Facundo Manes: “Voy a ir hasta el final con mi candidatura a Presidente”

El neurocientífico radical siente que tiene el apoyo de “la calle” y reclama que la coalición opositora les hable a quienes están disconformes “con Cambiemos y el Frente de Todos”.

Facundo Manes
Facundo Manes

El neurocientífico Facundo Manes fue una de las visitas activas de la última Fiesta de la Vendimia. Se reunió con Alfredo Cornejo y con Patricia Bullrich. La jefa nacional del Pro será candidata presidencial, pero el diputado radical también: “Vamos a ir hasta el final”, prometió a Los Andes.

A Manes no le preocupa que muchos radicales se dividan entre dos candidatos del Pro. “Eso pasa en la cúpula, no es el sentimiento radical en la calle”, sostiene. También habla de “ampliar la coalición” y llega a esta entrevista con la bendición del propio Mauricio Macri. “Él me dice que soy el radical con más votos”, destacó.

-Se está dando una pelea entre Cornejo y De Marchi en Mendoza, ¿cómo la ve?

-Yo estoy alineado con Alfredo, me parece que la coalición opositora tiene que ser madura y ampliar, no dividirse. Es lo que vengo planteando. Yo no veo la victoria asegurada, muchos en la coalición piensan que con ganar la interna se gana el país. Yo soy más responsable o cauto, veo que hay una gran posibilidad de ganar porque el gobierno es un desastre, pero veo que con las internas la coalición se habla a sí mismo y gira sobre el mismo electorado. Mi objetivo es ampliar la coalición, cómo se les habla a los jóvenes y a los sectores populares de todo el país. Mi visión es que tenemos que tener cierta responsabilidad y pensar en ampliar más que en dividir.

-¿Cómo fue su reunión con Macri?

-Yo nunca corté el diálogo con él. Él es el líder del PRO y, como dice él, yo soy el radical con más votos. Saqué más de 1,3 millones de votos en las PASO y 40% con santilli después, o sea que fue un encuentro entre dos líderes de espacios diferentes. Fue una reunión constructiva. Los que integramos JxC, o como me gusta llamarle a mí, coalición opositora, tenemos que encontrar que nuestras diferencias sean menores frente al desafío que tenemos, que es ganar la elección y transformar la Argentina. Yo nunca descalifiqué, critiqué aspectos del gobierno de Cambiemos, primero como ciudadano y después como político. Estas diferencias deben servir para elaborar una mejor alternativa si somos gobierno. Nunca perdí el diálogo. Fue bastante amable y propositiva la reunión, no hablamos de interna ni de fórmula, hablamos de la realidad de la Argentina y de cómo podríamos encarar el desarrollo. El espacio en el que estoy yo, que excede al radicalismo, con independientes, con gente del pro y el peronismo, estamos construyendo un espacio. Vamos a las PASO a proponer una idea de país. Manifesté que estamos para ir a las PASO. Yo no vi a nadie jubilado. Le conté que estaba trabajando en un modelo alternativo de gobierno, que representamos a personas frustradas con este gobierno pero también con experiencias anteriores, que queremos confluir con gente nueva, jóvenes y adultos que no se resignan a esta decadencia.

-¿El radicalismo hoy no se divide entre Bullrich y Rodríguez Larreta, dos variantes del pro ¿qué espacio le queda a usted? ¿No le preocupa eso por su candidatura?

-Eso pasa en la cúpula, pero no en el sentimiento radical, en la calle. Si yo hubiese hecho una encuesta cuando me presenté a la PASO, la intención de voto era cero, pero después tuvimos un éxito electoral. Yo no estoy concentrado en la cúpula, estoy concentrado en cinco prioridades de la Argentina: desarrollo, educación, seguridad, estabilidad económica y calidad institucional. Ahora tenemos 40 años de democracia y lamentablemente con ella no se comió, no se curó ni se educó. Mi inspiración fue Raúl Alfonsín, pero la consigna no estuvo completa. Hoy si nos desarrollamos peligra la democracia porque los chicos de clase media alta se están yendo del país y los de clase media baja no creen en las instituciones. Se va a comer, educar y curar cuando haya desarrollo. Esa es la clave. El desarrollo es un bien suntuario y mi obsesión son los jóvenes que no están para nada interesados en la interna de los partidos políticos ni en la democracia. Hay jóvenes a quienes la democracia no les dice nada. Por eso apuestan a utopías autoritarias. La verdad es que los que pueden se quieren ir y los que están en sectores vulnerables desprecian al sistema. Y eso no lo soluciona la interna radical. No estoy interesado en los dirigentes que buscan un puente a su futuro personal.

-Entonces en ninguna circunstancia usted va a estar fuera de las PASO, va a ser candidato presidencial.

-No, estamos aquí hasta el final. La sociedad está en otro canal. No entré a la política para acoplarme a sus vicios, entré a la política para representar a quienes no se encuentran representados. Hay un quiebre con el sistema de dirigentes porque no dieron prosperidad. Mi lógica no coincide con la de muchos dirigentes tradicionales.

-¿Cree que los radicales mendocinos respaldan su candidatura presidencial?

