La influencia de Sergio Massa en los dos bandos de la grieta mendocina

Abrió la puerta para el ingreso de José Luis Ramón al Frente de Todos, pero también discutió la continuidad de un viejo aliado no peronista, Jorge Difonso, en Cambia Mendoza.

Sergio Massa "teje" en varias provincias, aunque aseguran que "es gobierno" y no volverá a presentarse como opción al kirchnerismo. Marcelo Rolland / Los Andes
Sergio Massa "teje" en varias provincias, aunque aseguran que "es gobierno" y no volverá a presentarse como opción al kirchnerismo. Marcelo Rolland / Los Andes

Jorge Difonso viajó a Buenos Aires poco antes de decidir si se quedaba o no en el frente Cambia Mendoza para compartir pareceres con un interlocutor tal vez impensado, por su encuadre político actual: Sergio Massa.

El presidente de la Cámara de Diputados lo recibió a solas, en un encuentro pintado por los testigos como una más de las tantas reuniones que tiene Massa, con otros referentes de distintos lugares del país, las cuales no están marcadas por las pertenencias partidarias de cada uno.

¿Qué producen estas citas de Massa? Más que nada elevan su prestigio de “facilitador” en cuestiones de gestión. En Mendoza, tanto en el PJ como fuera de este partido, hay varios que destacan que Massa abre puertas en el gabinete nacional. Esto lo reconoció a Los Andes el intendente de San Carlos, Rodolfo Scanio, en la entrevista del domingo pasado. Pero también es muy valorado en ese sentido por el intendente peronista de Maipú, Matías Stevanato, un claro nuevo discípulo de Massa en Mendoza.

Eso sí, Massa ha tenido también un rol protagónico en las últimas definiciones políticas de Mendoza. Su capacidad para interactuar más allá de los límites del kirchnerismo abrió la primera rendija para que el diputado de Protectora José Luis Ramón entrara al Frente de Todos. Por supuesto, fue un acuerdo de mutua conveniencia: Ramón y su interbloque parlamentario retribuyeron la buena onda con el quorum que le hacía falta al oficialismo para tratar las leyes que la oposición frenaba.

El tándem político que armaron Massa y Máximo Kirchner en la Cámara Baja fue haciendo crecer los vínculos de Ramón con el oficialismo nacional, hasta llegar al clímax actual: la integración plena del abogado de Protectora. Si el hombre de la frazada obtuviera una candidatura por el Frente de Todos y los votos necesarios en las elecciones de este año, será pronto un diputado más del kirchnerismo.

Las pruebas del éxito de la gestión de Massa afuera del planeta K ya están a la vista. Y en este caso ya no se habla de gestión ni de leyes, sino de su aporte a los sensibles armados electorales. El ingreso de Ramón al frente oficialista es festejado en el PJ local como una buena estrategia para esta elección legislativa, más allá de que su capital político está en baja respecto de otros años. Con el hombre de Protectora, el peronismo se expandió, mientras en la vereda de enfrente, el radicalismo tuvo que esforzarse mucho para simplemente contener a quienes lo acompañaban en el frente Cambia Mendoza. Y en el camino, perdió al PD y a Gustavo Gutiérrez.

Massa ya hizo un aporte en Mendoza para el rejunte de porotos kirchnerista frente una elección que, en término de “ganadores” y “perdedores”, puede resultar predeciblemente favorable a Cambia Mendoza. Pero en la que también, un punto más o menos valdrá, ya que se podría reflejar en cantidad de bancas ganadas.

Tejedor

Con un estilo desestructurado y mucho menos ortodoxo que el de los K, el presidente de la Cámara de Diputados “teje” en unas cuantas provincias y posibilita el vínculo con quienes no pertenecen a ese círculo férreo. “Habla con Sáenz de Salta, con Schiaretti y con Perotti, pero también se junta con gente del PRO”, destacan los que lo conocen.

El despliegue político de Massa en el interior incluye, por ejemplo, el impulso de un candidato propio a diputado nacional en Santiago del Estero. Se trata de Pablo Mirolo, actual intendente de La Banda, quien se enfrentará de ese modo a Gerardo Zamora, el gobernador radical que está aliado al Gobierno nacional.

Pero Massa no parece tener en sus planes diferenciarse del kirchnerismo. Por el contrario, se liga cada vez al oficialismo nacional. “Es gobierno”, recalcan en el peronismo.

Algunos de sus seguidores locales permanecen en silencio y con moderadas expectativas respecto de que la posibilidad de que renazca la ancha avenida del medio que alguna vez impulsó. Pero ese núcleo original se desarmó: de los dos partidos que conformaban en Mendoza el Frente Renovador, uno solo (Unión Popular de Difonso) mantiene conversaciones con él. El otro, el Partido Renovador, que hoy está referenciado en el diputado José María Videla, se vincula hoy con el dirigente bonaerense de Juntos por el Cambio Joaquín de la Torre.

¿Hacia dónde va el massismo, entonces? Difonso, que hizo más de 1.000 kilómetros hace pocas semanas para charlar con el líder hace poco, todavía confía en su perfil “de centro” y sus ambiciones políticas por fuera del kirchnerismo.

Difonso señaló que Massa “entendió” su decisión de mantenerse en Cambia Mendoza, sin demasiada emoción, sencillamente porque es un espacio “no kirchnerista” con mejores perspectivas que cualquier tercera vía. Y descartó rotundamente que su permanencia en el frente de Rodolfo Suárez y Alfredo Cornejo haya sido una “instrucción” del tigrense, con el objetivo de evitar su salida a una tercera opción y un eventual efecto negativo para el peronismo mendocino.

La influencia de Massa se acota entonces, hay que intuir, a los diálogos de amigote con Difonso, y a las ayuditas de gestión que festejan los intendentes Stevanato y Scanio.

Probablemente sus vínculos de toda la vida con los empresarios mendocinos Vila y Manzano también arrimaron al fogón nacional al intendente sanrafaelino Emir Félix, quien no pertenece a La Cámpora. A lo que hay que agregar que una dirigente local ascendente, la ex candidata a intendente de Rivadavia Gabriela Lizana, obtuvo un cargo en el directorio del fideicomiso del banco BICE (el cual es dirigido por el Vasco José de Mendiguren) gracias a Massa y su mujer Malena Galmarini.

Todo esto no sería demasiado relevante si Massa no le hubiera dado también un empujón clave en materia de candidaturas a Ramón, levantando así, al menos en Mendoza, su prestigio, en esta etapa de una carrera política que ha sido oscilante y plagada de sorpresas.

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