Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes ni cuerpos “perfectos”

Un grupo de mujeres mendocinas, de entre 20 y 60 años, encontró su lugar en el mundo en una escuela de danza y teatro de burlesque. Todos los meses hacen una osada puesta en escena donde derriban cualquier tabú, miedo y estereotipos hegemónicos de cuerpos perfectos. Y lo hacen con sus cuerpos reales, lejos de cualquier mandato. Estas son sus historias de superación y aceptación.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

Emilia Bonanno Zanetti tiene 27 años, es diseñadora gráfica y trabaja en una bodega mendocina. Además, es profesora de danza clásica. Paola Ortiz, por su parte, tiene 43 años, es comunicadora social y trabaja en Radio Nacional desde hace ya varios años. Mientras que Constanza Terranova tiene 28 años, es periodista y comunicadora social -también- y es cofundadora de la revista “La Trenza”.

Con distintas edades, personalidades, historias de vida y cuerpos, las 3 mujeres tienen algo en común: hace varios meses decidieron dejar de darle importancia al qué dirán, a los estereotipos, a lo hegemónico y se animaron a derribar tabúes y lucir sus cuerpos tal cual son, con orgullo. “Rompí ese tabú de creer que si la persona pesa un poco más y baila mal, va a ser algo poco agradable para la vista, el tabú de la vergüenza. Y me permito ser sensual sin importar nada más. Al fin y al cabo, quien te mira al espejo cada vez que te parás adelante sos vos misma”, sintetiza Coti.

Emilia, Paola y Constanza son 3 de las 14 mujeres que participan del número de teatro y baile “La Danza Prohibida”, una puesta en escena que combina el teatro y la danza de cabaret y de burlesque, y que tiene al frente a la bailarina, profesora y directora de “Le Bisou de Burlesque” -así se llama la compañía- Rocío Ailín Rodríguez.

“Fui bailarina toda la vida y, en un viaje a Francia, pude conocer el estilo de danza Cabaret. Y decidí combinarlo con el marco teórico del Burlesque, con la idea de que todas las personas pueden bailar, todos los cuerpos pueden ser sensuales y todas podemos sentirnos sexies”, resume con simpleza la experimentada bailarina y profesora, quien además se recibió de profesora de historia, aunque no ejerce como tal. “El trabajo no es tratarse de ver linda, sino aceptarse y quererse como somos”, refuerza.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

Todos los días Rocío -o Ailín, como la conocen sus alumnas- da clases de baile en su estudio. Porque, además de las 14 protagonistas de “La Danza Prohibida”, cuenta con 15 alumnas y un alumno más. Y con todo el elenco completo es que ya comenzó a pensar en su nueva puesta en escena, ya para 2023.

“Yo venía de la danza clásica y sentía que mi cuerpo no encajaba. Pero cuando empecé con burlesque, me fui soltando, todas fuimos haciéndolo. No es fácil e, incluso al día de hoy, me pasa que hay días en que no me siento bien, no me quiero mirar al espejo ni mucho menos salir en público. Pero estamos trabajando en salir de los estereotipos del cuerpo hegemónico”, acota por su parte Emilia. Y se anima a aconsejar a aquellas mujeres -y hombres- que pueden estar atravesando una crisis similar y no se animan ni se reconcilian con su cuerpo. “¡Les diría que se animen, que se acerquen! Hay un antes y un después”, resume la joven.

Además de las clases diarias y de los ensayos de los sábados, todos los meses el elenco de “Le Bisou de Burlesque” pone en escena su número -de 40 minutos, aproximadamente- en el bar El Botellón (Sarmiento 685, Ciudad de Mendoza). Y es en estos números, del estilo café concert -la gente toma o consume algo mientras disfruta del show- en los que, de a poco, no solo se van soltando más las artistas, sino también van logrando que el público y la gente en general comience a dejar de lado los prejuicios y temores.

No es algo solo de mujeres. De hecho, hay un hombre en el elenco. Y estamos tratando de sumar a más, por ahí empezando con los novios de las chicas o sus amigos”, destaca Rocío Ailín.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

Burlesque, el arte de aprender a quererse a una misma -o a uno mismo-

Según explica Rocío Ailín -o Ro, o Ailu, según cómo la conozca y llame quien hable con ella en cada ocasión-, el burlesque “es una expresión artística; de la literatura, el teatro y la danza que surge como una burla o sátira hacia lo socialmente establecido”.

“El burlesque justamente se burla del cuerpo perfecto, de ese cuerpo con medidas predeterminadas y de la danza clásica. En síntesis, se burla del tabú y pretende mostrar al cuerpo -el que sea- como algo normal”, agrega Rocío Ailín con tono didáctico y sacando a relucir a la profe que lleva adentro.

Todo lo referido al estilo de danza cabaret tuvo su presentación en sociedad -a lo grande e, incluso, para quienes son ajenos al ambiente- con la película “Moulin Rouge”. Pero Rocío Ailín Rodríguez tomó la osada decisión de ir un poco más allá y combinarlo con lo grotesco del burlesque.

