Cerro de la Gloria: una historia que ya tiene 110 años y un presente con nueva cara

Un 19 de enero de 1912 se colocó la piedra fundamental del monumento. Sin embargo, la obra se inició un año más tarde y culminó el el 12 de febrero de 1914, con su inauguración.

Cerro de la Gloria
Inicio de obras donde se construirá un restaurante al pie del monumento. 

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Cerro de la Gloria Inicio de obras donde se construirá un restaurante al pie del monumento. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

El reciente 19 de enero se cumplieron 110 años de la colocación de la piedra fundamental del monumento del Cerro de la Gloria, ícono mendocino por excelencia, que conmemora la campaña del ejército de Los Andes de 1817. En medio de cierta polémica por la instalación de un restaurante en la playa de estacionamiento del lugar, bien vale la pena hacer un repaso de su valor cultural, histórico y de fuerte impronta sanmartiniana.

La doctora Liliana Lorca, presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Mendoza, aseguró que quien le dio la impronta actual al monumento fue nada menos que Francisco Pascacio Moreno, (conocido como Perito Moreno), integrante de la comisión encargada de la construcción. “En su momento, fue criticado el lugar elegido, que era el Cerro del Pilar”, recordó la especialista, añadiendo que cuando finalmente se puso la piedra fundamental, el Poder Ejecutivo destinó dinero para la construcción del pedestal y los caminos de ascenso y descenso, y también se cambió el nombre del por el actual.

“El lugar del monumento termina decidiéndolo Moreno, quien también fue el que controló la obra del escultor elegido. Cuando fue viendo cómo la iba haciendo, le pareció que tenía el simbolismo que buscaba. Por eso, para mostrar lo que quería, con un trozo de arcilla modeló el significado que debía tener el emplazamiento, el pedestal y lo que está a los costados”, explicó Lorca.

La historia del monumento

Según el relato histórico, relevado por la Municipalidad de Ciudad, con el propósito de erigir un monumento conmemorativo de la campaña del Ejército de los Andes, durante la presidencia de Juárez Celman se dictó en 1888 la Ley Nacional N°2270. Sin embargo, el proyecto no se concretó y recién en ocasión de organizarse los actos celebratorios del Centenario, se retomó la idea y la provincia dictó en 1909 la Ley N°6286, que dio origen al emplazamiento del monumento.

El conjunto escultórico, de 16 metros de altura y realizado en bronce, fue fundido en el Arsenal de Guerra de la Nación. La obra artística pertenece al escultor uruguayo Juan M. Ferrari (1874-1916), quien para realizar este trabajo efectuó un minucioso estudio de las costumbres de la época sanmartiniana. Previamente, había elaborado dos maquetas, bajo los consejos del perito Francisco Moreno.

Para emplazar la escultura, lo que se buscó fue llevar al por entonces Cerro del Pilar, en el Parque General San Martín, un basamento de piedra traído de la cordillera de los Andes. Después de toda esa tarea, el 19 de enero de 1912 tuvo lugar una ceremonia para la colocación de la piedra fundamental, aunque recién un año después (en enero de 1913) el Gobierno destinó el dinero necesario para que iniciera la construcción, que también incluyó los caminos de ascenso y descenso.

En su base, como un mensaje patriótico-simbólico, se colocó un ladrillo perteneciente a la Pirámide de Mayo, que fue remitido por el Museo Histórico Nacional.

Inauguración

El monumento fue inaugurado durante la gobernación de Rufino Ortega (hijo), el 12 de febrero de 1914, en el 97° aniversario de la Batalla de Chacabuco. Ese día fue declarado feriado provincial y se realizó una imponente ceremonia repleta de público, con desfile de tropas y sobrevolada por dos aeroplanos, de los pilotos Teodoro Fels y Mario Casale.

En la década de 1940 el arquitecto Daniel Ramos Correas realizó la remodelación del entorno del monumento y se construyó una amplia escalinata de acceso al mismo, con un ofrendatorio y plaquetario en la explanada anterior a la cumbre.

El Monumento del Cerro de la Gloria, su base y su entorno fueron declarados Patrimonio Cultural de la Provincia de Mendoza (el entorno) por Decreto Nº 552/98. En tanto, el 29 de noviembre de 2019 fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Discusión sobre las reformas

Durante la semana pasada se dio a conocer que comenzaron las obras para la renovación del viejo puesto de refrigerios del Cerro de la Gloria, que será convertido en restaurante. El proyecto contempla un espacio cubierto de 142 metros cuadrados, entre otras superficies.

De todas formas, el proyecto encuentra resistencia entre quienes aseguran que las nuevas obras no permitirán la apreciación plena del monumento. De todas maneras, el proyecto cuenta con la aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos, según afirmaron desde la Secretaría de Ambiente.

El gobierno informó que tras el llamado de licitación pública para la demolición, construcción y explotación comercial de la unidad de servicios “El Cerro”, la empresa adjudicataria fue Alcatraz S.A. El plazo máximo estipulado para la ejecución de la referida obra es de siete meses y la explotación comercial por un período de 12 años, el que podrá prorrogarse por hasta un plazo máximo de cinco años. El monto de dicha obra asciende a $21.637.183.

La polémica surge porque hay quienes indican que el restaurante “competirá” con el monumento. “Hemos sido muy respetuosos de la gran importancia del lugar, su entorno y lo que representa para todos los mendocinos la obra La Patria al Ejército de los Andes. La propuesta fue elevada oportunamente a la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos de la provincia, que acompañará la toma de decisiones durante todo el proceso de documentación y obra”, advirtió Ricardo Mariotti, administrador de Parques y Zoológicos.

Con esa visión disiente la arquitecta e investigadora principal del Conicet Silvia Cirvini, para quien el restaurante competirá con el monumento y se convertirá en un “agregado” y no el motivo principal de la visita. “Nadie dice que no haya que poner un servicio mínimo. Pero lo importante es el monumento, la explanada, la vista a la Ciudad. Nada debe perturbar las visuales. Seguramente es una explotación turística rentable y deseada, pero va a eclipsar el monumento”, señaló.

Por otro lado, advirtió que habrá mayor movimiento vehicular, lo que obstaculizará la percepción del conjunto. Desde el Gobierno señalaron al respecto que se restrinjirá la subida de micros y combis turísticas y se instará a los automovilistas a que usen el estacionamiento del plaquetario para que la experiencia se viva desde ese ingreso.

“El restaurante se podría emplazar en otro lugar, donde no haya una competencia simbólica. Porque hay una relación entre la superficie. No se considera la variable del patrimonio como algo a tener en cuenta. Lo cultural pasa a ser una superficie de servicio del área gastronómica”, sentenció Cirvini.

A partir de esto, referentes mendocinos iniciaron una campaña en http://chng.it/VTKVDrpRgM para oponerse a la construcción de la unidad de servicio. “La explanada forma parte fundamental para la interpretación del monumento. Según el significado de la época, el visitante, desde la explanada empezaba a subir la mirada al coronamiento del monumento donde está la Libertad, la gloria y el Infinito, que es un todo, que se va a ver bruscamente alterado por el restaurante”, señaló por su parte Lorca.

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