Ciro, el niño que necesitaba zapatillas, ahora recibe tantas donaciones que las regala a otros chicos necesitados

A partir de un par de zapatillas que le donaron en la escuela y que él, a su vez, le cedió a su mamá, se generó una impensada cadena de amor y solidaridad. Hoy es él quien distribuye a otros niños sus propios regalos.

En la primera imagen, Ciro abraza a su maestra, Valiera. A la derecha, Erick, papá del niño, y su esposa.
En la primera imagen, Ciro abraza a su maestra, Valiera. A la derecha, Erick, papá del niño, y su esposa.

A esta altura, cuando su historia fue noticia en todo el país por haberle regalado a su mamá unas zapatillas que le habían donado en la escuela, cuando su maestra lo vio con calzado roto, Ciro ya es un personaje conocido en el asentamiento Paraguay, de Buena Nueva, Guaymallén, y mucho más en su escuela, donde sigue dando el ejemplo.

Su historia (que dio a conocer Los Andes), tan ligada a estos tiempos de pobreza y desempleo que castigan cada vez más a los barrios vulnerables, se hizo pública días atrás cuando su maestra de sexto grado de la Escuela Tierra de Huarpes observó sus zapatillas rotas, casi con los dedos a la intemperie en un día de mucho frío. Inmediatamente le donó otro par que tenía en el ropero comunitario y que el niño, ya en su casa, prefirió cedérselo a su mamá del corazón. Argumentó que ella, que suele hacer changas, las necesitaba más que él.

Desde allí, la “catarata” de regalos, donaciones y gestos de solidaridad proveniente de todo el país parecen no tener fin. Es que Ciro, de 13 años, movilizó no solo a su comunidad educativa sino a toda la sociedad y aún hoy lo sigue haciendo: frente a lo mucho que ha recibido, decidió distribuir donaciones a los más necesitados de su entorno.

La solidaridad de Ciro

“Así es, hoy, por ejemplo, mi hijo fue a llevarle zapatillas a un vecino. Estamos felices y sorprendidos por la repercusión, jamás nos imaginamos todo esto. Siento un gran agradecimiento”, sostuvo Erick, su papá, quien manifestó que está luchando por la tutela definitiva del menor.

Más allá de la ropa recibida, calzado, abrigo y alimentos, días atrás llegó a su domicilio lo que más necesitaba: un cargamento con materiales de construcción para poder levantar su casa. Hoy Ciro, junto a sus hermanos Morena, Uriel y Elena, viven en un precario habitáculo de nylon y cartón.

“Un antes y un después”

“La historia de Los Andes fue un antes y un después porque la gente nos ha ayudado muchísimo y Ciro es un niño excelente que contó la verdad a su maestra, me quiso dejar las zapatillas…”, relató Florencia, esposa de su papá.

La historia de este niño no es muy diferente a la de muchísimos otros que sufren pobreza extrema en Mendoza y el país. También la de su maestra Valeria es, apenas, un gesto de los muchísimos que las docentes llevan a cabo en aulas de la periferia repletas de alumnos en situación de vulnerabilidad que parecen acrecentarse en el invierno.

La maestra de la escuela Tierra de Huarpes recibe, a su vez, la colaboración de un gran entorno de gente y también de su familia, que ayuda en la logística y en el traslado de donaciones.

“Hace 28 años que soy docente y siempre hice lo mismo, pero cuando estas cosas tienen repercusión en la prensa el impacto es mucho mayor”, ejemplificó.

Otras donaciones

Todo es bienvenido en la escuela, donde podemos visibilizar las carencias, y por supuesto también en los hogares. Creo que esta historia, insisto, es apenas una de tantas. Mañana seguramente habrá otra igual o parecida y así sucesivamente. Los maestros tenemos que observar a nuestros niños y jamás mirar hacia el costado”, reflexionó en la publicación que dio tanto que hablar.

Para ella, la vocación implica mucho más que enseñar en la adversidad: para ella ser maestra es ser un poco mamá, saber escuchar, observar, ponerse en la piel del otro y reaccionar con ayuda. Porque el hambre y el frío, siempre lo repite, no pueden esperar.

Como broche de oro para la historia de Ciro y como si todo fuera poco, el colegio logró reunir, a través de una empresa constructora con sede en Godoy Cruz, los materiales para construir un baño destinado a niños que sufran alguna discapacidad.

Dicha obra era muy anhelada y necesaria en razón de una pequeña que presenta dificultades motrices y carecía de un sanitario adecuado para su condición.

Cómo ayudar

La escuela Tierra de Huarpes de Buena Nueva, Guaymallén, sigue recibiendo donaciones de todo tipo y su teléfono es el 261-4470463. El de la mamá de Ciro: 2616315004.

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