Con pelucas y su personaje favorito, Martina se despidió de sus compañeros de escuela

Martina Rico tenía 9 años y sufría leucemia. La escuela convocó al animador Alejandro Martínez, quien llegó encarnado en el personaje favorito de la niña: Boomblebee. Todos bailaron con pelucas. Falleció una semana después. “Fue feliz ese rato”, dijo el papá.

Martina Rico tenía 9 años, una hermosa sonrisa y un espíritu tan enorme que se había ganado el corazón de toda la escuela Cordillera de los Andes, en Godoy Cruz, donde asistía.

La chiquita, que concurría a 4to grado, no pudo ganarle la batalla a una leucemia mieloblástica aguda y partió en el Hospital Notti el pasado miércoles 24 rodeada del amor de su numerosa familia. Sin embargo, poco antes de su muerte, puntualmente el pasado 11 de mayo y a través de su directora, Silvana Moyano, la escuela organizó un festejo que le brindó a Martina un rato de felicidad y alegría. Un momento que quedará grabado a fuego en los corazones de quienes pudieron compartirlo.

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Fue cuando se organizó una divertida actividad para que Martina pudiera sentir el cariño de sus compañeros y pasar un momento un poco más distendida.

Todos decidieron participar de lo que denominaron la fiesta del sombrero y las pelucas, una forma de que la niña se sintiera acompañada y en igualdad de condiciones. Bailaron, se divirtieron y, como si fuera poco, apareció su personaje favorito: Boomblebee, un robot transformer encarnado por el actor y animador mendocino Alejandro Martínez, que suele hacer visitas a niños enfermos.

“Martina ya no está entre nosotros, pero nadie me quita la tranquilidad de haber sentido que la hice feliz por un rato en la escuela, en ese festejo tan hermoso que se organizó”, explicó Alejandro a Los Andes.

La chiquita, que vivía en el puesto “El Tamarindo”, en pleno campo, fue siempre alumna de esa escuela, situada a unos 10 km de su casa.

“Este año estuvo internada y nosotros siempre muy atentos. Cuando ya les dijeron a sus padres que nada se podía hacer, solo esperar, decidimos organizar una actividad recreativa para darle esa sorpresa”, indicó la directiva. Así, llamaron a Alejandro Martínez, quien de inmediato puso manos a la obra con el disfraz de transformer.

“Llegó sonriente, con su cabeza peladita y la vimos feliz. La idea de que estuviera Alejandro fue, precisamente, por su amor hacia los superhéroes, en especial por Boomblebee. Todos estuvimos con gorros, caretas y sombreros. La escuela en general preparó esto tan lindo”, dijo.

Su papá, Víctor, un puestero que cría cabras y cerdos en el campo, confesó a este medio que el dolor de haber perdido una hija es inexplicable. “Después de todo pienso que ella era especial, era como un ángel, una persona que jamás se quejó por lo que estaba atravesando. Nunca me preguntó por qué y menos si iba a morirse. Ella sonreía y salía adelante todos los días”, reflexionó el papá.

“Estoy agradecido con la escuela, infinitamente. La llevamos un rato, aunque su condición no era la adecuada, estaba muy mal. De hecho, ella partió poquitos días después. Pero nadie nos va a quitar esa felicidad que sintió junto a las maestras y los chicos. Nunca me cansaré de agradecer”, agregó.

También valoró el trabajo del Hospital Notti. “Impecable desde todo punto de vista. Muchas gracias”, dijo, emocionado. Y remató: “Somos muchos, tenemos seis hijos más junto a mi señora. Y lo único que nos da fuerzas para levantarnos es la energía que tenía Martina, algo innato, una sonrisa y una alegría de vivir que seguirá siendo una lección de vida para todos nosotros”.