Cayó “El Gordo Seba” por el crimen de un joven en una disputa territorial en la Triple Frontera

Sebastián Castillo fue capturado en Guaymallén e imputado por quitarle la vida a David Aguirre el 1 de mayo.

David Aguirre (21) fue hallado moribundo en este descampado, en el asentamiento Kirchner. Foto: Mariana Villa / Los Andes
David Aguirre (21) fue hallado moribundo en este descampado, en el asentamiento Kirchner. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Más de un mes les llevó a los investigadores policiales y judiciales encaminar la causa por el crimen de un joven de 21 años, ocurrido en la Triple Frontera, la zona más “caliente” de Mendoza. En las últimas horas se logró la detención del “Gordo Seba”, acusado de matar de un balazo a David Lucas Aguirre.

El hecho ocurrió la tarde del 1 de mayo en el asentamiento Néstor Kirchner, de Maipú, colindante con los departamentos de Luján y Godoy Cruz. La víctima caminaba por una de las calles de la barriada cuando imprevistamente recibió un disparo en el costado izquierdo del pecho.

La explosión alertó a los vecinos y, al ver al muchacho tendido en el suelo, llamaron al 911. Los médicos que arribaron a la escena no pudieron salvarle la vida.

Las primeras hipótesis de los pesquisas hablaban de que Aguirre llegaba al lugar para comprar o vender drogas y que el balazo letal había salido desde el interior de una vivienda; precisamente le dispararon desde el pasillo de una propiedad. Lo concreto es que el trabajo investigativo y el aporte de testigos presenciales marcaron un sospechoso.

Se trata de Sebastián Castillo, alias “El Gordo Seba”, detenido el jueves en Los Corralitos, Guaymallén. Ayer fue imputado por la fiscal Claudia Ríos por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y quedará alojado en el penal provincial. Desde el primer llamado de emergencia para asistir al herido, se mencionó a Castillo como el matador.

Con respecto al móvil del hecho, reúne todas las características de un “ajuste de cuentas” y creen que Aguirre “invadió” una zona que no era la suya para la comercialización de estupefacientes. Además, el prontuario del fallecido lo pone como un muchacho conflictivo que podría tener problemas con alguien en particular.

Entre sus antecedentes penales figuraban causas por robos agravados, amenazas, pedidos de captura, amenazas en contexto de violencia de género y una detención en abril por violar la cuarentena.

El acusado también ha tenido sus roces con la Justicia, incluso el año pasado cumplió una condena por robo.

Con el arresto de Castillo, el expediente comienza a aclararse, en principio, sin más acusados a la vista.

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