A 20 años del crimen de “Kote” Bolognezi en San Martín: un caso impune y una grieta social que no cierra

Con los sospechosos absueltos dos veces, la causa por el homicidio del chico de 19 años prescribió. Pero en el Este recuerdos y posiciones diversas siguen debatiéndose.

San Martín se unió en numerosas marchas a lo largo de los años para pedir justicia por “Kote”. Foto: Orlando  Pelichotti/ archivo Los Andes
San Martín se unió en numerosas marchas a lo largo de los años para pedir justicia por “Kote”. Foto: Orlando Pelichotti/ archivo Los Andes

Si uno va por la calle principal de San Martín, cerca de la cancha de los Leones del Este, se ve, asomándose sobre los techos de las casas, el largo cuello y la cabeza de una jirafa. El esbelto animal de chapa le señalaba a la gente “del pueblo” que allí está la estación de servicio de GNC.

Pero también le recuerda a los memoriosos, el lugar donde comenzó –hace ya 20 años- el caso policial más recordado del Este: el homicidio de José Luis “El Kote” Bolognezi, un chico de 19 años que fue asesinado a la salida de un cumpleaños de 15, en la madrugada del 14 de setiembre de 2002. Su cuerpo fue dejado en un baldío, cerca de la bizarra jirafa amarilla que sólo se mueve si hay viento Zonda.

El olivo junto al cual dejaron el cuerpo de José Luis ya no está más: ahora en su lugar se levantan los cimientos de un edificio que promete ser el más alto del Este. Las cosas cambian, desaparecen, se transforman. Pero no todas, algunas perviven en el inconsciente colectivo: en las madrugadas, en los viejos cafés y en las elegantes cervecerías del Este, el caso Bolognezi sigue recordándose porque “para la gente más grande es parte de la misma sociedad sanmartiniana, de la idiosincrasia social; es algo que afectó las formas de relación”, explica Enrique Pfaab, un periodista afincado en el Este que trabajó en los dos juicios que terminaron igual: con los sospechosos -el ex boxeador Carlos ‘Metralleta’ Pérez (56) y el ahora empresario Abdo Girala (37)- absueltos por la duda.

Pedido internacional por el caso Bolognezi. Foto: Orlando Pelichotti/archivo Los Andes
Pedido internacional por el caso Bolognezi. Foto: Orlando Pelichotti/archivo Los Andes

Una grieta que no cierra

Lo que pasó con el caso Bolognezi produjo una grieta social que hasta hoy se mantiene. Hubo mil marchas. La gente se peleaba en la calle: para un bando, los sospechosos eran culpables; para el otro, no tenían nada que ver. Hubo errores policiales y judiciales, al principio y al final. El expediente llegó a un punto muerto porque se investigó mal”, opina un abogado del Este provincial que prefiere que su nombre se mantenga en reserva.

Pero, además, hay una tercera posición marcada por algunos entrevistados: gente que aún hoy no sabe qué creer. “Muchos de nosotros no podemos decir hoy quién fue el asesino. Todo ese manoseo generó una nebulosa. Éramos chicos y eso nos marcó para siempre”, reflexiona uno de los entrevistados.

Reclamo internacional

“Hubo una intención deliberada de la Policía y la Justicia para el caso quedara impune y no se supiera quiénes fueron los autores. Hubo gente de poder involucrada”, dice Lucas Lecour, el abogado de la Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos Xumek, que representó a la familia del joven.

Si bien la causa prescribió en 2015, a los 12 años de iniciada, está pendiente de resolución una demanda presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “El año pasado fracasó un acuerdo de solución amistosa con el Estado nacional porque la provincia de Mendoza no contestó ese acuerdo. Nos retiramos para que siguiera el juicio en la Corte Interamericana. Tal vez se expida el año próximo”, adelanta Lecour en diálogo con Los Andes.

Abdo Girala, dos veces absuelto.
Abdo Girala, dos veces absuelto.

Crimen en la madrugada

Pero volvamos a la madrugada del crimen. José Luis salió de su casa con un par de pesos en el bolsillo y se fue a un cumpleaños de 15 en el salón RT, en las afueras de San Martin. No se pudo colar y volvió al centro caminando por la ruta 50.

