Viviana Levy, la docente maipucina que le dedicó 32 años de su vida a enseñar con amor

Pasando por todos los grados del nivel primario, la docente continua viendo crecer a sus alumnos ahora como comerciante.

La docente maipucina continua viendo crecer a sus alumnos ahora como jubilada.
La docente maipucina continua viendo crecer a sus alumnos ahora como jubilada.

Viviana Levy fue docente durante 32 años en diferentes puntos de la provincia, dejando una huella en cada uno de los pequeños a los que educó. Actualmente esta jubilada, pero continua viendo crecer a sus alumnos desde su negocio en Luzuriaga, Maipú.

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Egresada de la escuela Normal Tomas Godoy Cruz, la docente pasó por todos los grados del Nivel Primario y marcó a todos los niños con su enorme vocación. “No solo quería transmitirles conocimientos también, quería que se llevaran enseñanzas de vida. Por ello, siempre di todo de mi y estaba frente al curso con mucha alegría”, comentó Levy a Vía Mendoza.

La docente estuvo 25 años de su carrera frente al grado y ocho años fue directora de una institución educativa. “Nunca fui de faltar a trabajar y no me quería enfermar porque quería ir a la escuela todo el tiempo”, indicó.

Los primeros años de su carrera los transitó en la escuela hogar del Parque San Martín y después trabajó en escuelas de Godoy Cruz y Luján de Cuyo, pero donde más años dio clases fue en la escuela Antártida Argentina en Maipú.

“Poco a poco una comienza a tomar contacto con los chicos y con ser docente. Lo que te dan los chicos es único, lo que aprendes de ellos es más de lo que se da”, dijo Viviana.

La docente Viviana Levy brindó 32 años de su vida a la educación de niños.
La docente Viviana Levy brindó 32 años de su vida a la educación de niños.

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Durante su carrera trabajó en escuelas rurales y de bajos recurso de la provincia. En esos establecimientos vivenció muchas problemáticas que atravesaban los estudiantes. “Me dolía el corazón no poder ayudarlos completamente. Una ayuda como puede, con lo que tiene a la mano. Más que docentes, somos madres, psicólogas o hasta abogadas”, afirmó.

Incluso, contó que disfrutaba pensar un presente para el Día del Niño, y dos años seguidos con una compañera confeccionaron cuellitos y bufandas de polar con las iniciales de los pequeños para que sientan que tenían algo personal hecho por su seño.

En el 2019 la docente se jubiló, pero su amor a la docencia continúa intacto. “Sentí que no me había quedado nada por hacer, que todo lo había dado durante mi carrera”, planteó.

Ahora como comerciante y como vecina ve a sus ex alumnos crecer. “Es realmente gratificante verlos crecer, algunos ya recibidos ,es hermoso. Ellos se sorprenden de mi memoria, pero todavía recuerdo el nombre de todos y cada uno de ellos”, concluyó.