“Fui bailarina toda la vida, pero me pasó de sentir que no encontraba mi estilo en lo clásico. Me gustaba mucho lo sensual, pero no me terminaba de encontrar. Y así fue como surgió la idea de combinar el cabaret con el burlesque. Empecé con las clases en el 2018 y solo tenía 3 alumnas, y muchas chicas que se quedaban en el ‘no me gusta’, ‘no me animo’, ‘no es para mí’. Pero se fue dando, se fue armando y fueron sumándose más clases. Todavía siguen llegando las chicas con algo de miedo y vergüenza, pero encuentran todo un grupo de amigas y se van soltando. Así hemos llegado a ser un grupo de mujeres de todas las edades, de todos los cuerpos, en los que las participantes van desde los 20 y hasta los 60 años”, destaca la profe en una pausa de la entrada en calor y del ensayo que llevan adelante mientras suena una versión más arriesgada y sensual de “Toxic”, de Britney Spears.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

En 2021 las artistas estrenaron el espectáculo de “La Danza Prohibida” y la puesta en escena ha pasado por el teatro Las Sillas y por el Cine Teatro Plaza, mientras que parecen haber encontrado su lugar en el mundo en el escenario del bar El Botellón. Para el año próximo, Rodío Ailín ya está pensando en una nueva puesta y ya tiene hasta el nombre: “La receta del amor”.

Así como las integrantes del elenco “Le Bisou de Burlesque” trabajan constantemente en derribar prejuicios y tabúes que llevan consigo -relacionados a la sensualidad y a los cuerpos-, también hacen lo propio con los de la gente. Y es que, muchas veces, encuentran miradas extrañas y atónitas en su público (ocasional y no). “A veces el público de acá es muy difícil, no es muy osado. Y se quedan mirando como si estuviéramos corrompiendo algo. ¡y ni siquiera hay un desnudo de torso!”, reflexiona la profe.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

Una cuestión de amor propio

Las chicas que son parte del elenco de burlesque mendocino tienen bien en claro que el aceptarse, animarse y mostrarse como son -con esa perfección natural- es todo un proceso y no es algo que se logra de un día para el otro. Incluso, la profesora y directora reconoce que, aún con varios meses trabajando juntas y con bastante experiencia, es muy común que aparezcan esas imprevistas crisis a las 16 del mismo día en que hay función -a las 21-, y ese llamado con la angustia de decidir bajarse porque no se siente bien ni cómoda ese día.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

“Descubrí que existía el burlesque en Mendoza por una nota en un diario, en septiembre de 2021. Y así fue como empecé, porque yo había querido ser bailarina toda la vida. Y en 3 meses pasé de no haber hecho nunca danza a bailar en un show”, describe Paola Ortiz sobre su experiencia. Y recuerda que a los 28 bailaba flamenco, pero que dejó. “Me gustó, cuando leí esa nota, que el burlesque consistiera en un baile que partiera de la ‘no técnica’ y de un cuerpo no hegemónico. Y ahí empecé a hacer lo que quería hacer: un baile con nuestros cuerpos reales, desde el empoderamiento y parándome donde yo quisiera estar, buscándome desde el lugar de la sensualidad”, describe la periodista radial.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

Emilia Bonanno también se fue animando de a poco y, junto a este proceso, también se fue aceptando. “Lo más lindo del burlesque es que todas llegamos la primera vez con joggigns y una remera o buzo suelto; y después nos fuimos animando y soltando. Incluso, al principio -donde tomábamos las primeras clases- no había espejos para que nos miráramos mientras bailábamos, y creo que eso ayudó mucho. Yo conocí la escuela por Instagram e iba a empezar cuando justo se declaró la pandemia. Por eso al principio tuvimos clases online, y después nos vimos presencialmente y se consolidó un grupo re lindo”, resume la diseñadora y profe de danza clásica.

Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Burlesque, el osado teatro y baile en el que no hay tabúes, inhibiciones ni cuerpos “perfectos”. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

Coti Terranova también comenzó con el burlesque en el contexto de pandemia, aunque en julio de 2020 y cuando se autorizaron las primeras actividades luego del momento de mayor confinamiento y restricciones. “Fue como algo de aire fresco después del encierro, llegué a una clase de prueba, me gustó y acá sigo”, resume la comunicadora social. “Cuando me pongo los tacos, dejo de lado el tabú y los miedos. Acá no hay competencia o una pelea por ver quién baila mejor, somos todas amigas. No importa tu cuerpo ni el temor, entrás y te cambia el humor. Mientras estoy en clases o ensayando yo no miro el celular ni la hora, y no hay que esté a regañadientes en el grupo”, describe Coti.

“Todos los días te vas dando palmaditas en el hombro, te vas diciendo a vos misma que ‘sí podés’ y vas superando ese tabú y ganando terreno en la libertad de poder mostrarnos. Podemos empoderarnos y permitirnos ser sensuales. Por esto mismo es que si hay alguien que esté pasando alguna crisis con su persona, mi consejo es que tenga paciencia consigo misma, y que hay que empezar por perdonarse. Hay días en que no te querés mirar al espejo, y es normal. Pero siempre acá vamos a estar esperando a esa persona, y siempre va a haber un abrazo”, concluye.

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