Matías Stevanato: “Suárez apuesta al diálogo y llegó en el momento justo”

El intendente de Maipú rescata su relación con el gobernador, dice que Anabel Fernández Sagasti representa a la nueva conducción del PJ y asegura que el caso 98 de coronavirus no refleja el compromiso de los maipucinos.

Matias Stevanato
Matias Stevanato

Alejandro Bermejo entra al edificio municipal minutos antes que llegue Matías Stevanato, tira un chiste, pregunta por Deportivo Maipú y se va. “Acá vienen todos y me acompañan de cerca, tanto el Ale como Adolfo (Bermejo)”, cuenta el intendente, que recibe a Los Andes en medio del culebrón por el “caso 98” de contagio de Covid-19. Por eso, asegura que gestionar en estos tiempos “es un desafío”.

Con apenas 39 años, conduce los destinos de Maipú despuésd e haberse fogueado previamente como secretario privado del ex gobernador Celso Jaque (2007-2011), como senador provincial (2011-2015) y finalmente como Jefe de Gabinete en la gestión del menor de los Bermejo.

En tiempos de pandemia, su entorno asegura que es “el Rodríguez Larreta de Suárez”, en referencia a la buena relación que mantiene el alcalde porteño con el presidente Alberto Fernández, algo similar a lo que le ocurre al Gobernador con Stevanato en la oposición. Él se lo toma con humor y dice que si eso implica “apostar al dialogo y priorizar a los vecinos, la respuesta es sí”.

Define a la conducción como “seducción” porque “al tipo que conduce con el látigo, a la larga le va mal. Cuando vos seducís, generás consensos y formas equipos”.

-¿Cómo es ser intendente en pandemia?

-Esto es un proceso inédito, pero la gente nos va a calificar por el compromiso que tuvimos, si estuvimos al lado de ellos o no. Hay intendentes que decidieron hacer la cuarentena y coordinar todo desde su casa y hay otros que estamos en la trinchera. Estoy convencido de que la gente va a valorar eso. Sé lo que significa estar con los vecinos, cuando llegás y te ven in situ, trabajando.

La municipalidad tiene un fondo anticíclico, ¿le está echando mano?

-Soy un agradecido de la gestión que hizo Alejandro porque me permitió arrancar con un fondo anticíclico, que son ahorros de todos los maipucinos. Me permitió enfrentar esta pandemia con una caída de la recaudación, de los ingresos de la copa [por la coparticipción] y que a los empleados municipales les pudiera mantener los sueldos, pagar el bono Covid de $ 7900 a todos los que estaban en la trinchera.

-Hoy Maipú parece ser el centro de la pandemia en Mendoza.

-(se ríe) Tuvimos muchos casos antes que el 98, sí obviamente estamos en el centro de la escena por ese caso en Luzuriaga, pero tenemos un equipo de gobierno que está dispuesto a ir al hueso y estar al lado de cada uno de los vecinos. Es una situación complicada la que estamos viviendo en algunos lugares de Maipú, pero no va a escapar a lo que vamos a vivir los mendocinos en un mes.

-¿Qué le generan los memes que circulan por el caso 98?

-No me enojo, obviamente me da impotencia porque empiezan a estigmatizar a los vecinos de Maipú que no son el caso 98. Estoy orgulloso de cómo respetaron las medidas, de la solidaridad que han tenido entre todos, empresarios, comerciantes, la gente. La solidaridad y el esfuerzo no se pueden ver teñidos por la responsabilidad de uno. Al igual que con la gente de Pircas, que son emprendedores, hacerle esta publicidad… me da impotencia.

-En caso de que se declare la circulación comunitaria en el departamento, ¿qué medidas van a tomar?

-Anabel (Fernández Sagasti) nos puso en contacto con la gente del municipio de Quilmes, con (la intendenta de La Cámpora) Mayra Mendoza, y lo que hicimos fue prepararnos para ese escenario. Estamos viendo qué medidas se están tomando para anticiparnos por si nos toca llegar a esa situación. Vamos paso a paso.

-¿Hay un respaldo entre los intendentes con esto del coronavirus?

-Todos coincidimos en que ninguno se salva solo. Si vos querés blindar a tu departamento, pensando en que lo vas a aislar y no vas a generar más contagios, estás errado. Lo que pasa en Maipú repercute en Godoy Cruz, en Luján... No podés plantear ese escenario porque estamos todos dentro del Gran Mendoza.

-¿Cómo se reconfigura la política post pandemia?

-Hoy creo en el diálogo permanente, en buscar lo mejor de cada uno para potenciarlo y analizar errores pero no para criticarlos, sino para no volver a cometerlos. Analizar quiénes fueron los gobernadores anteriores y tratar de sacar lo mejor de cada uno. Esos dirigentes que se dedican solamente a criticar detrás de un escritorio, detrás de una computadora, van a perder en esencia. Mendoza tiene la posibilidad de refundarse, la pandemia nos permite a una nueva camada de dirigentes apostar al diálogo.

