Después de los varietales, llegó la hora del “terroir” para los aceites de oliva

Cada vez más sofisticados y premiados a nivel global, los Extra Virgen argentinos comenzaron a explorar el concepto de terroir, que ofrece a los consumidores todo un nuevo universo de sabores, usos y aromas.

Aceite de oliva
Aceite de oliva

La producción de aceite de oliva es una tradición centenaria en la Argentina, pero sobre todo durante las últimas décadas ha alcanzado un nivel tal, que coloca a nuestros aceites entre los mejores del mundo, compitiendo mano a mano con los de países líderes como Italia, España, Grecia y Portugal. Tras el salto de sofisticación que significó poner en valor los varietales (Arbequina, Farga, Manzanilla, Frantoio y Arauco -el único autóctono de nuestro país-, entre otros), ahora nuestros productores comienzan a pensar en clave de terroir, un concepto que ya abrazó con mucho éxito la industria del vino. Una de las pioneras, es la olivícola mendocina Laur, que el año pasado se consagró como líder del EVOO World Ranking, siendo la primera productora de aceite no europea en recibir ese galardón. Fundada en 1906, en sus fincas Laur comenzó a elaborar aceites extra virgen de primerísima calidad concentrándose en la producción de cada terroir, poniendo en valor los sabores y aromas naturales de cada parcela. Y la respuesta de los consumidores viene acompañando la apuesta. Otra novedad tanto de Laur como de otras marcas, es la apuesta por el bag-in-box y el regreso de las latas “vintage”.

Rumbos 982 Oliva
Rumbos 982 Oliva

“El terroir tiene hinchadas”

Gabriel Guardia, gerente de la olivícola mendocina Laur, nos cuenta las señas de identidad de los aceites de oliva de terroir.

¿Qué fue lo que los impulsó a zambullirse en el concepto de terroir con sus aceites?

Nosotros tenemos tres líneas de terroir. Tradicionalmente el aceite se dividía entre suave o intenso, y luego aparecieron también los varietales. Y producíamos nuestros aceites combinando las aceitunas de nuestras distintas fincas, hasta que un día pensé en por qué no darle valor a la personalidad de cada terroir. Así fue como empezamos a elaborar aceites extra virgen específicos de nuestras fincas de Medrano, Lavalle y Cruz de Piedra, que además son orgánicas certificadas.

¿Y cómo está respondiendo el público?

Ahora hay fanáticos de cada terroir, como si fueran hinchadas. En Medrano, una zona más gredosa, con más agua, las plantas dan un frutado importante, con aromas a tomate y a pasto recién cortado, es un blend de aceitunas Arauco en distintos puntos de madurez. Cruz de Piedra, son olivos de 133 años, orgánicos, con un terroir muy calcáreo con todas las raíces bien arriba, con riego tradicional, características que suelen cambiar de año en año. Este año, por ejemplo, hay mucho Arauco y el pasado hubo mucho Frantoio, ahí es la misma naturaleza la que nos va marcando el blend. Es como en el vino, la añada (la lluvia, las temperaturas...) te da la personalidad del aceite.

Prestigiar nuestro aceite

En busca de la Denominación de Origen mendocina: Las principales productoras de aceite de oliva de la provincia de Mendoza vienen trabajando activamente para establecer la primera Denominación de Origen de Aceite de Oliva Virgen Extra. El objetivo es poder contar con este poderoso instrumento de promoción para las exportaciones de los multipremiados aceites locales, que en los últimos años se colocan entre los mejores del mundo.

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