La llegada de enero no solo marca el inicio de un nuevo año, sino que también trae consigo una de las tradiciones más esperadas: la celebración de la Epifanía, conocida popularmente como el Día de Reyes.
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La llegada de enero no solo marca el inicio de un nuevo año, sino que también trae consigo una de las tradiciones más esperadas: la celebración de la Epifanía, conocida popularmente como el Día de Reyes.
En este día, las familias se reúnen para disfrutar de la tradicional rosca de Reyes, un dulce que simboliza la festividad. Sin embargo, a pesar de su popularidad, muchas personas se sienten intimidadas por la idea de prepararlas, creyendo que la receta es complicada y requiere mucho tiempo.
Afortunadamente, existe una forma de disfrutar de este postre sin pasar horas en la cocina. Además, se logra con ingredientes sencillos.
- Harina.
- Azúcar.
- Levadura.
- Leche.
- Manteca.
- Huevos
- Sal.
- Ralladura de frutas cítricas.
1- Comenzá mezclando la harina, el azúcar, la sal y la levadura en un bol grande.
2- Haz un hueco en el centro y añade los huevos, la leche tibia y la manteca derretida.
3- Mezcla todo hasta obtener una masa homogénea.
4- Amasar la masa durante unos minutos. Este paso es fundamental para desarrollar el gluten y conseguir la textura esponjosa que caracteriza a la rosca.
5- Una vez que la masa esté bien amasada, forma una bola y colócala en un bol engrasado. Cúbrelo con un paño húmedo y déjalo reposar en un lugar cálido durante 30 minutos.
6- Después del tiempo de reposo, es el momento de dar forma de cilindro alargado a la rosca.
7- Coloca el roscón en una bandeja de horno forrada con papel vegetal y déjalo reposar nuevamente durante unos 20 minutos.
8- Precalienta el horno a 180 grados, pero antes de hornear, pinta la superficie de tu rosca con un huevo batido y decora con las frutas confitadas y las almendras laminadas.
9- Hornea durante unos 25 minutos, o hasta que esté dorado y cocido por dentro.