“Aliaga se me murió", confesó el socio del empresario asesinado

Diego Barrera (50) presentó un escrito ante el fiscal y reconoció su participación en la muerte de Diego Aliaga (51). El acusado buscó desligar a su familia. Detalles de las declaraciones.

La familia imputada y la víctima fatal.
La familia imputada y la víctima fatal.

Este lunes se dio un capítulo inesperado en la investigación del caso Diego Aliaga (51), el empresario asesinado en julio pasado y cuya causa tiene cinco imputados. Su socio, principal acusado, confesó mediante una nota escrita.

“Aliaga se me murió”, plasmó en un texto Diego Barrera (50), a modo de declaración y que fue entregado al fiscal Fernando Alcaraz por parte de la defensa.

Sin consentir la competencia de la Justicia Federal-algo que se está discutiendo-, el sospechoso y su representante legal aclararon que los hechos ocurrieron el 28 de julio en la propiedad de calle Bandera de los Andes de Guaymallén y en el contexto de “agresiones mutuas”.

Mi señora y mis hijos no tuvieron participación. Con esto terminé arrastrando a muchos, se me vino el mundo abajo”, agregó la versión.

Es que además de este hombre, el crimen tiene presos a su esposa Bibiana Sacolle (46) y a los hijos de ella, Gastón (28) y Lucas (26) Curi. Ellos tres también presentaron una declaración escrita, expresando su inocencia y asegurando que no tuvieron intervención en la muerte.

Estas pruebas se dieron en el marco de la nueva imputación para los detenidos, que ahora es de secuestro coactivo agravado por la participación de tres o más personas seguido de muerte, en concurso real con secuestro extorsivo y en concurso ideal con homicidio agravado por la premeditación de dos o más personas y robo, esto último por el faltante de unos relojes de la víctima. Una batería de delitos que los llevarían a una pena única de perpetua.

El que optó por no hacer ningún tipo de declaración fue el quinto sospechoso, Yamil Rosales (32), empleado de la empresa de transporte de la familia acusada.

Yamil Rosales, el quinto acusado.
Yamil Rosales, el quinto acusado.

La defensa de Barrera señaló que pueden ampliar la declaración una vez que se designe un juez competente. Es que el magistrado Marcelo Garnica-del fuero federal- hace semanas explicó que perdió competencia, al no estar probada la hipótesis del secuestro extorsivo.

Para Garnica el expediente debía ir a la Justicia provincial, lo que fue apelado por el fiscal Alcaraz. Ahora se espera una audiencia en la cámara para definir este punto.

El hecho empezó a investigarse como un secuestro, luego de que el hermano de Aliaga denunciara que recibió un llamado donde le decían: “Dejá de mover el avispero y juntá un palo verde”. El empresario llevaba algunos días desaparecido y esa comunicación era un indicio de que para volver a verlo con vida, su familia debía juntar un millón de dólares. No hubo otra prueba al respecto.

La víctima salió del barrio de Palmares el 28 de julio por la mañana y desde entonces no se supo nada más de su paradero. Horas después, en la propiedad de Guaymallén se juntó con Barrera, a donde también habrían llegado uno de los hermanos Curi y Rosales.

El empresario murió por sofocamiento según la autopsia y su cuerpo lo encontraron el 11 de septiembre enterrado en un descampado de Costa de Araujo, Lavalle.

La disputa entre este hombre y su socio vendría por cuestiones de dinero y negocios. Ahora Barrera ya confesó, pero aún falta esclarecer cómo se llegó al trágico final y quienes participaron.

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