Roger Waters: rock que vibra con los tiempos

El ex-Pink Floyd toca hoy en Buenos Aires en un recital histórico, donde será teloneado por una banda mapuche.

Roger Waters: rock que vibra con los tiempos
Roger Waters: rock que vibra con los tiempos

Siempre se ha creído que la música ( y en especial el rock) están marcados por la realidad social y política. Hay artistas que deciden mantenerse al margen, pero también algunos (y algunas) que aprovechan ese espacio para levantar las banderas y las voces de los reclamos de una época.

Y si de épocas hablamos, América Latina está pasando por una en la que parece no haber matices. Y eso se ha traducido en las presentaciones de Roger Waters, que hoy dará su primer show de la gira Us + Them en nuestro país (el segundo será el próximo sábado) en el estadio Único de La Plata. Su visita es el acontecimiento musical del año para los fanáticos del rock.

Aquí analizamos el activismo político de Waters, que le valió abucheos en Brasil, aplausos eufóricos en Uruguay... ¿Y en Argentina? Lo sabremos en breve... 

Brasil, Bolsonaro y Franco

Con un total de ocho shows durante el mes de octubre, el ex bajista de Pink Floyd recorrió Brasil en su mes más caliente. Las elecciones consagraron a Jair Bolsonaro como presidente en un caliente contexto político, que mantuvo expectante a todo el mundo, y especialmente a la región.

La noche previa a la segunda vuelta electoral, Waters se presentó en el estadio Couto Pereira, en la ciudad de Curitiba. Ahí mismo le dijeron que no podía hacer referencias debido a la veda, pero el músico redobló la apuesta: "Nos dijeron que no podíamos hablar de las elecciones después de las 22 horas. Tenemos 30 segundos para hacerlo.

Esta es nuestra última oportunidad para resistir el fascismo antes del domingo: Él no", dijo, mostrándose opositor al candidato de derecha desde el primer show. Sumó a la proyección una lista de líderes mundiales "neofascistas" entre los que incluyó a Bolsonaro: Waters tomó postura y eso le valió aplausos y abucheos de ambos lados.

En marzo de este año, la activista y socióloga feminista Marielle Franco fue asesinada en lo que se cree que fue una ejecución. Su asesinato convocó multitudinarias marchas en las ciudades más importantes de Brasil.

Días atrás, durante su show del 24 de octubre en el estadio Maracaná, el músico volvió a jugársela: hizo subir al escenario a la familia de Marielle. Mónica Benício, viuda de la militante asesinada, pidió justicia y la gente que asistió la acompañó con gritos y aplausos. "Marielle creía en los derechos humanos como yo, pero lamentablemente no todos creen lo mismo", dijo Waters, que llevaba puesta una remera con la frase "Luche como Marielle Franco".

Uruguay y una charla controversial

El sábado pasado, los charrúas asistirían a su estadio Centenario para repasar las clásicas canciones de Pink Floyd y las últimas composiciones de Waters (de su más reciente disco solista, "Is This the Life We Really Want?").

El día anterior a su show, dio una conferencia en Montevideo, en la sede de la central sindical uruguaya PIT CNT. Durante el evento, titulado "Palestina y los derechos humanos hoy", el artista se refirió al conflicto israelí-palestino. Afirmó que Israel "no va a parar hasta eliminar el último palestino de la tierra histórica Palestina" y dijo que ese país "nunca tuvo intención de construir un estado palestino".

Además, Waters aprovechó para extender su postura respecto al "neofascismo" y llamó a "no votar a neofascistas como Bolsonaro y Trump".  En ese mismo evento, destacó su agrado por el ex presidente José Mujica y por las políticas progresistas que viene llevando el Estado uruguayo.

Su show en el país oriental duró cerca de tres horas. Cerca de cuarenta mil espectadores vivieron una versión cercana a los históricos shows de Pink Floyd, y tuvo un cierre emotivo: el músico se puso la remera de la campaña por la búsqueda de los detenidos desaparecidos de la dictadura militar, con la leyenda "Todos somos familiares". 

En Argentina, por la identidad indígena

Esta noche, el Estadio Único de La Plata se alimentará de la psicodelia y la magia de Roger Waters. La música y el mensaje de Pink Floyd han cautivado varias generaciones y siguen manteniéndose actuales hasta hoy.

Donde sea que se presente, Waters ha mantenido un contacto íntimo con las coyunturas sociales y políticas. Nuestro país no será una excepción, porque ya tiene preparado lo que puede que sea un espectáculo "histórico". 

Es que los encargados de abrir las dos noches serán los miembros de la banda de origen mapuche y oriunda de Neuquén, Puel Kona. La preocupación e interés del cantante por la lucha de los pueblos originarios, se traduce en una invitación especial a un grupo que combina rock, ska, cumbia, hip hop y otros géneros con los componentes elementales de la música mapuche.

Sus letras se combinan con el mapuzugun y el castellano, hablan acerca de su lucha histórica de defensa de su identidad, de la cosmovisión de los pueblos originarios y su resistencia cultural. La banda ya ha compartido escenario con músicos como Manu Chao, Karamelo Santo, Las Manos de Filippi y Joe Vasconcellos, entre otros; sin embargo, lo de esta noche no tiene precedentes.

Los activistas metidos en la industria musical, que tienen un alcance global y dejan en claro sus preocupaciones sociales, pueden contarse con  los dedos de una mano. Alguno que otro utilizará consignas vacías, sin alguna consecuencia material, en pos de cautivar algunos seguidores, pero lo cierto es que la palabra del artista puede adquirir, con su masividad y su influencia, un gran valor.

Los sentidos originales del rock se han erosionado con los años. Ya casi ningún músico del mainstream se anima a tirar una piedra. Por eso la figura de Waters emerge colosal: es un imprescindible de los tiempos que corren.

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