Algunos dicen que pasó por el cabaret Brujas. Lo cierto es que a las 6 de la mañana del 14 de septiembre de 2002 el chico caminó por calle Boulogne Sur Mer hasta Moyano, donde giró hasta la siguiente esquina y allí alguien lo tomó del cuello por la espalda.

La presión le provocó una asfixia que resultó fatal ya que el joven tenía un problema cardíaco congénito. Así murió. Los agresores lo llevaron hasta un baldío cercano.

Horas más tarde se produjo el primer error grosero: los policías creyeron o inventaron que se trataba de un accidente vial. Científica destrozó la escena del crimen y, no conformes con esto, llevaron el cadáver a la casa de un comisario antes de dejarlo en el Cuerpo Médico Forense.

El caso cayó en manos del juez Ricardo Schultz. Empezaron a correr distintas versiones, “rumores”: que el “Kote” tenía una relación con la hermana de Abdo Girala o bien con la novia de uno de los amigos de Girala. Otra, que Abdo y tres amigos daban vueltas en una camioneta de color negro y lo cruzaron por alguna cuestión sin importancia y el asunto se les fue de las manos. En síntesis: los poderosos del pueblo habían matado a un chico humilde del barrio San Pedro.

El ex boxeador Matralleta Pérez, juzgado en el caso Bolognezi.
El ex boxeador Matralleta Pérez, juzgado en el caso Bolognezi.

Cuando el juez ordenó la detención de “Metralleta”, Abdo Girala, Claudio Bonivardo y Sebastián Martínez –hijo del juez Dalton Martínez- los tres últimos habían desaparecido. Esto provocó una marcada crispación social y comenzaron las marchas y los pedidos de justicia.

El caso quedó estancado y creció la indignación popular. Hasta que en 2004 apareció es escena el comisario Héctor Quiroga y sacó de la galera un testigo presencial: una enfermera que, para algunos, habría visto la agresión sin saber quiénes eran los protagonistas.

Luego, alguien “le sopló” los nombres y apellidos de los sospechosos. Ella los repitió. El expediente -calificado como homicidio agravado-, terminó elevándose a juicio. Los prófugos aparecieron.

Un primer debate en el que se llevó al estrado al hijo de Daniel Girala, conocido empresario de San Martín, y al pugilista, terminó con la absolución de ambos en 2009.

En 2011 la Corte de Mendoza anuló el fallo y ordenó un segundo proceso, que se inició en noviembre de 2013. El fiscal Fernando Guzzo no acusó por falta de pruebas.

En 2014 los acusados fueron nuevamente absueltos por el beneficio de la duda. Al año siguiente, la causa prescribió y ya nada se puede hacer.

La tristeza e impotencia de los amigos y familiares

Todavía hoy en el inconsciente colectivo del Este resuenan frases como “un chico pobre contra los hijos del poder”, “la corrupción policial y judicial de siempre” o “pueblo chico, infierno grande”. Y también un sinfín de preguntas que nunca tuvieron respuestas: ¿De quién era la sangre que tenía la remera de José Luis? ¿Fue la hermana de Girala al velorio de Kote? ¿Por qué estuvieron prófugos los sospechosos?

“Me quedó esta misma sensación de tristeza, de impotencia que tengo ahora mismo. Quedó impune porque la Justicia actuó mal”, dice German Moy, uno de los amigos del círculo íntimo de “Kote” Bolognezi.

“La impunidad tuvo que ver con el mal manejo de la investigación. Hubo muchas cosas raras. Era un pibe divino, con problemas porque había fallecido su mamá. Era un pibe normal de 19 años. Fue todo demasiado burdo para pensar en negligencias”, cuenta a este diario Soledad Iglesias, otra de las amigas más cercanas del chico.

En un posteo reciente, en Facebook, el psiquiatra Oscar D’Angelo, tío de la víctima escribió: “Es conveniente memorizar algunos pormenores de aquel crimen y del descalabro judicial que reinó a su alrededor”, adhiriendo a la hipótesis que sostuvo el juez Eduardo Orozco, quien opinó distinto a Ariel Spektor y Viviana Morici, los magistrados que absolvieron a los sospechosos en 2014.

“Tengo por acreditado el homicidio de Bolognezi y, así mismo tengo por acreditado que Adbo Girala fue uno de los autores de su muerte”, dijo en esa ocasión Orozco.

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