Abuso sexual en Murialdo: el celador condenado podría quedar libre porque venció la preventiva

Alejandro Salas recibió una pena de 6 años y está con domiciliaria. Su defensa apeló el fallo y la Corte deberá resolver. Mañana un tribunal evaluará su libertad.

Los abogados de Salas afirman que no hay pruebas sólidas en su contra. Foto: Los Andes
Los abogados de Salas afirman que no hay pruebas sólidas en su contra. Foto: Los Andes

En poco más de dos años, la investigación por el abuso sexual a una alumna de 4 años en el colegio Murialdo, de Guaymallén, ha tenido de todo: un celador de la institución preso y luego con prisión domiciliaria, juicio y condena para el acusado y, ahora, su pedido de libertad con el expediente actualmente en manos de la Suprema Corte de Justicia tras la casación.

Amparados en el Código Penal, los abogados defensores Víctor y Federico Ábalos, reclamaron la liberación del ex celador Alejandro Salas (50), precisamente por el tiempo que lleva la causa y porque aún no hay sentencia firme. En mayo de este año lo condenaron a 6 años por un abuso sexual agravado por acceso carnal, e inmediatamente sus representantes apelaron y se fueron a casación.

Los letrados cuestionan el fallo y exigen la libertad de su defendido, al considerar que no hay sólidas pruebas en su contra.

La decisión será de la Sala Penal de la Corte, pero antes, los mismos jueces que hicieron el debate deberán resolver otro punto. La defensa plantea que el sospechoso lleva más dos años detenido con prisión preventiva y que le corresponde estar libre porque no hay más prórrogas posibles al haberse cerrado la instrucción y el juicio.

Ante esto, mañana se desarrollará una audiencia con los magistrados Eduardo Martearena, Mateo Bermejo y Belén Salido, los hermanos Ábalos, el querellante Gastón Andino y la fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual, Cecilia Bignert. Allí se conocerá la posición del resto de las partes y habrá respuesta.

Por ahora, en su casa

Salas fue arrestado en agosto de 2018, poco tiempo después de la denuncia de la mamá de la pequeña víctima. Lo imputaron y pasó a la cárcel, aunque en febrero del año siguiente logró la prisión domiciliaria.

Con ese beneficio llegó a juicio y lo declararon culpable pero, como la sentencia fue apelada, no quedó firme y su lugar de detención no varió. En la audiencia de este jueves podría mejorar aún más su situación y conseguir la libertad, hasta tanto resuelva la Corte.

Este hombre quedó acusado por un hecho que empezó a investigarse el 2 de agosto de aquel año. La madre de una alumna de la sala de 4 años descubrió que su hija había llegado de la escuela sin la ropa interior y, al consultarle, la menor le confesó que la habían “tocado”.

Los peritajes luego confirmaron una violación y el celador estuvo en la mira por las cámaras de seguridad de la institución. Instantes después de que la nena entraba al baño, se lo veía al imputado pasar por esa zona. Además, la menor describiría a su agresor como un hombre vestido con ropa marrón -coincidente con la vestimenta de trabajo de Salas- y con lunares en el rostro, dato también en común con él.

El sospechoso siempre se manifestó inocente y su defensa apuntó a un abuso intrafamiliar, para ir por su absolución.

El debate fue extenso y complejo, al punto que la jueza Salido se mostró en disidencia con la sentencia. La querella había pedido 10 años de cárcel para Salas y la fiscalía, 8. Finalmente, la condena fue de 6 años, la mínima para el delito que le imputaban al detenido.

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