Adaptación y tendencia: un hotel mendocino se convirtió en una pensión VIP por la pandemia

El Hotel Internacional nunca había estado cerrado. Su dueña lo reinventó y lo ofrece para hacer coliving, una modalidad mundial que consiste en alquilar habitaciones con espacios compartidos.

Compartir la sala de estar con otros inquilinos es común en el coliving del Hotel Internacional, en el corazón de Ciudad / Gentileza
Compartir la sala de estar con otros inquilinos es común en el coliving del Hotel Internacional, en el corazón de Ciudad / Gentileza

Nunca, desde su fundación el 1 de enero de 1979, el Hotel Internacional había estado cerrado. La pandemia obligó a dejarlo totalmente inactivo pero el mismo contexto posibilitó sortear la crisis e instalar en Mendoza una tendencia mundial: el coliving. Ahora llegan a sus instalaciones quienes escapan a la soledad o se pliegan a una filosofía de vida sin ataduras. Duermen en habitaciones privadas pero comparten cada espacio del lujoso edificio, como si se tratara de una pensión, pero con mucho más estilo.

Muchos hablan de que el origen del coliving se dio en Silicon Valley, Estados Unidos, tras producirse una escasez de viviendas por la recepción de miles de jóvenes profesionales que llegaban al lugar. Se adoptó luego en países europeos, extendiéndose también al sudeste asiático, a la par del crecimiento de los millenials, que trabajan y se mueven alrededor del mundo y evitan atarse a contratos o escrituras.

El coliving es la experiencia de vivir en un espacio con otras personas, dónde cada una tiene su lugar privado, como habitación y baño, y todos los demás ambientes son compartidos por todos los inquilinos.

Si bien la tendencia ya existe en Argentina, en Mendoza la propuesta surge en gran parte como respuesta a un acontecimiento único en la historia: la pandemia. Un mundo aislado, sin conexiones aéreas y terrestres y un turismo paralizado son la peor pesadilla para la industria hotelera.

Hacerse de amigos y esquivar la soledad son dos ventajas del coliving.
Hacerse de amigos y esquivar la soledad son dos ventajas del coliving.

En ese contexto, Verónica Sottano, dueña del Hotel Internacional, contó a Los Andes: “Hemos estado impulsados por la situación compleja de la pandemia pero, sobre todo, porque tiene un inicio pero no tiene un fin. Entonces la situación para el turismo va a ser muy compleja y hay que adelantarse”.

Sin embargo, la situación sólo aceleró un proceso que ya se venía ideando. “Hace tiempo veníamos pensando en generar algo a partir de la necesidad que genera un segmento importante de gente que busca despojarse de sus cosas, de alivianarse y hacer una vida mucho más simple”, explicó la dueña del hotel ubicado en el corazón de la Ciudad.

Mientras Verónica vivió sola en su hotel, totalmente inactivo durante la etapa más estricta de la cuarentena, comenzó a planear las remodelaciones para poder adaptarse a una forma que, según la empresaria de 52 años, “está llegando para quedarse”.

Quienes eligen este modo de vida son personas en procesos de separación, estudiantes de otros lugares que llegan a la ciudad, gente que no quiere vivir sola, turistas que desean entrar en la cultura por tiempos más prolongados. Animarse a la experiencia promete cenas compartidas, charlas inesperadas en la terraza con vista desde la avenida Sarmiento a toda la ciudad y sus montañas, tardes de home office en compañía y momentos de dispersión en la piscina. Otra ventaja es ser asistido por quienes trabajan en el hotel desde hace mucho tiempo como una familia.

Coliving. La tendencia de compartir espacios.
Coliving. La tendencia de compartir espacios.

“Hemos tenido tres personas hasta el momento. Una señora chilena de 70 años que no pudo cruzar y se quedó viviendo tres meses con nosotros, y dos personas más que se instalaron un tiempo”, contó Verónica. Y sumó: “Hace poco lo estamos promocionando y estamos teniendo muchas consultas de personas mayores que no quieren vivir solas, por ejemplo”.

“Todo nos está llevando a andar, a viajar con menos. Las (líneas aéreas) low cost no te dejan subir más que con un equipaje muy chico, a no ser que pagues más. La gente está siendo educada, a través del dinero, a una situación de despojarse de cosas para viajar, para moverse”, analizó Sottano. Además, las nuevas generaciones están priorizando las experiencias vividas a las posesiones materiales y enfrentan grandes dificultades para el acceso a una vivienda.

“Mi abuelo viajaba un montón y mi abuela (inmigrante italiana) se quedaba sola. Entonces él decidió comprarle un hotel para que pudiera relacionarse con los viajeros y que le contaran sus historias”, concluyó Sottano en referencia al punto de conexión con la nueva iniciativa.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA