Censo 2022, una herramienta fundamental para diseñar políticas públicas

Hoy se llevará adelante la encuesta nacional de manera presencial. Los datos permitirán generar acciones gubernamentales más precisas, cómo saber cuántos centros de salud se necesitan por área.

Foto: Prensa Indec / Archivo
Foto: Prensa Indec / Archivo

Hoy se llevará adelante el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2022 de manera presencial y los censistas estarán visitando los hogares para realizarlo de manera completa o recibir el código alfanumérico entregado de manera virtual. Recordemos que este año se implementó por primera vez esta modalidad. El Censo genera interrogantes y pero también -su misión principal- permite tener datos actualizados referidos, por ejemplo, a la población, al nivel educativo de esta, a las familias, al tipo de vivienda o al nivel económico entre otras variantes.

Si bien el censo se realiza cada 10 años, el actual correspondía hacerlo hace dos años, en 2020, pero al tratarse de uno de los momentos más álgidos de la pandemia fue postergado para el corriente año. El anterior, en tanto, se realizó en 2010 y coincidió con la muerte del ex presidente Néstor Kirchner.

Para responder a estos y otros interrogantes, Los Andes consultó a Laura San Martín, quien coordina el censo de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE). Además se desempeña en la oficina de Estadísticas Sociales de la DEIE y es docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la cátedra de Estadística de la Universidad Nacional de Cuyo.

Serán más de 30.000 los mendocinos abocados al censo, entre censistas, directores de departamento y personal de la DEIE y estiman, según las proyecciones, que unos 2 millones de comprovincianos queden registrados en el Censo 2022.

Diseñar políticas públicas

La especialista indicó que el censo permite, fundamentalmente, conocer cuántos somos, el tamaño de la población o cómo está estructurada en cuanto a variables de edad o sexo para construir el comportamiento demográfico y, con esos datos, diseñar políticas públicas.

Sirve para la planificación de todo tipo de servicios. Por ejemplo, para saber cuántos jardines de infantes hacen falta, cuántas escuelas o centros de salud. Todos los servicios públicos tienen al censo como referencia”, indicó San Martín y agregó que para la vacunación contra el Covid-19 se utilizaron las proyecciones de población con el censo de 2010.

Es que si bien el último censo fue ese año, hay encuestas en el medio que permiten profundizar sobre determinados aspectos que no son abarcados en su totalidad por los censos, con lo que hay datos más actuales sobre temáticas particulares.

“Está estipulado a nivel internacional que los censos deben ser cada 10 años y en los años terminados en 0. En 2020 no se hizo por la pandemia pero la recomendación es cada 10 años. Y toda la información que se releva es bastante estructural, no coyuntural. Permite ver cambios a largo plazo. Por ejemplo, sirven para visualizar cambios de fecundidad o de migraciones”, explicó la funcionaria.

Procesamiento de datos

San Martín explicó que en esta oportunidad toda la información obtenida de manera virtual o presencial será enviada a Buenos Aires y, a través de un escáner que interpreta los cuestionarios, se recopila la información. Luego, desde allí se redistribuyen los datos procesados hacia los lugares de origen. Esta operación tarda aproximadamente un año, pero hay datos parciales que se van conociendo antes.

“Se van conociendo las principales variables, como la cantidad de gente total o por sexo. También por edades. Después van llegando más variables. Estimamos que los datos definitivos estarán para junio del año que viene”, dijo la especialista. Agregó que todo el cuestionario se llena con letra imprenta mayúscula y con un lápiz entregado por la DEIE para el caso de la modalidad presencial.

Por otro lado, San Martín recordó que para esta edición hay preguntas nuevas. Las más importantes relacionadas con la identidad de género, por la autopercepción de género y se les consulta a los integrantes del hogar si son afrodescendientes o si se reconocen indígenas o descendientes de pueblos indígenas u originarios.

También señaló que se han preguntado de manera más desagregada cuestiones relacionadas con las nuevas tecnologías, con los dispositivos con conexión a internet en los hogares y similares. De las 61 preguntas que tiene el cuestionario, 24 son sobre las características de la vivienda y 37 tienen que ver con la población.

“Las encuestas tienen un margen de error que se calcula. En las encuestas se puede conocer este margen al trabajar con muestra. Pero en el caso del censo, la cobertura es total”, indicó San Martín aunque reconoció que puede quedar alguna persona o familia sin cubrir. “Puede haber dificultades climáticas, por ejemplo, pero tenemos un periodo de recuperación posterior hasta el 25 de mayo. Puede ocurrir, también que haya más viviendas asignadas a un censista de las que podía cubrir y por eso hay una semana más”, agregó.

El operativo del censo 2022 obliga a los ciudadanos argentinos a respetar las indicaciones y aguardar en casa al censista, de allí que se declarara el 18 de mayo como un feriado nacional.

Hay que estar en casa

Una persona por lo menos debe estar en casa el día del censo, que es obligatorio. Fue por esta razón que se decretó que este día fuese feriado nacional, de manera de garantizar el funcionamiento del relevamiento. Sin embargo, no es necesario que todas las personas que sean censadas permanezcan en la vivienda, ya sea por trabajo o viaje.

Con que una persona mayor de 14 años sea capaz de responder todas las preguntas es suficiente. En caso de que no haya nadie, se puede coordinar con algún vecino la entrega del comprobante de finalización al censista en caso de que haya realizado el censo digital. Si la persona directamente no está en la casa y no completó el cuestionario online, se contará esa vivienda como vacía.

De acuerdo a la Ley 17.622, que regula este relevamiento estadístico nacional, se aplicará un castigo o pena económica sobre aquellas personas que “no suministren en término, falseen o produzcan con omisión maliciosa las informaciones necesarias para las estadísticas y los censos”.

Brindar información “falseada” tiene como sanción el pago de una multa cuyos valores mínimos y máximos el Indec actualiza semestralmente. La última actualización de los montos estipula una multa mínima de $1.076,36 para los que no respondan o mientan en el censo, mientras que la penalidad máxima puede tocar los $106.799,35. “Todos estamos obligados a estar y la idea no es llegar a la multa”, dijo San Martín al respecto.

Secreto estadístico

Mucho se ha hablado en estos días sobre la seguridad de los datos aportados al censista. En referencia a esto, San Martín indicó que toda la información cargada de manera digital está resguardada por el secreto estadístico. Además, ningún cuestionario está nominalizado, lo que quiere decir que son anónimos.

“Las bases de datos se utilizan de manera anónima. No hay identificación de personas de viviendas. Todo es respetuoso con el secreto estadístico. Por ahí la gente ha tenido temor porque se pide identificar a un integrante de la familia en el censo digital, pero es para verificar que existe una persona física, real, completando el formulario. Todo es para resguardar la seguridad de los datos que se aportan”, añadió la funcionaria de la DEIE.

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