-Tengo muy buena relación con el gobernador y con Alfredo. No quiero hablar por ellos, pero seguro que ellos quieren que el radicalismo esté consciente de que en las últimas elecciones, en el triunfo de 2021, los líderes radicales sacaron la mitad de los votos de la coalición. Ese radicalismo debe articular en equipo una alternativa para gobernar la Argentina. No puede haber cosas sueltas. Estoy dialogando con (Gustavo) Valdés, de Corrientes, con Carolina Losada, con la UCR de Mendoza, con toda la gente de las provincia de Buenos Aires, para presentar en equipo una alternativa que exceda al radicalismo y que no sea una cuestión de entregar la mitad de los votos de la coalición del 2021 como algo que no tiene valor. No alcanza igual con el radicalismo. Hay que hablarles a los jóvenes, a los sectores populares, a quienes no se sienten representados por la UCR, ni por Cambiemos ni por el Frente de Todos. Yo siento que estoy en un proyecto alternativo, no estoy ansioso por la demanda de los políticos y los analistas.

-¡Cómo cree que va a ser la próxima elección, polarizada o con el electorado disperso?

-Para mí el candidato no apareció, no está en la cancha. En la pospandemia en América Latina, ninguna encuesta predijo el ganador. Yo creo que el sistema está podrido porque los que tienen poder han desvirtuado los valores, han perdido el sentido de lo que es ser clase dirigente. Muchos defienden sus intereses y privilegios antes que trabajar para el bienestar general. Esto en política lo vemos en el manejo colosal de las campañas electorales. Nadie sabe de dónde provienen esos recursos económicos, se manejan discrecionalmente sin rendirle cuentas a nadie. La política se ha convertido en un negocio, cuando debería ser un servicio. Siempre los mismos haciendo las mismas cosas. Muestran poder a espaldas de la sociedad. De eso tenemos que liberarnos. Hay un divorcio entre la sociedad y la política, y yo voy a estar del lado de la sociedad. La sociedad se cansó de esta dirigente y lo que hay que hacer es representar es una nueva dirigencia que tenga más conexión con una sociedad totalmente apática.

-¿La gente se cansó de la grieta y de la dicotomía entre el kirchnerismo y Cambiemos? ¿Por eso aparece Javier Milei como fenómeno?

-Hay varias grietas. La diferencia (con Milei) es que yo creo en la política. No se hace mejor periodismo con antiperiodismo, se lo hace con mejores periodistas. Yo vengo de la sociedad civil y me metí en la política en el momento de mayor desprestigio. Lo hice porque creo en la política, que es el mayor sistema que tiene la sociedad para resolver los problemas sociales y económicos. Hay que mejorar la política, pero no se hace mejor política con antipolítica. Se hace con mejores líderes, con gente de la sociedad involucrándose. Hay que mostrarlo pero hay un divorcio. Algunos se hacen los nuevos y hace 30 años que están en el sistema, por eso aunque pongan plata, la gente no confía en ellos. No estoy en contra de la política y las instituciones, estoy en contra de las corporaciones que son el peor obstáculo para la transformación de la argentina. Hoy Argentina está bloqueada por corporaciones que no permiten que nada cambie, porque a muchos les va bien cuando a la mayoría le va mal. Si nosotros desbloqueamos la Argentina, porque le ganamos a las corporaciones, algo que no va a hacer alguien del sistema, sino de afuera, Argentina puede tener 10 años de prosperidad. Puede duplicar las exportaciones, con la minería, la agroindustria, la comida, la pesca el conocimiento el turismo. Pero ojo, si tenemos 10 años de prosperidad porque logramos desbloquear la política, esa prosperidad puede ser una trampa si no hacemos una revolución educativa, científica y tecnológica. Como ocurrió con las commodities en 2003. Pero para eso hay que generar confianza con políticas a largo plazo. Yo no veo eso, la política está paralizada, como ocurrió en la sesión en la que habló el Presidente.

Manes con Patricia Bullrich durante la Fiesta de la Vendimia.
Manes con Patricia Bullrich durante la Fiesta de la Vendimia.

-¿Aceptaría usted conformar una fórmula con alguien del PRO?

-Hablar de candidaturas ahora no es prudente porque la sociedad argentina está muy mal. Como médico o neurólogo veo a la sociedad argentina deprimida, triste, sin nada. Y ver a políticos hablando de fórmulas, de candidaturas, irrita más. No es tiempo de candidaturas, es tiempo para entender a la sociedad que está por delante de la dirigencia, que no la entiende.

-¿Qué impresión le genera lo que ocurre en Rosario?

-Lo han dejado solo al intendente Pablo Javkin porque el narcotráfico es una responsabilidad del presidente y la provincia. El intendente no tiene los recursos para enfrentar esta catástrofe. Se hacen los distraídos y no se hacen cargo de la situación. Argentina tiene los instrumentos para hacerse cargo de este problema que está instalado desde hace años. Lo que ha mutado es el delito. El intendente hace lo que puede. Argentina tiene que enfrentar al narcotráfico y la violencia combatiendo a las pandillas, pero también a los políticos y policías involucrados, con inteligencia y con prevención, que no se está haciendo, porque este tema no es prioridad, lo es para todos los argentinos, menos para el Presidente.

-El narcotráfico se comanda desde las cárceles.

-Hay que reconocer que estamos en medio de una tragedia en Rosario. Hubo 10 jefes policiales en tres años. Mientras todo esto pasaba el Presidente hablaba de Disneylandia. Le pregunto al Presidente dónde están los derechos humanos de la gente de Rosario. Hay un populismo en seguridad que se traduce en lo que es Rosario, como hay un populismo que se traduce en inflación, en trabajar y ser pobre; y hay un populismo energético que se traduce en los cortes. Hablan de Estado presente, pero en Rosario hay un Estado nacional y provincial ausentes.

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