-¿Qué hay que discutir a futuro?

-El verdadero consenso se logra con el sano disenso y hay que animarse y tirar los temas en la mesa, convocar a todos para discutir en serio. Si planteamos una reforma constitucional para la reelección de… si planteamos que vamos a sacar las elecciones de medio término porque vamos a bajar el gasto político y no nos metemos donde realmente hay un gasto grande en el Estado, es para la tribuna. Con (el gobernador) Suárez a la cabeza, tenemos la posibilidad de poder empezar a soñar la provincia del futuro. La provincia tiene potencial y tenemos que colaborar todos.

-¿Es cierto que es el intendente peronista que menos “peros” le pone a Suárez, incluso que otros radicales?

-(Risas) Eso está, pero porque por mi forma de ser apuesto siempre al diálogo, no me peleo con mis compañeros de trabajo, ni con intendentes. Y menos con Suárez. Puedo tener diferencias y las he tenido, hablando en privado y tratando de solucionarlo. Si hay cosas que no me gustan las hablo con los ministros, las hablo con el Gobernador. Algunas cosas me las ha solucionado, otras no, pero no las voy a salir a decir públicamente porque creo en esa forma de hacer política. Algunos me definen como que soy muy conciliador y sí, trato de buscar el bien común.

-¿En qué coincide con Suárez y en qué no?

-Somos de partidos distintos, pero tenemos muchas coincidencias. Primero, cómo encaramos todo este proceso de la pandemia. Hemos tenido algunas diferencias, pero coincidimos en el hecho de estar cerca de los vecinos, de apostar al diálogo y priorizar la salud. Ayer (por el viernes) lo llamé para decirle que quería cerrar los persas y me dijo: “Sí Matías, contá con lo que necesites”. Le dije que necesitaba del Ministerio de Desarrollo Social, del de Seguridad y al otro día está (Raúl) Levrino, el ministro, no un director. Muchas veces hablo con él a las 11 de la noche, y me atiende. Tuvimos diferencias con la 7722 porque fui el primer intendente en salir a la calle a decir que se suspendía la Fiesta de la Vendimia hasta que se derogara. Al otro día nos convocó a todos, tuvimos una charla de 3 horas y después anunció la derogación.

-¿Y la relación con el resto de los intendentes del Gran Mendoza? Es el único peronista ahí.

-Algunos me decían que podía ser una debilidad estar solo, pero para mí es una fortaleza porque nos permite mostrarnos como una administración diferente, con nuestra impronta. Me llevo muy bien con Sebastián Bragagnolo (Luján) porque nos conocemos hace muchos años, tenemos muchos proyectos para la micro región porque tiene mucho potencial. Con Ulpiano (Suárez, de Capital) hablo por teléfono, con Orozco (Las Heras) también, hay una buena sintonía. Aunque cuando salí a controlar los precios un intendente se enojó [Marcelino Iglesias], pero bueno.

A los intendentes del PJ los tiene más lejos geográficamente.

-Sí, pero nos llamamos cuando hay programas y cuestiones que nos beneficien. Al peronismo no hay que verlo sólo a través de los intendentes, hay un peronismo metropolitano que está bastante bueno, que se viene. Estoy empezando a ver un peronismo que va tomando cuerpo, con dirigentes que no han tenido otras posibilidades y que hoy empiezan a protagonizar cosas en su departamento.

-¿Cree en una nueva generación de dirigentes que rompa con las derrotas electorales?

-Veo que hay un peronismo que colabora con el gobernador, que prioriza a los mendocinos. Veo una figura de Anabel que nos está acompañando en todo este proceso como senadora nacional muy activa. Noto un peronismo en la Legislatura que está muy unido, cada vez que hay un tema se consulta a los intendentes. Veo que se está encaminando a un proceso nuevo, se van a convocar a otros dirigentes para generar una alternativa muy positiva para todos los mendocinos.

-¿Es Fernández Sagasti quien conduce al PJ?

-Anabel está muy cerca de Alberto (Fernández), y eso a nosotros nos está ayudando por el diálogo que tiene con Santiago Cafiero (Jefe de Gabinete). Si me preguntás si cumple un rol de liderazgo, sí. Ahora, creo en una mesa de conducción, cada uno tiene su rol y el peronismo a futuro apostará a esa conducción colegiada hasta que lleguemos a la gobernación en el ’23.

-A ella se le pide más al resto de los dirigentes?

-Son pocos los legisladores que están en Buenos Aires haciendo gestiones. Esta pandemia desnudó lo mejor y lo peor de la dirigencia de Mendoza y se vieron los gestos de compromiso también. Confío en Anabel y en la amplitud que ha tenido, a ella la castigaron mucho por ser mujer y por ser joven, pagó un alto costo y me parece que de a poquito la gente va a reconocer su compromiso con Mendoza.

-En esta situación de pandemia, ¿lo favorece que esté Suárez en el Gobierno en lugar de Cornejo?

-Son dos estilos distintos. Creo que Suárez apuesta al diálogo y ha llegado en el momento justo.

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