Hay tantas ciberestafas como presenciales y suben las bancarias en Mendoza

Tras la pandemia, los engaños informáticos han aumentado, sobre todo con cuentas de bancos. Se reciben cerca de 500 denuncias mensuales. El relato de víctimas que perdieron millones.

Imagen ilustrativa / Web
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En Mendoza las “ciberestafas” ya igualaron a las estafas presenciales y la modalidad más común es la conocida como “phising” –engañar a la víctima para obtener datos sensibles-, que es la más practicada por los estafadores virtuales, sobre todo en las tan temidas estafas bancarias.

Desde la Fiscalía de Delitos Económicos e Informáticos de Ministerio Público Fiscal afirman que, desde que se inició la pandemia de Covid-19, las estafas virtuales “vienen en ascenso”. Actualmente se reciben entre 400 y 500 denuncias mensuales por estafas de todo tipo.

La mitad de las víctimas denuncian de forma online, a través del sitio https://denuncias.jus.mendoza.gov.ar/denunciasw/inicio/economics_informatics. La otra, de forma presencial, en las oficinas fiscales departamentales o bien en la misma fiscalía.

Los investigadores advierten que hay dos clases de estafas informáticas: la primera es cuando los estafadores son hackers o crakers, es decir, gente con un grado importante de conocimientos informáticos que logra ingresar en las computadoras de las víctimas para sacar datos y, a veces, producen daños en la información utilizando gusanos, virus y bombas informáticas.

En el MPF sostiene que las denuncias virtuales van en aumento desde el inicio de la pandemia de Covid-19
En el MPF sostiene que las denuncias virtuales van en aumento desde el inicio de la pandemia de Covid-19

La segunda clase es la que se conoce como “phising”, cuando el estafador “sale de pesca 3.0″ y, a través de un correo o SMS, por redes sociales o por teléfono, consigue que la víctima le entregue información confidencial. En este caso no cuenta tanto la habilidad informática del delincuente sino sus dotes para el engaño.

“Entre un 80 y 90% de las denuncias recibidas se ejecutan con esta modalidad. Juegan con el desconocimiento de la gente”, apunta un fiscal consultado, advirtiendo que “la gente tiene que saber que ningún empleado bancario pide datos de cuentas o tarjetas de crédito”. “Si una persona da estos datos le pueden vaciar las cuentas o bien usar su tarjeta de crédito para comprar por mercado fácil”, anuncia el funcionario judicial.

Las estafas bancarias, son de tres tipos: 1- la modalidad “phising”; 2-la participación de un empleado bancario infiel que actúa solo o pasa datos bancarios de los clientes a un cómplice; y 3- la presencia de un hacker o craker. “En Mendoza se han registrado los tres tipos de estafas”, afirman.

“Estaban adentro de mi cuenta”

En mayo pasado C. B., una empleada de la Municipalidad de Las Heras, iba en su auto a buscar a su hijo cuando la llamó un hombre diciéndole que era empleado de un banco de capitales nacionales donde ella tiene una cuenta de ahorro en pesos y otra en dólares.

El hombre le explicó que se estaban produciendo movimientos extraños en sus cuentas y que querían saber si su marido (de quien la voz del otro lado de la línea dio nombre y apellido) estaba haciendo la transacción o si era un extraño. Para evitar esta última posibilidad, le indicó que le había enviado “un código de autenticación”.

La mujer le contestó que estaba manejando, que no podía enviarle el código y cortó la comunicación, sospechando algo raro. El estafador la volvió a llamar dos veces más y le envió dos códigos por SMS. En la última llamada la presión fue insostenible. “Me dice: lo estamos haciendo por su seguridad; queremos resguardar su cuenta. Estamos viendo que están haciendo un moviendo en tu caja de ahorro en dólares. La llamo en un rato, pero quiero que sepa que el banco no se hace cargo. Si me da el código, bloqueo ya la transacción. Ahí se la dí”, relató a Los Andes la víctima.

Según la denunciante, el hombre le siguió hablando durante varios minutos, diciéndole que la estaba bloqueando. “En ese momento necesitaba retenerme en el teléfono. Ya estaba adentro de mi cuenta cuando le pasé el código. Necesitaba tiempo para poder cambiar los datos de mi cuenta”, afirmó la mujer.

En un momento el estafador le dijo que iba a tener que “dar explicaciones sobre los 8.000 dólares de la cuenta” y entonces ella le cortó y trató de comunicarse con un 0800 del banco. Luego llamó directamente a la gerenta de la sucursal de Las Heras de la entidad.

La empleada bancaria bloqueó las cuentas y le dijo a C.B. que le habían transferido 8.000 dólares a otra cuenta y 486 dólares se los habían pesificado pero esta última operación había logrado congelarla.

La empleada municipal había llamado al banco minutos después de la estafa, cerca de las 12.30, y a las 15.30 ya había denunciado el caso en la Fiscalía de Delitos Económicos. Al día siguiente fue al banco y le dijeron que “esa mañana se habrían producido 22 estafas en la misma sucursal y que el 80% se resolvían a favor del cliente”.

Lo cierto es que, al día de hoy, luego de denunciar la situación en Defensa al Consumidor, la mujer no ha tenido respuestas favorables. Lo único que sabe es que los 8.000 dólares fueron a una billetera virtual de Rebba, en Córdoba, y que hay dos sujetos imputados. Además, Defensa al Consumidor podría llegar a multar al banco por no llegar a un acuerdo.

“El banco debe estar a favor del cliente, actuar con celeridad ante las estafas virtuales y no veo que pongan interés en averiguar. Ellos deben reconocer que hubo una falla en su seguridad. Su sistema fue vulnerado porque entraron en mi cuenta sin que yo les diera mi usuario y contraseña. El estafador, cuando me llama para que le dé el código, ya estaban adentro de mi cuenta. Veo que todo es muy lento, el banco y la Justicia, porque tienen todo en sus manos para frenar las operaciones y no lo hacen”, se quejó la afectada.

“Me van a devolver el dinero”

La estafa que le hicieron a E. C., un empresario del transporte, tuvo final feliz. El 10 de mayo pasado fue a ver su cuenta de ahorro en la que tenía 8.500 dólares destinados a licitar una camioneta y encontró que el saldo era cero.

Fue entonces a la Fiscalía de Delitos Económicos y luego hizo un reclamo en el banco donmde tenía los ahorros. Allí le dijeron que sus dólares habían sido transferidos a su caja que ahora era en pesos y desde allí, durante un par de días, habían utilizado el dinero para pagar saldos de tarjetas de crédito, impuestos y otros consumos en Buenos Aires, Tucumán y Córdoba.

El hombre le envió dos cartas documento al banco y nunca le respondieron. Esta semana lo llamaron de la casa central para comunicarle que le iban a devolver el dinero.

“Me dicen que me van devolver el dinero. No es una cuenta con la que yo hiciera movimientos. La única operación bancaria que hago es transferirle a mi mujer el dinero y ella maneja la economía doméstica. Yo no me acuerdo ni siquiera de mis claves. Desde el banco me dijeron que no es fácil ni rápido chequear el movimiento de la cuenta”, cerró el empresario.

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