonición, porque el menor de nuestros cinco hijos se llama Atuel”, cuenta.

Con los años pudieron adquirir una finca más grande y así se convirtieron en vecinos referentes, solidarios y muy apreciados por su entorno. Acostumbraban a recibir y agasajar a los nuevos pobladores del sector.

“Cacho, mi esposo, nos dejó hace poco y mis hijos han ´volado´ por distintos lugares. Yo sigo firme en este hermoso lugar intentando tener vida de finca y de aprendizaje todos los días”, reflexiona.

Como docente rural, siempre tuvo habilidad para confeccionar manualidades a sus alumnos y esa costumbre no la perdió.

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Por eso, para Cristina, todos los 25 de Mayo, 20 de Junio y 9 de Julio, entre otras fechas, resultan sagradas porque insiste en la importancia y el orgullo de ser argentinos.

Por eso hoy, más que nunca, la bandera luce radiante en su finca sanrafaelina. Como no podía ser de otra manera, para honrar a la bandera argentina.